Con algo de demora, me sumo a la convocatoria juevera de esta semana, que conduce Gustavo. Para leer todos los textos participantes, pasar por su blog.
TE PERDONO
Claro, por supuesto. Si no fue tu
intención. Sólo no pudiste controlarte. Eres apasionado, todo el que te conoce
ya lo sabe. No logras dominar tus impulsos y muchas veces haces cosas sin
pensar bien las consecuencias. ¡Si lo sabré yo, que te he querido y acompañado
desde siempre, pese a lo que todos me decían! Sabía bien que, luego de tus
arranques violentos, tratarías de disculparte a tu manera. A veces, como si
nada hubiera pasado, retomabas la rutina sin darle importancia a lo pasado,
intentando disimular tu pena hablando de cualquier cosa menos de la discusión
que antes habíamos tenido. Es que yo, muy a mi pesar, siempre olvidaba lo que
te ponía agresivo y volvía a machacar con lo mismo, haciéndote estallar pese a
no quererlo. Es que siempre fui una tonta, porque una y otra vez caía en lo
mismo, diciendo alguna bobada sin darme cuenta que te iba a hacer irritar, y así
todo empezaba nuevamente. Gritos, golpes, insultos, humillaciones… y después
tus disculpas.
¡Claro que te perdono! ¡Lamento
no estar allí para decírtelo personalmente! ¡Sí sé que no fue tu verdadera
intención matarme! ¡Ha sido un desgraciado accidente! ¡Si fui yo misma quien corrió
antes la mesita de lugar, mientras limpiaba para preparar la casa para tu
fiesta! ¡Cómo ibas a saber que la había puesto justo allí, en el medio del
camino mientras trastabillaba por el empujón que me diste, cayendo escalera
abajo mientras tú estallabas de bronca porque la cerveza no estaba ya en la
heladera como me habías pedido!