Se sabía poco atractivo. Más bien bastante desaliñado, pulguiento y repulsivo. No podía disimular lo desparejo de sus ojos y orejas aunque se las ingeniase manteniendo posturas faciales bastante ridículas.
El desgarbo en su andar era mayúsculo, y cada vez más notoria su congénita cojera. Flacucho, con pelaje ralo y muy deslucido, se hubiese vuelto loco con cualquier resto de comida que le tirara como al pasar su poco afectuosa dueña, pero, considerando las circunstancias en que se encontraba antes, desorientado y moribundo, perdido en el lodazal que rodea al bosque de encinas centenarias, hoy se daba por satisfecho sabiendo que en los alrededores de la casucha donde vivía junto a ella, abundaban los ratones y otras pequeñas alimañas con los que se procuraba su sustento.
En cuanto al trato cotidiano que acostumbraba recibir, sin duda era bastante desaprensivo. Solía ser destinatario de muchos de los ataques de ira de su ama, aún de los que no hubiese provocado.
La paciencia y la cordialidad no se encontraban entre las cualidades de la viejecita -eso estaba más que comprobado- y no se hallaba entre sus escasas aspiraciones pretender, a estas alturas, endulzarle el carácter.
Si la fatalidad hacía que surgiera un mal trance o una pócima no llegaba a dar resultado, seguramente sería a través de él que se produciría gran parte de la catarsis emotiva de la susodicha, y el tener que soportarlo lo asumía dentro de la lista de sus obligaciones.
Los momentos de sosiego eran bien pocos -para qué mentir- e inexistentes esos que algunos llaman felicidad, pero…a pesar de todo… de vez en cuando la vida le regalaba algunas grandes satisfacciones. Algún momento de gloria eventualmente coronaba sus opacados días: nada le resultaba comparable con la complacencia inmensa de saberse irreemplazable a la hora de invocar conjuros o de aportar alguno de sus muy escasos pelos como ingrediente fundamental en algún diabólico brebaje. Ser la mascota de una cotizada bruja tenía -sin dudas- sus grandes compensaciones!
...más historias de mascotas, en lo de Gus!
23 comentarios:
Un toma y daca. Cada uno siendo útil al otro, y justificando su existencia, de alguna manera con la recíproca fidelidad.
Gran honor ser el gato de una bruja, pero a qué precio!!!!
BESOTES DOBLES después de disfrutar tu relato.
Moni, sentido tu relato, lo dedicas al gato flaco, feo, maltratado.
Mala bruja, otro tópico, estigma del gat;, negro mala suerte, traidor felino, indomable, ya sabes ningún gato es policía ni suele trabajar en circos, misterioso y traidor gato, egoista a lo suyo, diabólico, nocturno.
Se me hace que esas "cualidades" que estigmatizan, en algunos matices, identifican a la mujer, lo mismo le ocurre a la sierpe.
ENVIDIA COCHINA, nada más fascinate, elegante, silencioso, bello, amigo, dulce, suave, elástico que el gato o la gata.
Si vuelvo a nacer y por mala me castigan, me pido ser gata.
Saludos al minino desgraciado, besitos para tí.
Buen relato.
Igual me dio lastima, el micifuz.
Un abrazo.
Muy bueno. Al fin, el pelo vuelve a crecer...
Pués si, aunque feo, ser la mascota de una bruja tiene sus ventajas, ya que como dices muchos conjuros salen gracias a él.
Bonito relato
Un abrazo
Juas!!!, una bruja!!!, pero esta mala y fea, seguro que con berruga en la nariz y melena sucia, despeinada y blanca como su "mala leche" con la pobre mascota, y es que no me gustan, que noooo, pero este me ha dado penita y mira tú por donde yo lo adoptaría par dejarlo correr libre por el campo y ser feliz sin que le arranquen pelos, uno a uno se los arrancaba yo a esa bruja Piruja, seeeeeeeeeee, jajaja, miles de besosssssssssssssss
Qué ingenioso giro el final del texto.
no me fio de las reencarnaciones pero si fuese el caso no me importaría ser gata despeluchada en la próxima, siete vidas... con solo una intensa ya sería más que suficiente y no te digo ya si encima una de ellas con una bruja jaja, Un besote NeO
ps: te voy a gastar el blog de darle a evanescence XP
¡¡Pobre gato!!aunque siendo Morgana ,ya tengo gatos de sobra.
Me gustó.
Besotes.
Buena simbiosis, hogar, caza y techo a camio de algún pelo de vez en cuando. Aunque aguantar a la bruja puede ser molesto a veces.
Mas que mascota entra dentro de la categoria del colaborador necesario, jejejejejeje
Un beso
y es que mujer y gato hacen una pareja perfecta. Los hombres somos más de otro tipo de mascotas, bueno...eso quisiéramos luego la realidad no hace abrir los ojos y asumir la decepción
Yo denunciaba a la vieja bruja malcarada, me pondría guapo relamiéndome el pelo hasta dejarlo bien brillante, establecería mi hogar cerca de una pescadería y, una vez bien gordito, pasearía ni oronda cola contorneando las ancas de manera provocativa.
Besitos a cientos.
tu relato me ha dado angustias y penas, no sólo por el maltrato, también por la vida misma que es cruel y despiadada con los animalitos que no tienen la culpa de nacer en un mundo de mierda... es por esa simple razón que yo recojo gatos de la calle, aquellos gatos flacos y sucios, tuertos y con sarna, los alimento, los curo, les doy mucho cariño y amor... luego de van, no son gatos de casa, son gatos de la calle, y son libres de quedarse o irse si lo desean... muy pocos vuelven, peor de como se fueron, pobres gatos, me dan mucha pena por lo que sufren en la ciudad... un lugar que les pertenecía y que hoy está lleno de cemento
Un gato negro, me encanta, pero el pobre maltratado, despeluchado, si un toma y daca entre bruja y gato, pero el se llevó la peor parte, me gusta la idea de Verónica, establecerse engordarse, y colear altanero.
Un relato bello Neo.
Un gran agrazo.
Hola Moni!!
Me atrapó tu relato, pese a que me dió lástima el minino... Es que me encantan los gatitos!!...
Un beso grande.
RoB
¡Qué duro ser gato de una bruja! Aunque en el fondo, también la maldad y parecer imprescindible tiene su cosa.
Besos
Salud y República
Muajajajajaaj! Vio que le dije que las "viejecitas" no son de confiar? Destino esquivo, pobrecito gato! Le quedará tal vez la esperanza de que algún día la bruja lo transforme en apuesto príncipe y entonces se cobrará el maltrato recibido.
Imaginativa vecina, tenga un beso de viernes soleado!
Extraordinaria descrpción de un gato perteneciente a una bruja. No llega uno a intuir cual de los dos presenta peor aspecto. Encima, sumiso, sintiéndose importante por la aportación puntual de algún pelo necesario para los conjuros. Diría que tal para cual. ¡Pobre minino!.
Un abrazo.
Pobre gato, si es que su dueña tenía que ser una bruja, nunca mejor dicho.
Buen relato, Mónica
Un beso
Lola
Tu relato me ha gustado mucho. Es un magnífico desarrollo del refrán: hay quien nace con estrella y quien nace estrellado.
Si bien, como señalas, eso de ser gato de bruja da un determinado pedigrí.
Besos.
Siempre pensé que seria duro ser el gato de una bruja y ahora lo confirmo, pobre, aunque tal como dice peor estaba antes jejeej así que a aun anotar toca con esa desaprensiva. Precioso, Monica. Besos
diría yo, y ya eres la penúltima de mis lecturas, que se ha dado el caso de un ficti ficti o como se escriba,de relatos de ficción y de relatos, al menos, basados en hechos-mascotas reales. y entrando el tuyo en la categoría de ficción total, he de deirte , mónica, que le pongo un diez sobre nueve...sigo pensando que su estilo, que sus maneras a la hora de ficcionar en relato, me subyugan, sigo pensando que tus escritos tiene ese algo de ... inteligencia, ese algo de una formalidad más que bien expresada, ese algo tildado con palabras no dejadas al albur, si no escogidas, sigo pensando , mónica, que pensando, y no quito la repetción, en que produces tantos escritos que no comprendo cómo no bajas la calidad...ello me leva a decirte que...
¿se te ocurrió alguna vez publicar, lanzarte a sa aventura??'
please, a esta pregunta, me contesta vía mail, please...
medio beso.
Buenisimo el final, me dio pena por el gato, pero me encantó tu relato.
Un beso.
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