* basado en una historia real
Siempre fue puntilloso en extremo para los detalles. Su obsesión mayor era lograr que cada pieza pareciera conservar la vida que alguna vez había contenido. Para lograrlo, había desarrollado cuidadosas técnicas de disección y rellenado que recreaban a la perfección la voluptuosidad de las musculaturas vigorosas, la tersura de la epidermis más delicada, el brillo de las pupilas diáfanas y vitales.
Siempre fue puntilloso en extremo para los detalles. Su obsesión mayor era lograr que cada pieza pareciera conservar la vida que alguna vez había contenido. Para lograrlo, había desarrollado cuidadosas técnicas de disección y rellenado que recreaban a la perfección la voluptuosidad de las musculaturas vigorosas, la tersura de la epidermis más delicada, el brillo de las pupilas diáfanas y vitales.
Debido al grado extremo de naturalidad
buscado en cada una de sus obras, su renombre como taxidermista había sobrepasado
el pequeño círculo de entendidos y hasta había sido entrevistado más de una vez
por el principal diario local. Su calidad como profesional se igualaba al
altísimo rigor organizativo con el que lograba concretar cada uno de sus
proyectos – que siempre resultaban ser originales y arriesgados – Pero el que
entendía era su mejor logro y mantenía bajo estricto secreto, resultaba ser la
fórmula de una solución muy particular con la que conseguía preservar los
cuerpos flexibles por muchísimo tiempo, libres de toda corrupción, siempre y
cuando la misma comenzara a aplicarse cuanto antes, inmediatamente sucedida la
muerte del espécimen.
El amor y la obsesión por su bella
y devota esposa no eran menos que la dedicación por su trabajo. Desde que la
conoció, se enamoró perdidamente, adorando cada uno de sus rasgos y aún sus
sutiles imperfecciones.
Pero la felicidad les sonrió apenas unos años, ya que
una enfermedad definitiva atacó a la joven mujer coartando su esperanza y su
destino. La sola idea de tener que vivir sin su compañía hizo que el hombre se sintiera
también morir. Por ese motivo apenas el taxidermista presintió que la dolencia
de su esposa iba llegando a su conclusión fatal, entremezcladas con los
medicamentos que la mujer venía tomando, decidió suministrarle pequeñas dosis
de su solución embalsamadora secreta, para que la misma fuera actuando con
tiempo, preservando para la inmortalidad la delicada belleza que aún conservaba
intacta, pese al desgaste provocado por la larga convalecencia. Si la muerte
iba a arrebatarle la vitalidad de su amada esposa, él conservaría incólume al
menos el cuerpo que la contenía.
La anunciada muerte no llegó de
inmediato, por lo que el suministro del fluido momificante se extendió por
varios días, actuando lenta y convenientemente para que el resultado final de
la que sería sin dudas su obra maestra rayara la perfección que él siempre estuvo
buscando para sus trabajos. Al fin sus dos obsesiones mayores concluyeron en un
único y magistral objetivo: el cuerpo de su mujer estaría para siempre junto a
él, haciendo gala de la excelencia profesional que al fin lograra como
taxidermista.
Más relatos y obsesiones jueveras, en lo de Leonor
18 comentarios:
Qué horror mantener ese cuerpo sin vida!!
Una horrible obsesión y más sabiendo que es un hecho real.
Un beso
Si tengo que volver a casarme preguntaré la profesión, prefiero un arquelogo a un taxidermista. Un abrazo
Que triste historia de amor no entendido.
Si tu latir no se acompasa a la de la mujer amada, el amor es mentira; tan mentira como un cuerpo que no es capaz de tensionarse cuando lo acaricias.
Un abrazo.
¡Cosas más raras se han visto!
Bien mantenido el interés del relato.
Besos.
Esto si que es una obsesión. Da un poco de yuyu quedarse para siempre como una estatua de sal. Buen; pero el hombre consiguió la que quería.
Muy buen relato.
Un abrazo
Una historia de amor y una extraña obsesión, parece una historia del romanticismo.
En una de esas, la fórmula momificante
contrarresta la enfermedad, prolongando la vida de su esposa. Tal vez la convierta en una momia viviente.
Eso es amor y todo lo demás es un cuento. Muy buen relato. Un saludo.
Espeluznante relato, querida amiga. Solo de pensarlo se me ponen los pelos de punta. Pero habría que seber si fué la perfeción en su trabajo, lo que guió al taxidermista
osea su reconocimiento como el mejor
profesional, o por amor a su esposa y así poder conservarla junto a él para toda la eternidad.
Un beso enorme.
p.d. te he enviado ya mi foto. Está hecha este més de abril de 2014 ppdo.
Una historia de amor fusionada con una obsesión espeluznante. Ser obsesivo en el trabajo puede pasar, pero lo que hizo con la esposa paso los limites.
Que buen relato, me gusto el final. =)
Un beso
Obsesión en toda regla, y lo que más me impresiona es que está basada en un hecho real. Muy buen relato Mónica. Un fuerte abrazo y buen fin de semana.
@Pepe_Lasala
Fascinante el relato e impresionante la historia. Tener esa sangre fría de ir acondicionando a la persona amada durante tanto tiempo para conseguir una especie de inmortalidad es morboso y triste a la vez.
Muy bueno Neo.
Un abrazo.
hasta que la otra muerte nos separe
Espeluznante obsesión, eso de darle en vida el tratamiento para momificarla,me parece tremendo. Eso más que amor es un extremo egoísmo. Quién sabe cuando iba a fallecer su esposa, y le hubiese dado esos días para morir con paz. Me pareció un relato extraordinario, original e impactante en cuanto al tema propuesto.
Te felicito! Un beso inmenso.
Una historia apasionante contada con rigor y maestría. El hecho de que esté basada en una realidad la hace un tanto escabrosa, pero así es la vida.
Besos
Y dices que está basada en un hecho real? Da escalofríos! Es que además lo has relatado de un modo, que francamente, deja en evidencia el trabajo de su mente. Calculador, obsesivo, detallista y sin mucho miramiento, más que el de su destreza como taxidermista y su necesidad de la presencia (aunque no viva) de su mujer.
Para quedarse patitieso!
Muy buen relato Neo!
Besos:
Gaby*
Ufffffffffff y ¿dices que este relato es tá basado en un hecho real?
¡Caramba! Esto sí que es una obsesión. Una historia muy original, muy bien contada y que muestra una historia con elementos tan especiales.
De niño me gustaba la taxidermia (me gustaban los animales). Ahora me parece algo espantoso. Dentro de esa idea leo tu relato, recordando porqué me fascinó y sabiendo porqué ahora me horroriza.
Besos.
Un relato dentro del mejor estilo macabro que bien vale un relato mucho más largo. ¿Te atreves?
Un beso, me gustó mucho
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