A pesar que ya lo he publicado -creo que más de una vez- hoy lo traigo otra vez hasta aquí...porque revisando mis escritos lo volví a ver y nuevamente me dieron ganas de compartirlo.
Quienes ya lo hayan leído, sepan disculpar...
Quienes ya lo hayan leído, sepan disculpar...
ENHEBRANDO PALABRAS
Enhebrando palabras.
Ganándole
la carrera al tiempo.
Entre recuerdos y ausencias
tratando de enlazar en oraciones
aquellas imágenes
que se llevó el viento,
aquí estoy,
en silencio.
Tan sólo con la música
y los colores
que se empeñan
en habitar los rincones
del corazón y mi mente.
Allí han quedado
mi infancia, mi inocencia,
sonrisas sin dientes
muñecas con nombre
tardes de lluvia y leche,
juegos de té y pastillas,
dibujos con barriletes.
Esperanzas guardadas,
jardín de promesas,
guardapolvo blanco,
aquel olor sin igual
de los útiles nuevos.
Domingos en familia
aventuras y vuelos
en aquel mágico altillo
descascarado y perfecto.
Risas y gritos.
Preguntas sin respuestas.
Peleas, y llantos,
a veces por un reto.
Meriendas con la tele,
amigos y juegos
hasta que acabada la tarde,
se ennegrecía el cielo.
Cena de a cuatro.
Aquella comida caliente,
charla animada,
hermano que ya crece.
Los días que se vuelan,
inquietudes que molestan.
El cuerpo que cambia,
los “por qué” que atormentan.
Mudo reflejo de ese espejo
que se empeñaba en mostrar
una niña que esperaba
verse mujer y volar.