Me sumo con este relato a la convocatoria juevera que, desde su blog, esta semana nos hace Mar. Para leer todos los textos, dar clic aquí.
EL PICNIC
Lo que importa es la actitud, se
dijo, y con gusto y dedicación comenzó a juntar algunas frutas maduras de un
arbusto bastante espinoso que crecía junto al risco, consiguiendo llenar el rústico
cesto hasta la mitad. Después, con la técnica que había perfeccionado a lo
largo de tantos meses infructuosos, logró atrapar tres pececitos de aspecto
sabroso que mantuvo protegidos del sol con una hoja que arrancó justo antes, cuando
trepó la única palmera hasta alcanzar el coco más grande que recordaba haber
visto nunca.
Celebró con sencilla emoción lo
generosa que se le prodigaba la madre naturaleza en ese día especial -su cumpleaños-
y dirigiéndose con presteza al punto más bello de la playa, se dispuso a disfrutar
de su picnic tal como lo había planeado.
Extendió la escueta tela a
cuadros sobre la arena y allí dispuso los comestibles recién recolectados. Se permitió
un momento de íntima satisfacción antes de comenzar el ritual de paladear sus
manjares, contemplando con regocijo la magnífica vista que desde allí, la inmensidad
del océano le brindaba. Se sintió pleno, afortunado, esperanzado. Y esos
pensamientos lograron revitalizar su ánimo, bastante alicaído durante las últimas
semanas.
Con sincero gozo fue saboreando
uno a uno los pececitos que asó sobre la fogata trabajosamente montada,
después, una a una las carnosas frutas, que a esa hora le supieron a mieles, todo
oportunamente regado con el agua de coco que calmó su sed bajo el sol tajante. Justo
antes del atardecer, se decidió a disfrutar del mar, nadando tranquilamente por
un largo rato, dejándose llevar por las olas dóciles que rompían en la orilla. Después,
juntó los restos del festín y se felicitó por la insólita ocurrencia de hacer
un picnic a modo de celebración. La vida es solo una y merece disfrutarse,
pensó, mientras sacudía la tela a cuadros contra el viento, para que la arena no
se le metiera en los ojos.
Cuando la luna ya se alzaba sobre
el horizonte, volvió, resignado, a desmontar el mástil que había improvisado hacía
más de un año en lo más alto de su isla desierta. Ató nuevamente el deshilachado
trapo a modo de bandera izándolo hasta el tope y rezó, mientras lo hacía, para
que alguna vez la tripulación de algún buque que navegara por esos rumbos lo
viera, llegando al fin a rescatarlo.
34 comentarios:
Pobrecito, un año ya de naufrago. Pero oye, ese día disfrutó. Me ha encantado
Un abrazo
nada menos que su cumpleaños!! todo vianda improvisada entre las carencias de su mundo estaba en ese menú. No faltaba ese mantel a cuadros ( puede que de influencia italiana y que sólo ascendentes y descendientes de pueblos mediterráneos usamos) que terminó usando como salvavidas en un mástil
Un abrazo
Espectacular lugar para un pícnic. Aunque seguro que él, siendo y naufrago esperando ser rescatado, no le parecería tan espectacular.
Gracias por participar.
Bss.
Sorprendente picnic. Su onomástica, sólo y perdido, buscando alguién a quien asirse y gritar que lo resaten. Mientras tanto...la bandera de SOS sirve de mantel improvisado.
Genial, un abrazo amiga.
Has demostrado que no hace falta nadie más que uno para hacerse su propia fiesta. La capacidad de ser humano es infinita. Esperemos que el año próximo celebre su picnic en compañía. Muy bueno si señora. Un besote Neo.
Tenía bien merecido ese día de picnic. Seguro que algo cambiaría en su siguiente espera. No hay nada mejor que ponerle alegría a los zarpazos de la vida.
Besos.
Me alegra que te gustara Albada. Siempre hay que insistir en encontrar el lado bueno de las cosas ��. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención
Gracias por tu atenta lectura Rodolfo. Siempre es bueno celebrar la vida. 😉😐
Fue un gusto haber podido aportar a tu convocatoria Mar. Me alegra haber logrado extender mi mantel!😉. Un abrazo
La cuestión es intentar ver la realidad desde una perspectiva esperanzada, Jorge. De otro modo, fácilmente nos hundimos en el desánimo 😉. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
Ojalá l esperanza lo mantenga a flote el tiempo que haga falta 😉. Un abrazo Campi. Muchas gracias por tu atenta lectura
Es la actitud imprescindible en la vida, Juan! Muchas gracias por pasar y leer con atención. Abrazos con mantel a cuadros 😉
La vida en un paraiso, en donde uno esta solitario, parece ser una experiencia si bien no "infernal" no es la mas querida de todas. Pero como se ve de vez en cuando esa soledad nos da ciertos momentos de extasis, de felicidad. Pronto lo rescataran estoy seguro.
Seguro que sí José. Tambien soy optimista. Muchas gracias x leer y comentar. Un abrazo
Hola Neo, cada uno se lo puede montar como le guste, buena entrada de picnic.
Se puede ver la hora en que `publiqué mi participación, esta mañana temprano. No veo la mia. Tampoco sé la hora de cierre, me temo que me quedo fuera?
No conozco a Mar, no estaba cuando participaba aquí.
Feliz finde.
Un abrazo.
Bueno, quien no se conforma es porque no quiere... el espíritu de vivir y de superación es lo que nos diferencia.
Un pícnic para la reflexión.
Bss
Veo que ya te ha enlazo. Me alegra Mari Carmen. Un abrazo
Buena reflexión la tuya Sylvia .. Gracias x pasar y leer. Un abrazo
Sí, sería la última, pero Mar me incluyó.
Buen picnic nos trajiste, Neo.
Un abrazo.
Caray, no se me hubiera ocurrido que un pic-nic (término que no he usado pero sí leído en tebeos) fuera también cosa de robinsones. Porque se supone que un eso, un pic-nic, tiene de ingrediente también a un grupo humano, o al menos una pareja. Pero bien traido el cuento, ya lo creo.
Me alegra, muchas gracias 😉
Es cierto, suele entenderse que un pic nic es para compartir, pero básicamente para disfrutar del aire libre comiendo en circunstancia especial y festiva. Creo que para el personaje, además de todo eso, implicaba una renovación de la esperanza. Muchas gracias por pasar y leer Fackel. Siempre es un gusto recibirte. Un Abrazo
La esperanza es lo último que se pierde aunque, en ocasiones, duela. Sinceramente, este personaje merece un monumento. En su escasez, en su soledad, hace de cada momento algo importante, algo necesario para seguir cuerdo, para esperar que la vida le dedicará una amplia sonrisa y no medias carcajadas.
Un beso, Moni.
Así lo intui Mag. Así surgió sin muchas consideraciones. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
Tiene que ser muy duro, ser un naufrago solitario, pero viendo lo que hay, yo me pensaría por un momento si realmente quiero que me rescaten.
Me ha encantado el cuento. Con tu permiso me quedo leyendo por aquí.
Un saludo.
Bien venido Ángel. Me alegra que te gustara el cuento. Muchas gracias
Pero ha tenido la suficiente moral para organizarse un picnic de cumpleaños, seguro que vendrán tiempos mejores. Muy bueno, besos.
Muy valiente y valiosa la actitud, apuntar a la esperanza celebrando el hecho de estar vivo. No debe ser fácil, en situación semejante, pero seguro le será fundamental amenizando la espera. Gracias por pasar y leer Moli. Un abrazo
De entre la adversidad sacar fortaleza y mantener viva la esperanza y por supuesto, valorar los pequeños detalles que hacen más llevadera determinada situación.
Siempre te digo que me gusta visitarte y lo que trasmites.
Abrazo
Se agradece, Mujer de Negro. Me alegra recibir tu visita. Un abrazo
Cada día en esas condiciones es una aventura y hay que estar fuerte para hacer ganas de un picnic. Espero que le dure la fuerza.
Un placer leerte
Beso
Ojalá no se dé por vencido 😉 gracias por pasar y leer Charly. Buena semana!
No podría imaginar nunca a un náufrago preparándose un picnic, ¡Que imaginación la tuya, Neo!
Pero desde luego esa es la actitud para no volverse loco.
Besitos.
Te agradezco Tracy. Un abrazo
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