Esa noche sería nochebuena y ella
la pasaría otra vez sola. Nadie a su alrededor para acompañarla o compartir al
menos una copa de champan. Ni siquiera algún vecino para pasar a saludar, o
alguna vieja amiga para intercambiar una salutación navideña. A fuerza de ser
sincera, siempre prefirió la soledad a rodearse de gente con quien no la
unieran verdaderos sentimientos.
Pasados los años se pagan los
costos de nuestras viejas acciones, y si ahora ella no tenía en su haber
amistades y compañía, resultaba ser, en gran parte, por su propia
responsabilidad. Lo que en la juventud se tolera como esnobismo o personalidad
independiente, en la vejez resulta ser un defecto insoportable…y nadie quiere
estar con alguien intransigente e insoportable.
Se le ocurrió pensar que a
determinada edad, los viejos se vuelven invisibles para los demás. La gente
joven pasa a su lado sin verlos, sin detenerse a considerarlos en plan de
igualdad: ni los evitan ni los atienden, simplemente los ignoran, como si
fueran cosas, como si fueran sobras…eso era lo que más le dolía. Algunos,
apenas les dedican un tiempo por obligación. Los visitan brevemente en
determinadas fiestas, le dedican un comentario sobreactuado a la vista de todos
para que no se hable mal de ellos, los van a buscar domingo por medio para que
se aireen un poco, para chequear de vez en cuando si les hace falta algún
medicamento…pero nada de eso nace del amor real o de sincero interés por su
bienestar, simplemente la gente hace ese tipo de cosas porque está obligada,
porque es costumbre, porque no estaría bien visto lo contrario.
Se le dio por imaginar que si
ella desapareciera un día de su lugar, de su casa y su mundo sin avisar, nadie
se daría cuenta. Al menos pasaría un tiempo largo sin que alguien por
casualidad advirtiera su ausencia. No sería porque alguien la extrañara, porque
algo de su rutina resultara tan vital para otro como para echarla en falta.
Nada de lo que ella era resultaba ser tan especial como para que alguien se
preguntara dónde estaría, qué le habría pasado, si estaría muerta…
Un nudo en la boca del estómago
se le hizo presente ante semejante pensamiento y la angustia de sentir que la
vida se había acabado ya para ella, aprisionó su alma al punto de sentir con
certeza que se encontraba definitivamente sola, llorando frente a un mar azul
infinito, pero tan gastada, que ya no creía tener lágrimas.
Comenzó a alejarse de aquella
playa sumida en sus pensamientos. La idea de desaparecer definitivamente seguía
rondando su cabeza con una insistencia preocupante. Temió caer en otro de esos
pozos depresivos que habían marcado sus días desde jovencita. Hizo un titánico
esfuerzo para no dejarse llevar hacia ese abismo que –sabía- existía en su
interior.
Mientras cavilaba sobre su
tristeza, una voz lastimera captó su atención: un niño pequeño peleaba con otro
por algo que no parecía muy importante. De verdad se lo veía dolido y
angustiado. Algo en ella la impulsó a defenderlo, por considerarlo más
vulnerable.
Intentó separarlos haciéndolos entrar
en razón, pero no pudo. El mayor sea alzó al fin con su botín, victorioso, al
tiempo que los insultaba a ambos –a ella y al otro niño- con desprecio y
rencor. Se alejó corriendo burlándose del otro que no resultó ser ni amigo ni
pariente. Sólo otro niño callejero en desgracia, abandonado a su suerte, luchando
por sobrevivir.
Extrañamente el más pequeño no
huyó de ella ni la agredió por su comedida intervención. Simplemente se enjugó
sus lágrimas y comenzó a caminar a su lado sin mediar palabra, observándola con
marcada ternura desde cierta distancia, con la consideración de quien descubre
a un ser solitario que merece consuelo y compañía.
Ese gesto terminó por conmover
íntimamente a la mujer y entonces fue ella quien comenzó a llorar.
A veces no hace falta mucho para
que dos almas solitarias se encuentren y se descubran. A veces sólo basta abrir
el corazón lo suficiente como para que ese “otro alguien” se anime a acercarse para
comenzar juntos a transitar.
Más cuentos jueveros de Navidad en lo de Matices
APROVECHO PARA REITERARLES A TODOS MIS DESEOS DE FELICIDAD PARA ESTAS FIESTAS!
23 comentarios:
Un encuentro de dos almas solitarias, que lo son por circuntancias ajenas a sus voluntades.
Ayudando al más debil, se ayudó a si misma.
Un cuento de Navidad, con todos sus ingredientes bien colocados y con moraleja.
¡Feliz Navidad!
Bonito relato, pero no olvidar a Robert Louis Stevenson...
Un saludo.
A veces "basta con abrir el corazón". Qué lindo final.
Felices días!
Sí, aunque después de vivir una triste vida hay algunos que reaccionan abriéndose por necesidad y otros cerrándose por desconfianza. Los dos tengo yo.
Un beso y tu cafelito.
Un lindo cuento de Navidad. Felices fiestas. Un beso.
Bonito!y muy bien contado. Estoy de acuerdo contigo, siempre se puede encontrar a otra persona que necesita algo de nosotros, solo hay que estar atento/a.
feliz navidad.
un abrazo
Un cuento muy navideño, de los que me gustan, espero que a partir de ese momento, ninguno de los dos se vuelva a sentir solo. Felices Fiestas Monica. Acabo de empezar mi ronda de visitas, espero verles a todos antes de fin de año. Besitos.
Le tocó estar en el momento justo y a tiempo para reaccionar. Hay que abrir el corazón y desmalezarlo de la desconfianza. No es fácil, pero a veces a "cara limpia"y sin expectativas, puede pasar en cualquier momento, seguro el menos esperado.
(te seguís sonriendo con mi relato? :)
besos triples, por ser NAVIDAD!!!
Dos soledades que sumadas, dan el resultado milagroso del amor.
Muy buen relato y muy propicio para estas fechas.
Un abrazo.
Bellísimo Mónica, lo cierto es que me puedo identificar perfectamente con la protagonista de tu historia, solo que en mi caso, en lugar de un niño... pon un perrito pequeño, que luego creció mucho, .... y poco después.... otro que aún creció más. Ahora son tres inseparables.: Una vieja con un perro grandote a cada lado, felices. Besos navideños
Muchas felicidades.
Besos
Salud y República
Una historia que cruza y une soledades, que nos permite ver realidades distintas pero con ese roce que las identifica. Se me ha hecho muy tierna la imagen de ambos, caminando a la par, dispuestos a demostrarse que todavía caben oportunidades de dar y recibir.
Muchas felicidades Neo!
Besos!
Gaby*
La vejez solitaria y triste, afortunado de aquel que al llegar a edad avanzada sigue teniendo lazos que le unan a las personas y ese pobre niño... Dos almas que se encontraron para bien de ellos. Me gustó mucho. Un beso
y cuando se produce ese encuentro, qué dulzura...
Besos.
soy de la idea determinante de que cuando se acaben las luchas, se acaben los deseos, se acaben los sueños, se acaben las ganas, se acaben las fuerzas, se acabe tu vida, tienes que dar un paso al costado e irte.... así de simple, es lo que me enseñó mi madre desde que estaba pequeño, que la muerte es la mejor de las amigas cuando ya no tienes por quién luchar, porque si lo piensas bien, nunca luchas por ti, siempre luchas por alguien más, y cuando esas luchas se acaben, es mejor irse, en paz, con la frente en alto sabiendo que hiciste lo mejor que pudiste, que si no lo lograste fue porque la suerte te dio la espalda, pero que luchaste con todas tus ganas, pero todo tiene su final, nada dura para siempre, hay que dar un paso hacia la muerte..... aunque en tu relato, aún tiene una lucha más, que se la dio quizás dios o el destino, la de ayudar a un niño desamparado, aún tiene mucho trabajo, y tiene que recargar energías porque las luchas de hoy son mucho más fuertes, hasta que el último hueso llegue a romperse, hasta el último aliento, hasta la última mirada, y morir con la frente bien en alto....
encantador relato como siempre, me ha encantado, aunque no me gustó el final, me hubiese gustado otro tipo de final, uno en la que el destino nos dibuja una nueva vida al final de la vía...... espero que el próximo año sigamos conectados.... besos!!!!
Precioso cuento para Navidad o cualquier otra época del año. Casualmente puse en mi blog un video "manga" que tiene una temática muy parecida. Sorprendente y muy gratificante coincidencia.
Un abrazote y felices fiestas.
ibso
Puede que ella buscara la soledad por guardar su ideología y dignidad, pero es cierto que solo no quiere estar nadie y a los viejos se les deja solos, a nadie le gusta que nos recuerden que así acabaremos todos y se les ignora, puede que el niño por necesidad y porque para los niños el tiempo les parece infinito no le importara compartir su tiempo con ella, mira tu que suerte no?... mi querida Neo, te deseo una feliz entrada de año y te dejo mis miles de besosssss
Hola querida Neo: las cosas van cambiando despacio pero sin pausa. La soledad tan apreciada por tu personaje, resultó al final ser una pesado equipaje. Al Parecer un niño abandonado en la calle hizo el milagro. La anciana ya no estaria sola aquella Navidad. Muy ejemplar tu relato, amiga.
Que el año 2014, se generosocontigo y te regale todo aquello que deseas.
Besos.
Mónica, una vez escribí un haiku que decía:
Dos almas solas,
al unir sus destinos....
¿dos soledades?.
Está claro que en tu historia, no, que en ese encuentro de dos almas solas, surgió la empatía mutua.
Me gustó tu relato.
Un fuerte abrazo.
Una bonita historia, adecuada para Navidad. Estoy con tu protagonista, no es bueno estar solo, lo bueno es estar en una compañía realmente deseada.
Muy felices fiestas, para toda la familia,. Abrazos.
Tierna y edificante historia, que en definitiva es una caricatura de lo que vemos en esta sociedad mal parida en la que las virtudes sucumben ante los defectos.
Esperemos darnos cuenta a tiempo al menos para poder compartir unos lloros con total justicia.
Besos
PD. Felices Fiestas y Año Nuevo con toda tu familia, y también darte las gracias por el excelente trabajo de la postal bloguera.
Se me ha encogido el corazón con tu cuento pues es una realidad muy triste la de la soledad en las personas mayores...afortunadamente tu cuento acaba bien aunque solo es eso...un cuento.
Un beso
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