Sobre la tendencia a la segregación y al racismo se puede, lamentablemente, escribir mucho. Sobran los ejemplos pasados y presentes de aberraciones que se vienen cometiendo contra aquellos a los que se considera distintos o inferiores.
Hace poco vi una película que me hizo conocer una situación terrible que desconocía, y que además, nos es contemporánea.
No se trata de actitudes discriminatorias de los llamados “regímenes totalitarios” ni de grupos de fanáticos fundamentalistas que llegan al poder. En este caso, se aborda la manera en que Gran Bretaña consideró a los aborígenes australianos desde la época en que se apoderó de sus territorios; esta situación estuvo vigente hasta 1970. En esos momentos, en aquellas latitudes y sin que el resto del mundo se diera prácticamente por enterado, el gobierno australiano venía aplicando una política aberrante contra los aborígenes.
Se trata de la limpieza étnica que el gobierno australiano realizó durante gran parte del siglo pasado para conseguir que los aborígenes (de piel negra) fuera eliminándose progresivamente debido al entrecruzamiento racial.
Esta política la hacían en nombre de salvaguardar sus propios intereses, ya que se consideraba que la raza aborigen pura no era apta para la integración, que eran menos inteligentes y que por lo tanto no eran aptos para ejercer por sí mismos sus derechos, necesitando ser representados por funcionarios del gobierno quienes “los protegían” y a quienes debían dirigirse para solicitar permiso para cualquier actividad que pretendieran hacer, desde las más trascendentes, como por ejemplo casarse, hasta las más irrelevantes por ejemplo comprarse zapatos. En nombre de esta “protección” buscaban el “perfeccionamiento” de la raza, considerando que en tres generaciones que se mestizaran consecutivamente, las características predominantes de la raza negra desaparecerían totalmente.
Por esta razón, los hijos mestizos (producto de las relaciones ocasionales y de las violaciones a las que las mujeres aborígenes eran sometidas por hombres blancos) eran secuestrados del seno materno y llevados a sitios de “educación” donde se los entrenaba como mano de obra barata, tanto para el servicio doméstico como para otras labores.
Se trató de una asimilación forzosa llevada a cabo en cumplimiento de leyes del Commonwhealth. De esta manera y controlando que los “entrecruzamiento” no se dieran con aborígenes puros, se pretendía "que la raza aborígen no se fuera blanqueando", alejándola totalmente de sus vínculos familiares y culturales.
Se les prohibía hablar su idioma, dormían en catres amontonados en grandes dormitorios al cuidado de religiosas y enfermeras, los sitios de “residencia” eran “campos de concentración” donde el más pequeño incumplimiento de las normas era castigado con encierro o con golpes.
De esta manera, pequeños de distintas edades (hasta bebés) eran cruelmente separados de sus madres en forma definitiva, sin que siquiera pudieran verlos esporádicamente; por el contrario, se convirtieron en una generación sin raíces familiares, creciendo en la ignorancia de sus orígenes y culturas; muchos, además, sin saber quiénes eran ni dónde habitaban sus padres biológicos.
Para protegerlos, sus verdaderos padres los escondían, los “oscurecían” con cenizas, tratando de que no fueran vistos por las autoridades blancas, ya que tenían el respaldo legal de quitárselos y darlos hasta en adopción.
Semejante atrocidad se fue repitiendo en nombre de su “beneficio” y perduró hasta 1970. Recién en los años 90 se conoció el drama de la llamada “generación robada” de los aborígenes australianos.
Entre 1910 y 1970 fueron más de 100.000 los niños y jóvenes separados a la fuerza de sus familias y puestos bajo la tutela de órdenes religiosas y familias blancas con el pretexto de protegerlos y educarlos en los valores occidentales .
En 1997 una comisión parlamentaria realizó un informe que publicó titulado “Devolverlos a casa”, donde se recomendaba al gobierno australiano compensar económicamente a los afectados por las políticas de “genocidio y asimilación forzosa” que sufrieron los llamados niños de la generación robada.
En su momento, el primer ministro John Howard rechazó la propuesta por considerarla” impracticable”.
En Tasmania (territorio también bajo las leyes del Commonwhealth) la situación de otros cientos de miles de niños mestizos ha sido la misma que en Australia.
Testimonio: "Cada mañana nuestra madre aplastaba carbón y lo mezclaba con grasa animal, luego nos cubría la piel con la mezcla para que cuando vinieran los guardias creyesen que éramos negros. Nos decía: estad siempre atentos y si veis venir a gente blanca, corred al campo y escondeos y quedaos muy muy quietos, o meteos en un tronco o un desagüe donde no os puedan ver. Si nos pillaban por sorpresa, las madres nos embutían en sacos de harina. Nos aguantábamos los estornudos como podíamos, pues sabíamos que si el hombre blanco nos pillaba se nos llevaría para siempre."
9 comentarios:
Absolutamente horroroso.
La segregación y el genocidio no han sido privativos ni de las épocas coloniales ni de las políticas autoritarias, como bien dices, sino del seno del mismo sentimiento de los hombres.
Puedo luego de esto decir buen domingo? =D
Ví la película hace tiempo, cuando su estreno, y es uno de los casos que demuestran que el cine puede ser testigo fidedigno de la realidad de lo que ocurrió y de lo que ocrurre.
Saludos
Que horror. A veces me avergüenza pertenecer a una raza que tanto daño ha hecho, porque vale que haya un loco que se le antoje algo, pero... Los que le siguen y ejecutan sus órdenes, ¿Acaso no son peores?
Intentaré hacerme con esa película.
Hasta a cada rato :)
Un beso
Otro ejemplo de la ignorancia y la inhumanidad.
Cómo es posible que las personas se crean mejor que otras hasta el punto de anularlas?
Es terrible!
Espero y creo que esa forma de ver el mundo ya no existe, al menos en la mayoría de las sociedades...
Eso espero...
Un beso
P
SIEMPRE LO HE DICHO Y NO ME CANSARE DE REPETIR,LOS HUMANOS SOMOS LA ESCORIA DE EL MUNDO,NO TODOS CLARO.CON LAS BARBARIDADES Y ATROCIDADES QUE COMETEMOS NO SE COMO NO HA EXPLOTADO LA TIERRA.
SON MAS HUMANOS LOS ANIMALES QUE MUCHAS PERSONAS.
BESOS.
Mº JOSE.
es tremendo, en situaciones como estas en las que una no sabe que decir es mejor guardar silencio
besos
Que horror, por Dios. Conocía vagamente estas prácticas pero no los detalles que nos has contado. Cuantas atrocidades a cometido el hombre blanco en pos de su "adoctrinamiento". Y los pueblos más puros, que suelen ser los más débiles siempre han pagado las consecuencias de estas locuras.
Y creo que solo conocemos la punta del iceberg de todas las injusticias que se han cometido contra estos pueblos a lo largo de la historia.
La fotografía es impactante, transmite un miedo aterrador.
Un abrazo Moni.
Terrorifico, pero cierto.
El genocidio, la limpieza etnica y los abusos que los paises europeos han cometido con las gentes nativas de otros continentes...no tiene nombre.
Ojala el criterio de la hermandad universal entre todos...alguna vez pueda consolidarse como una bella realidad.
Un abrazo.
Hola Neo...
El hombre no cambia nunca, ¿ verdad? Y los que no ejecutamos lo que están haciendo..¿ dónde miramos? Si vemos todas las conquistas, las de los españoles allá...no se diferencia demasiado de la que hicieron los ingleses y seguramente el resto de los europeos que conquistaron tierras en su momento.
Cada vez que veo una calle llamada Hernán Cortés.o escucho hablar de la conquista de las Américas..se me revuelven muchas cosas.
Lo de los australianos, no por ser historia repetida es menos terrible, pero estoy segura de que si mañana vuelve a ver una conquista de algún territorio, independientemente quién la haga, será muy similar, tenemos unos genes malditos
Besos
Aire
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