Bastante tarde pero al fin encontré la inspiración. Le pido a Ame disculpas por la demora. Para leer los sueños del resto de los jueveros, dar clic aquí.
Esa mañana había discutido con el
almirante sobre el destino que le adjudicarían por los próximos dos años. Le había
herido profundamente la manera en que lo humilló e insultó, al punto de hacerle
contener las lágrimas que amenazaban con brotar de sus ojos otrora altaneros.
Pese a lo duro del momento se
contuvo y se las ingenió como para masticar en silencio su odio durante lo que
resultó ser el resto de su peor día.
Culminadas sus labores, se retiró
temprano a su habitación luego de una frugal cena que no pudo terminar de
deglutir. Se hallaba destruido, demolido por la hilarante frase final con la
que el altivo oficial se encargó de refrendarle la diferencia entre sus respectivos
estatus y esa indigna culminación fue lo que puso sello final a aquel
desgraciado encuentro.
Obviamente no pudo dormir. La luna
en lo alto de la noche oscura parecía querer impedirle hallar el distendido
refugio que sus sábanas solían brindarle cada noche. El ritmo del antiguo reloj
de péndulo heredado de su abuelo se obstinaba en aumentar la intensidad de su
tic tac a la par de su ritmo cardiaco que no lograba distenderse.
Al fin se adentró en el sueño, quizás más por
obstinación que por necesidad o entrega. Sus pesadillas fueron tan intrincadas como
extrañamente nítidas y sanguinarias. Un puñal de hoja serpenteante con
exquisita empuñadura de oro y complicadas inscripciones en su costado
destellaba entre sus manos. Febriles e inquietas las veía transformarse bajo la
luz helada de la luna nueva, la misma quizás que reinaba afuera, esa misma
noche, mientras se sabía durmiendo en su alcoba. El destino del puñal lo intuyó
desde el comienzo del sueño y pese a ello no se negó a aceptarlo.
La convicción de que la
naturaleza de los sueños jamás se entrelaza con la de la realidad le dio la
confianza como para que sus impulsos no se dejaran sujetar por los naturales
filtros que su moral y su educación le impusieran a toda la violencia contenida
que sentía circulando por sus venas. Se permitió entonces participar sin
remordimientos de lo que en aquella realidad onírica iba a ser una orgía de
sangre. Los ojos altaneros de aquel odioso almirante fueron impiadosamente
arrancados de sus órbitas con la ayuda de aquel sinuoso estilete repujado.
Su sed de venganza pareció calmarse
luego del mar de sangre derramado en aquel rincón inconfesable de su mundo de
sueños y eso lo tranquilizó, diluyendo de inmediato la culposa satisfacción que
lo embargaba, sobre todo a sabiendas de que se trataba de una venganza onírica,
una descarga subconsciente e inocua de su gran furia contenida.
El sol ocupó al fin el sitio de
la luna que se esfumaba en el horizonte. Una nueva mañana nacía y con ella la
oportunidad de intentar ver al mundo diferente. Se asomó por su ventana con
aires renovados. Buscó hallar un resquicio por donde enfrentar con optimismo el
indeseado destino que le fuera asignado, pero no lo logró. El pesimismo aún no
se había disipado.
Lo primero que le alertó de la
tragedia ocurrida fue el comentario que logró escuchar al pasar sobre el insólito
puñal hallado junto al cuerpo desmembrado. Las extrañas inscripciones que no
lograban ser descifradas. La exquisitez de su factura.
El detalle escabroso de los ojos
arrancados terminó de ponerlo en alerta ante la posibilidad cierta de que alguna
anormal circunstancia hubiera hecho posible la interconexión de su escabrosa
pesadilla con aquel sanguinario asesinato que jamás hubiese concebido estando lúcido
y en su sano juicio. Pero él no había sido. No en el plano de la realidad al
menos. Eso no podía haber sucedido.
Intentó reflexionar sobre que tal
vez en realidad había tenido alguna especie de premonición. Un presentimiento inexplicable
sobre semejante tragedia que llegó a su subconsciente de alguna forma
involuntaria. Pero la sola idea le resultaba tan descabellada como la otra
alternativa: la posibilidad de que sus sueños se hubiesen mezclado con la misma
realidad al punto de alterarla.
Un sudor frío le recorrió de pies
a cabeza al mismo tiempo que lo hizo trastabillar. Se llevó a la frente sus
manos temblorosas para secarse las gotas que sentía brotar y con el espanto sincero
que nace ante lo inexplicable, contempló aterrado en su mano derecha los
rastros inequívocos de los extraños signos que en relieve luciera el puñal de
su sueño y que inexplicablemente, ahora –lo podía afirmar sin siquiera verlo-
se hallaba incontrastable junto al cuerpo desgarrado de aquel a quien, la noche
antes, había soñado matar.
13 comentarios:
Es una gran relato, lleno de fuerza y cierto misterio.
Besos
Es el resumen de una novela que podrías escribir, un relato con fuerza, un final intrigante. La calidad presente párrafo a párrafo hasta la ultima frase. Un saltibrincos
Impactante relato! Un final que sorprende y cierra perfecto. Me encantó esta historia tan bien escrita que engancha y dan ganas de más.
Un beso enorme.
Conforme vas leyendo sientes cada vez más que el nudo en el vientre se hace más fuerte y lo angustiante del sueño te recorre las arterias, es un relato como ya te han dicho, con mucha fuerza, misterio y de una calidad que emociona.
Gracias por compartir tu sueño, un beso Neogéminis
¡Qué complicado cuando un sueño es una realidad y más así de trágica!
Miles de preguntas acucian y no siempre hay una respuesta para ello.
Existen miles de sueños que nos acercan a verdades, otros nos alejan de ellas pero tu relato es tan intenso, está tan bien narrado, esos juegos de palabras... que me ha maravillado. Hubiera estado leyendo mil palabras más.
Un beso muy grande.
Wow Mónica, que tremendo tu relato, ese sueño que se torna realidad, esa mente que dormida hace que el cuerpo haga realidad su venganza... eriza la piel y encoge el alma ir leyendo, ir viendo como la angustia se apodera de ese hombre al darse cuenta de lo que ha hecho... genial, me encanto...
Besines...
¡¡QUÉ BUENO!! Me encantó. Esa fantástica mente tuya trabaja de lujo. Un beso, compi. Excelente.
Se rompió el límite entre lo real y lo onírico, con trágicas consecuencias.
Inspirado tu relato.
Un abrazo
Es un relato perfecto Mónica. Está maravillosamente escrito y la historia tiene un ritmo que te va atrapando hasta el final que intuyes pero que, como el protagonista, no quieres creer del todo.Me ha encantado!
Un beso
Sin exageración alguna te diré que leyendo tu escrito junto a la música que suena en tu blog y los fuegos artificiales, la piel se me ha erizado hasta sentir un escalofrío...quizás ante la belleza de la música...quizás por el misterio del relato..por lo que sea, ha sido un buen momento y una gran historia...besos.
Guau.
Este relato, escrito con más tranquilidad, sin atender a la limitación de palabras, me parecería un estupendo relato de terror. El detalle de la empuñadura es muy bueno.
Tiene razón Mirella, que combinado con la música tiene un efecto escalofriante, jeje.
Besos.
Un relato trepidante que te atrapa des del principio y aunque vas intuyendo el final este no deja de sorprenderte. Me encanta, besos.
Magnífica tensión narrativa en un relato donde se confunden el plano de la realidad y el de los sueños, donde no se acierta a discernir la verdad sobre quien fué el que acabara con la vida del almirante aunque se intuye.
Un abrazo.
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