Solo, en medio de su gris monotonía, el solitario repasaba viejas fotografías con gran avidez, pensando en las volteretas que tiene la vida para llevar de un lugar a otro las pertenencias de la gente cuando ésta deja de existir.
A través de las borrosas
figuras que aún podían distinguirse en las ajadas imágenes monocromas,
intentaba dilucidar las que alguna vez fueran historias de vida cargadas de
sueños y esperanzas. Lo hacía con la intención de exorcizar a aquellos lejanos
personajes del mayor estrago que llega a provocar la muerte: el olvido.
Agudizando todos sus
sentidos se concentraba primero en intentar descubrir las identidades de
aquellos ignotos a los que nunca conociera en vida pero que, por intervención
del destino, creía conectar en espíritu mirando las viejas imágenes que tanto
lo seducían. Luego, de su interior un nombre tentativo surgía y con la devoción
que reclaman las cosas más queridas, se hundía en los detalles más específicos
de los fondos, los paisajes, los elementos que lograba reconocer en la foto
para así soltar una hipótesis certera que acreditara su interpretación: “aquí Jeremías celebraba en familia haber
conseguido su primer trabajo”… arriesgaba en voz alta y en tono aseverativo…
“esa tarde, Laura y Julio se juraron amor
eterno”…
Después le dedicaba unos
minutos finales a cada quien imaginando cómo habrían sido sus días a partir del
momento fotografiado, resumiendo lo recabado en una muy prolija ficha que
adjuntaba a cada retrato. Con el tiempo esas ceremonias se transformaron en la
única razón de sus días, olvidándose así de sus propios dolores y tristezas.
Una tarde se topó con una imagen
que le resultó familiar. Un encorvado hombrecito gris se veía muy compenetrado
y solitario examinando descoloridas fotografías. Le costó poco averiguar su
identidad y mucho menos tiempo completar la ficha.
22 comentarios:
Francamente bueno, lo he saboreado de pe a pa. Además de que es un tema que siempre ha recabado mi atención me has dado ideas. Yo creo que solitarios somos todos al menos en determinadas circunstancias, y esta de contemplar fotografías es una de ellas. Pero es un ejercicio que puede ir desde la simple observación curiosa al examen profundo y a la fantasía. De cuántos personajes de esas fotografías que hemos heredado de nuestros padres o abuelos no sabemos casi nada, o como mucho el vínculo formal. Pero cuando contemplo imágenes de tíos que no conocía, por ejemplo, en ámbitos de los años veinte o treinta del siglo pasado, o de la misma guerra, me pregunto tanto sobre ellos. Cómo serían, qué pensamientos tendrían, cómo se comportarían, etc. Creo que me has dado pie a que tal vez algún día hable más sobre las fotografías que guardo. Es un ejercicio saludable o al menos entretenido, ¿no? Cuando no con cierto tono filosófico. Aunque al final me vea encorvado contemplando lo que no conocí o lo que viví pero se me escapó y yo me vaya escapando. Me has emocionado, disculpa. Un abrazo.
Muy bueno. Hay que querer dotar de identidad a las fotos que nos llegan y cuyos personajes ignoramos. Sin duda, la última foto, de un sí mismo actual, le daría para volver as snetir sus dolores.
Es un final perfecto. Un abrazo
Esas fotografías olvidadas en una caja, en un álbum... efectivamente con el paso del tiempo uno trata de analizar circunstancias ahí plasmadas. Son a veces, como el recuerdo que nos queda de las personas que hace decenios que no vemos. Ellos permanecen en nuestra mente inalterables al tiempo, con la misma lozanía de cuando dejamos de verles
Cuando descubrimos fotos antiguas algunas no las reconocemos por el tiempo pero otras sus gestos y facciones no son conocidas y comenzamos una investigación como detectives tiendes a ver quien eran esos antepasados. Que lindo texto nos has dejado Neo ,. Un abrazo y feliz semana.
Fackel, no sabes todo lo que tu comentario significa para mi, me siento halagada y muy emocionada. Te respeto muchísimo como escritor que sabe encontrar las palabras justas para narrar y describir, haciendo que el lector se sienta parte vital de lo que lee, por lo que me digas que un texto mío te ha hecho pensar y emocionar al punto de querer hablar más sobre tus propias fotos e historias, es mucho más de lo que esperaba de uno de los cuentos. No sólo lo agradezco sino que lo valoro como un muy grato regalo que mo esperaba. Me has emocionado tú ahora. Muchas gracias. Un fuerte abrazo.
Me halagan tus palabras Albada. Me alegra mucho que te gustara el relato. Un fuerte abrazo y gracias por pasar y leer con atención.
Me alegra haber podido transmitir las sensaciones que me inspiraron a escribir está historia Rodolfo. Muchas gracias por leer y dejarme tu impresión. Un abrazo
Campi, me alegra mucho que te haya gustado. Valoró tus palabras y tu lectura. Un fuerte abrazo
Este relato, como el hecho poco ejercitado en mi de mirar fotos viejas, me lleva a una inexorable nostalgia.
En definitiva todos seremos una foto vieja, todos seremos olvido.
Abrazo
Un pensamiento profundo y sentido. Muchas gracias Maga por pasar y leer. Un abrazo
Me has hecho pensar si no sería conveniente que empiece a romper fotografías de mi existencia. No quisiera que mis nietas y sus hijos, (que no conoceré), me recuerden y hablen de mí, en color sepia.
Brillante entrada.
Besos, amiga.
Por qué no, Juan? Es una forma de seguir presente dejando crecer lo que sembramos! Me alegra que te gustara el relato. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer con atención
Me recordaste con este relato y fotos que acompañan, una caja que tiene mi madre, en ella hay fotos de gente que nunca conocí, pero que leyéndote se podría ver casi lo mismo.
Un relato nostálgico, bello, inspirador y sobre todo te hace reflexionar sobre los recuerdos y nosotros.
Un abrazo Moni :)
Te agradezco Cecy por tu comentario. Me alegra que te gustara. Un fuerte abrazo y muchísimas gracias por leer con atención.
Y a mí me emocionaron los dos. No suelo leer comentarios antes de escribir el mío pero esta vez lo hice y coincido con Fackel, no podría haberlo expresado mejor. Abrazos a ambos.
Querida Myriam, sigo sintiéndome gratamente sorprendida y agradecida por tan generosos comentarios. Me halagan t estimulan. Un abrazo y muchas gracias
La fotografía detiene una vida, que viene de antes y que continúa. Hacen pensar siempre. Incluso aquellas fotografías de cadáveres que se pusieron de moda en el siglo XIX para constatar la muerte e informar de ella...
Excelente.
Muy amable Pedro. Te agradezco el comentario. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer.
Creo que hay mucho de magia en las fotografías. Sobre todo, en estas realizadas hace mucho tiempo y que guardan el énfasis de lo natural ante el objetivo. Particularmente, soy un enamorado de las fotografías antiguas, y suelo recrearme observando los detalles que enmarcan.
Un relato estupendo...mi abrazo.
Coincido Jorge. Don muy digestivas y es fácil quedarse extasiado contemplando esos rostros de otro tiempo. Me alegra que te gustara. Un abrazo y muchas gracias por pasar.
Yo comparto esa pasión por las fotografías antiguas, de hecho han inspirado algunos de mis relatos. Pero esperó que mi pasión no se torne obsesión como en tu protagonista. Muy bueno, besos.
jeje a veces la línea divisoria es muy sutil Moli jeje. Un abrazo y gracias por pasar y leer.
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