Justo al filo de este jueves, sin saber bien por qué, aporto este imprevisto relato que surgió a partir de la propuesta que esta semana nos deja Cecy desde su blog. Dar clic para leer todos los textos.
CARTA DE AMOR IMPROBABLE
Sobre las hojas ajadas de un libro desvencijado
justo al final de un relato y ante el dibujo del siguiente,
se ha garabateado una carta -en prolija referencia-
usando la página en blanco que separa ambas instancias
entre mundos diferentes:
de un lado, un bosque encantado
de cazadores bizarros, hadas, orcos y doncellas
todos en trama florida luchando por ser valientes.
Del otro, una bella reina asida a un destino de encierro
por honor y causas dignas renuncia a rehacer su vida
tal y como la ha soñado.
Relatando su
infortunio al sufrir de mal de amores
-atrevido e
imprudente- el orco que escribe la carta
revela que ha traspasado
la frontera entre dos cuentos
sabiendo que nadie creerá
que fuese real ese paso.
El pobre, sabiendo su
estirpe de referente accesorio
nada tiene que ofrecer
en el juego de flirteos
que se teje entre aventuras
de personajes icónicos.
Lo cierto es que aun asumiéndolo,
decide mostrarse sin
miedos
en esta carta que
deja para su amada secreta:
-oh, Reina, mi dulce musa,
de mis sueños adorada
soy orco -muy bien lo
sé- de una historia a usted lejana
paralelos son los
mundos en que a ambos habitamos
no hay página ni frase escrita
que aúne ni acerque el cielo
de vuestro reino difuso
con este bosque encantado.
Sobradas son las
razones por las que en los grandes relatos
un orco no suele ser nunca
destinatario de amores
de la selecta realeza que
encabeza los romances
de los cuentos
infantiles o las novelas más rancias.
Pero pese a verme iluso
no quiero quedar callado:
desde el mágico
instante en la que la he vislumbrado
-solitaria en su
montaña-
no he dejado de soñarla
tal cual ha sido ilustrada
apenas se inicia la
trama de ese cuento que le nombra
y que ennoblece su
causa.
No hay pena que tenga en
mi vida
más grande que verla enjaulada
aunque yo sepa que intenta
ser leal a su corona
no quiero saber que
sufre aprisionada en su reino
de ilusiones canceladas.
Venga usted, Reina del
limbo
refúgiese en mi bosque
encantado.
Desde allí podrá remontar
sus sueños, libre
sin que nadie le halle,
ni el lector lo dé por sentado.
Camuflada entre flores
y hadas
pasará usted
desapercibida llevando una vida llana,
viviendo sus sueños niños
sin que nadie la extorsione.
Mientras tanto, allá en
su reino, intentando cubrir sus pasos
con cuidado iré sellando
los espacios que vayan quedando
a medida que vaya
borrando del relato y las estampas
su figura, que adoro
tanto.