SUBLIMACIÓN Fue la limitada comprensión de la gente lo que logró instalar alguna sombra de duda entre ellos. Fueron los amigos del joven, rústicos pescadores que nada entendían de la sensibilidad extrema de seres tan especiales como un nix quienes fueron llevando al joven a considerar que tal vez su amada guardaba con tanto empeño el secreto de su vida anterior porque en ella había algo terrible que ocultar. Algún poder maligno, un hecho inconfesable, un pecado imposible de perdonar… La frondosa imaginación del muchacho se dejaba llevar a veces por la debilidad humana y su propia inseguridad, logrando entretejer impiadosas posibilidades sobre la desconocida naturaleza de los nix. Esos breves pensamientos cruzaban a veces su cabeza logrando inquietarlo, pero rápidamente se alejaban al destierro de lo absurdo cuando sus ojos se encontraban otra vez con los de su amada, que lo buscaban siempre para darle refugio. Una tarde de invierno, luego de una dura jornada de pesca, el joven y los demás marinos se reunieron como siempre en la taberna para compartir ginebras y la calidez del fuego que los reconfortaba. Insólitamente se encontraban allí también un par de viajeros de paso. Desconocidos que habían debido pernoctar en aquella pequeña aldea de pescadores. Los extraños eran muy habladores, totalmente distintos a lo que se acostumbraba ver por aquellas soledades. Hombres muy sociables que gesticulaban constantemente mientras hablaban a los gritos, contagiando con su afabilidad a todos los parroquianos. La habitual monotonía del aquel rincón perdido en la nada se vio de pronto invadido por alegría desbordante, charlas, risas, ríos de alcohol y música contagiosa. Ese inusual ambiente hizo que el joven pescador bebiera más de la cuenta y se dejara llevar por el torbellino desmedido de la jarana de aquellos hombres rústicos y simples. En medio de las risas, la ginebra y la charla que brotaba sin medida y en forma descontrolada, resurgió la anécdota de su caída al mar y del inexplicable rescate. A raíz de la referencia al legendario nix y su tan increíble historia, los dos extranjeros agregaron la versión del supuesto poder maléfico de dichos seres que comenzaban seduciendo a los hombres con sus encantos para luego, cuando los tienen bajo el poder incontrolable de sus embrujos, acabar con ellos volviéndolos locos y devorándolos. Aquel descabellado relato terminó por irritar totalmente al joven que, sin que nadie entendiera la causa, puso a fin a la juerga lanzando dos poderosas trompadas al extraño que había contado la historia. Dado que el estado de ebriedad de los extranjeros era tan lamentable como el de los pescadores, la escaramuza no pasó a mayores, optando el muchacho por regresar a su casa inmediatamente. En el camino, su indignación y el alcohol se fueron disipando y en su lugar se fue haciendo lugar algo mucho más peligroso y persistente: la duda. Luego de ese episodio la relación entre el joven y la nix ya no fue lo que hasta entonces había sido. La entrega incondicional, la pureza de las miradas, la confianza absoluta, la integridad de su amor no volvieron a ser los del comienzo. Sin necesidad de palabras, (porque esas cosas se saben sin que se pronuncien explicaciones ni excusas) una mañana más gris que las habituales, la bella nix abandonó la cabaña retornando al mar que la arrullaba desde siempre. Al regresar de su jornada de pesca el joven se sorprendió en un primer momento al encontrar la cabaña vacía. Luego, al reflexionar, supo con exactitud qué había pasado y cuáles habían sido los motivos. Su tristeza y arrepentimiento fueron tan grandes que lloró toda su pena con enorme angustia por días y días. La inseguridad de su naturaleza, la debilidad que se le había metido a través de la duda había manchado aquel amor, tan puro que escapaba al entendimiento humano. Nadie podía comprender el dolor tan grande que sentía. Nada podía consolarlo. En nada encontraba refugio: ni en los bellos recuerdos que la nix dejara para siempre impresos en su alma, ni en su mar, ni en sus sueños, ni en sus viejos libros…ya nada tenía sentido y fue por eso que decidió dar término a su vida. Era una mañana de domingo, inusualmente radiante. La aldea estaba reunida en la capilla, por lo que nadie lo vio partir. En su viejo bote de remos se adentró en el mar que se mostraba mucho más calmo que de costumbre. La brisa suave que llegaba desde lejos le traía la fragancia de lo que sin duda era el delicado anticipo de la primavera. Con su corazón destrozado por la soledad y el desaliento, decidido a todo, se alejó del cobijo de la costa buscando que el horizonte le brindara alguna señal comprensible. Las gaviotas sobrevolaban su cabeza ofreciéndole su despedida…o quizás alertándolo…no lograba interpretar bien su vuelo. A lo lejos ya, el viejo faro lo iluminó por dentro volviéndole a traer el recuerdo de aquel mágico encuentro con su nix. Su alma se estremeció hasta hacerlo llorar arrepentido por su debilidad y su idiotez. Dos o tres albatros cruzaron el cielo hacia el sol naciente. Fue un mágico presagio el que anunciaban…podía sentirlo. Desde ese punto, el paisaje de aquel lugar tan suyo, tan querido, tan sufrido, se iba tornando de un leve dorado, recortándose su silueta sobre el respaldo de los riscos que lo abrigaban. Nunca lo había visto tan bello…hasta el viejo molino parecía haber perdido su tristeza adormecida meciendo sus aspas con la cadencia de quien quiere seguir viviendo pese a todo. Recordaba nítidamente la profundidad de los ojos de su nix, tan bella y sensible, haciéndose eco de las maravillas del mundo y de cada ser que la rodeaba. La intensidad y la pureza de su alma lograban hacer que ella, a pesar de casi no hablar, consiguiera entender el lenguaje de todo ser viviente, del mar, del viento y hasta del alma de un pobre pescador que con ella había soñado desde siempre. Dejándose llevar por el oleaje, casi sin remar, decidió que no era la muerte la manera de honrar semejante amor tan puro. Comprendió que no es más dolor lo que subsana las heridas, ni tampoco el huir, como cobarde, lanzándose a un mar de más penas y suspiros. Tuvo la certeza que a pesar de no estar allí, su amada nix lo seguía acompañando, a tal punto que, agudizando al máximo sus sentidos llegó a advertir a su alrededor la dulce fragancia de su enamorada. Cerró los ojos y escuchó el susurro del viento. En él logró descifrar los enigmas primigenios y los secretos mejor guardados del mar y sus criaturas. Mojó su cara con el agua salada omnipresente y fue como si a través de sus poros, la esencia de la vida traspasara sus propias fronteras. Se sintió vivo. Íntimamente ligado con todo lo creado. Comprendió sin esfuerzo la inmensidad del cielo, las estrellas, el sol, la oscuridad, el silencio, los principios, la lejanía…supo que sin dudas ese era el camino que debía seguir: su propia transformación interior. A través de esa sublimación trascendental lograría reencontrarse con sus amada, tan pura, tan especial, tan etérea, tan distinta… Tal vez hayan pasado varios días, tal vez, apenas horas. La sed, el frío y el agotamiento lograron doblegarlo. Al fin, antes de que el sol se ocultara, consiguió recuperar fuerzas. Aún antes de entreabrir sus ojos supo que ella estaba allí, a su lado, complacida y esperándolo. Mientras lanzaba al mar su ropa y la mediocridad de sus egoísmos, envidias y dudas, contempló maravillado como sus extremidades iban cubriéndose de trasparentes escamas tornasoladas, idénticas a la que ahora lucía frente a él la bella nix enamorada.
EPÍLOGO Cuando una mañana el bote del joven pescador apareció encallado en el Islote de los Pájaros, más de uno de los aldeanos recordó la leyenda sobre los maléficos nix que contara un viajero aquella vez en la taberna. En ella se decía que esos seres extraños seducen a los hombres con sus encantos para luego enloquecerlos y devorarlos. Paradójicamente en ese mismo momento, en el rincón lejano y secreto donde habitan los nix, comenzó a circular la leyenda en la que se contaba que una vez, un humano muy especial, logró transmutarse y convertirse para siempre en nix debido a la pureza de su gran amor.
(fin)
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18 comentarios:
Se me erizó la piel, me gusta el misterio con que escribís y me atrapas siempre!!
La próxima vengo con mi taza de té, la tengo enfriandose en la cocina!
abrazos ((::)))
Una historia kkena de fantasia, de imaginación.
Los cantos de sirenas...que siempre han fascinado al hombre y siempre los han arrastrado inexorablemente.
Me gustan muchos las leyendas,
Tu historia me recuerda mucho a La Sirenita. A mi nieta mayor, le encantaba, cuando era pequeña. Se la he contado mil veces.
Un besito
A mi me ha pasado como a MoniKa, se me puso la piel de gallina, he leido los dos ultimos capitulos de golpe, ya te dije que muchas veces lo hacía , para no esperar al capitulo siguiente y esta historia queria leerla de corrido, y ha sido genial.
El amor transforma a las personas en muchas ocasiones y si es para bien,y encontrar la pureza y el amor perfecto vale la pena, el amor lo puede todo en muchas ocasiones.
Un petonet fantastico para una mujer fantastica, gracias por este relato.
Desvordante fantasía.... Encantador como siempre. Leyendas que cada uno llevamos escritas por dentro...
Saludos y un beso!
Hola, Mónica,
no me hagas mucho caso, pero por un momento, he llegado a sentir que "mis extremidades iban cubriéndose de trasparentes escamas tornasoladas...", !he debido quedarme soñando al acabar el relato!!.. Gracias por ese sueño!!
Un besote
Buahhhh, qué cuento más maravilloso y fantástico!!!
Sí, digo cuento porque es especial para contar a los demás.
Como esos cuentos que leíamos de peques! Lo imagino encuadernado y con ilustraciones.
Una maravilla!
Casi me alegro de haberlo leído de tirón!
Por cierto, siento no estar tanto por internet, que con las vacaciones y gente en casa no se puede...
Pero bueno, no podía perdérmelo!
Ha sido precioso, Mónica!
Un beso
Lala
Ahhh menos mal! Ya estaba por dejar un comentario de protesta jajajaj! Igual un poquito triste me puso, pero no me haga caso vecina, estoy asi porque se me terminan las vacaciones =(
un beso
EPILOGASO,La corrocion mundana salpicò a este valiente,que no vio mejor manera de purificar su alma de su error que convivir en esa otra dimension con su amada,dejando atras el lastre.
Neo siga por esta senda,nosotros agradecidos.
Qué te dije!! se convirtió en pescado.Qué bueno, menos mal, creía que se moría. Muy bueno el cuento.Muy buenas las fotos, las haces vos nos?.
Me encantó el relato del Nix.Besos.
En un mundo o en otro, pero al final ha ganado el amor.
Fantástico cuento que nos ha envuelto de fantasía y magia.
Un abrazo.
Ay Mónica... esas Nix... como nos dejan, nos devoran, nos enloquecen...
está muy bueno, te mando besos
Sirenas, belleza y poesia. Este cuento sube la moral de cualquiera. Gracias
Realmente admiro la paciencia y constancia para comenzar y terminar tus relatos , antes pensaba que los copiabas de algun lado, con el tiempo me di cuenta que ademas de Arquitecta son una exelente ilusionista....realmente te admiro, aunque no siempre logre terminar de leerte por que arranco y me pierdo entre capitulos, pero francamente insisto, es admirable tu constancia....
Bueno sigo haciendo cosas....cuidate y pasa un fresco pero buen fin de semana mujer !!!!!
Besossssssssssss =)
Hermoso, ojala el amor siempre hiciera que actuemos así.
Saludos.
OOOOooohhhn, que preciosidad de relato Moni¡¡
Además con un final fantástico, no se porqué me daba que no terminaría bien la historia, pero me llevé una grata sorpresa,jeje.
Me has transportado hasta ese pequeño rincón del mundo e incluso creo que por un momento he olido el mar.
Un relato fantástico, me ha gustado mucho, pero mucho, mucho. Voy a imprimirmelo y me lo guardo para contárselo a mis hijos, que les encantan los cuentos sobre seres mitológicos.
Abrazos¡¡
Precioso, de verdad es una belleza, ya pensaba yo como Sinuhé, que iba a terminar mal, pero no, ha sido un final de los que me gustan, feliz, porque por fortuna la pureza del alma, le hizo ver la realidad de ese amor. No sabes lo contenta que me voy, ya sabes que a veces no puedo leer todos los días, pero cosas de estas no importa leerlas de un tirón. Besitos.
Muy buena la leyenda, Neo.
Me dejas sin palabras siempre.
La disfrute muchisimo.
Besos.
Había dejado para el final tu trilogía sabiendo que era la guinda a la visita pero esta vez ha pasado de guinda, de pastel de todo. Es maravillosa de verdad, tiene todos los ingredientes para que sin duda alguna haya de volver a leerla, mar, faros, sirenas...ainss pero que cosa más preciosa (desde que se subió a la barca cruzaba los dedos para que ocurriese exactamente lo que ocurrió) Un acantilado de besotes y una vez más felicitarte por tu talento
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