ESTE JUEVES UN RELATO, PÁRRAFOS INCLUIDOS
Hola
amig@s!
Esta
semana me toca nuevamente conducir nuestro encuentro juevero y la idea que se
me ha ocurrido es proponer armar un relato incluyendo en la trama alguno o
varios de estos párrafos extraídos de grandes obras literarias.
Respetando
las consabidas reglas de Tésalo y tratando de no extenderse mucho para agilizar
las lecturas, cada quien decidirá si relaciona en su aporte un inicio de los que aparecen en el
listado con un párrafo central de
otra obra y si gusta, con uno de los finales
propuestos, siempre guardando coherencia narrativa y creatividad propia.
Pueden
si prefieren, simplemente elegir uno de los párrafos e inspirarse libremente a
partir de él.
La
consigna sugiere destacar el o los párrafos utilizados de alguna manera visible
–color, o tipo de letra- para así ubicar fácilmente al lector.
INICIOS
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lolita, Nabokov
Muchos años después, frente al pelotón
de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde
remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Cien años de
soledad, Gabriel García Márquez
El pueblo de Holcomb está en las
elevadas llanuras trigueras del oeste de Kansas, una zona solitaria que otros
habitantes de Kansas llaman «allá». A
sangre fría, Truman Capote
El día de su tercer cumpleaños es una
fecha determinante en la vida del pequeño Oskar Matzerath: toma la decisión de
dejar de crecer y recibe su primer tambor de hojalata...El tambor de
hojalata, Günter Grass
Bastará decir que soy Juan Pablo Castel,
el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo
de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona. El túnel,
Ernesto Sábato
¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me
había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de
Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba
distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts,
a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro,
inclinada sobre el agua. Rayuela, Julio Cortázar
Cuando Gregorio Samsa se despertó una
mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en
un monstruoso insecto. La metamorfosis, Franz Kafka
Se iluminó el disco amarillo. De los coches que se acercaban, dos aceleraron antes que se encendiera la señal roja. En el indicador de paso de peatones apareció la silueta del hombre verde. Ensayo sobre la ceguera, José Saramago
PÁRRAFOS CENTRALES
Y de pronto, una larga ola de calor
atravesó el pueblo; una marea de aire tórrido, como
si alguien hubiera abierto de par en par
la puerta de un horno. El calor latió entre las
casas, los arbustos, los niños. El verano del
cohete, Crónicas Marcianas, Ray Bradbury
¿Cómo podía uno ensañarse con quienes,
sin duda, iban a morir?... Sólo tenemos derecho a odiar lo que es eterno. El
gatopardo, Giuseppe Tomasi di Lampedusa
Todo era paz entonces, todo amistad,
todo concordia: aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir
ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre. El Quijote,
Miguel de Cervantes
En las rocas hay una mujer mirando las
puestas de sol, todas las tardes. Tiene un pañuelo de colores atado en la
cabeza; las manos juntas, sobre una rodilla; soles prenatales han de haber
dorado su piel; por los ojos, el pelo negro, el busto, parece una de esas
bohemias o españolas de los cuadros más detestables. La invención
de Morel, Adolfo Bioy Casares
No entiendo de rumbos, pero, aunque
estuvieses tan distante como esa extensa playa que baña el más remoto océano,
me aventuraría en pos de semejante joya.
Romeo y Julieta, William Shakespeare
Y sacó del bolsillo de su chaleco algo
que me pareció un trozo de viejo pergamino muy sucio, e hizo encima una especie
de dibujo con la pluma. Mientras lo hacía, permanecí en mi sitio junto al
fuego, pues tenía aún mucho frío. Cuando terminó su dibujo me lo entregó sin
levantarse. Al cogerlo, se oyó un fuerte gruñido, al que siguió un ruido de
rascadura en la puerta. El escarabajo de oro, Edgar Allan Poe
La idea de un paraíso terrenal en el que
los hombres vivirían como hermanos, sin leyes y sin trabajo agotador, estuvo
obsesionando a muchas imaginaciones durante miles de años. Y esta visión tuvo
una cierta importancia incluso entre los grupos que de hecho se aprovecharon de
cada cambio histórico. 1984, George Orwell
Al desenredarme por fin de esa
pesadilla, me vi tirado y maniatado en un oblongo nicho de piedra, no mayor que
una sepultura común, superficialmente excavado en el agrio declive de una
montaña. Los lados eran húmedos, antes pulidos por el tiempo que por la
industria. Sentí en el pecho un doloroso latido, sentí que me abrasaba la sed.
Me asomé y grité débilmente. Al pie de la montaña se dilataba sin rumor un
arroyo impuro, entorpecido por escombros y arena; en la opuesta margen
resplandecía (bajo el último sol o bajo el primero) la evidente Ciudad de los
Inmortales. El inmortal, Jorge Luis Borges
FINALES
A nadie ha encontrado, y su brazo se
apoya en el vacío. Porque tras él, al pie de un poste y con las piernas en alto,
enredadas en el alambre de púa, su hijo bien amado yace al sol, muerto desde
las diez de la mañana. El hijo, Horacio Quiroga
¿Existe ese Aleph en lo íntimo de una
piedra? ¿Lo he visto cuando vi todas las cosas y lo he olvidado? Nuestra mente
es porosa para el olvido; yo mismo estoy falseando y perdiendo, bajo la trágica
erosión de los años, los rasgos de Beatriz. El Aleph, Jorge Luis Borges
Y como una sombra enloquecida corrió
hacia esa primera estación de las afueras, que es donde toman el tren todos los
náufragos de la ciudad. Era como dos almas en una. La suya y la de Leonardo,
huyendo a campo traviesa. El caballero del hongo gris, Ramón Gómez de
la Serna
Comprendía que eran las de los
noctámbulos y las de los trabajadores vidas paralelas que no llegaban ni un
momento a encontrarse. Para los unos, el placer, el vicio, la noche; para los
otros, el trabajo, la fatiga, el sol. Y pensaba también que él debía ser de
éstos, de los que trabajan al sol, no de los que buscan el placer en la sombra. La busca, Pío
Baroja
Permanece un buen rato masticando esas
palabras, hasta que por fin responde:
–Parece que sí. Aráoz y la
verdad, Eduardo Saccheri
¡Mañana, mañana terminará todo! El jugador,
Fiódor Dostoyevski
Así va el mundo. Muchos adquieren
opinión de doctos, no por lo que efectivamente saben, sino por el concepto que
forma de ellos la ignorancia de los demás. El médico a palos, Molière
La sabiduría humana, sin embargo, se
mueve entre dos enigmas que parecen indescifrables por principio; a saber: el
misterio del primer origen de todas las cosas y la estremecedora incógnita del
último fin. Es, pues, entre los límites insalvables de ese enigma, donde
seguirá la mente humana afanándose –esperémoslo– por cuidar de la vida y
perfeccionarse a sí misma. La mente humana, José Luis Pinillos
Pueden acompañar el texto con la imagen que encabeza la convocatoria o elegir otra a su gusto.
Espero que les entusiasme la idea y que se animen a sumarse aún quienes no hayan participado nunca de nuestros encuentros jueveros.
Recuerden que los relatos deben ser subidos entre miércoles y viernes, avisándome y dejándome el link correspondiente entre los comentarios.
Los espero!
P.D
cabe aclarar que por supuesto no hace falta ajustarse a los nombres propios que aparezcan en los párrafos para hilvanar su relato