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domingo, 2 de agosto de 2009

EXTRAÑO JUEGO DE REFLEJOS - Parte final






EL ESTALLIDO

Más de una vez se propuso tratar de interrumpir la acción vengativa que provenía de su imagen espejada, pero lejos estuvo de lograrlo. Llegado el momento, la vista de aquel ente la paralizaba y nada podía hacer para frenar el encadenamiento de sucesos que ciertamente se daban cada vez que sus ojos se encontraban con los otros, perversos, en alguna superficie reflejante.

Poco a poco fue afrontando el hecho que debía hacer algo drástico para intentar cortar ese hechizo. Aquella entidad maligna seguiría haciendo daño encadenada a su suerte y ella no podía permitir que tanto mal surgiera de su propia frustración, pero desconocía la manera en que esa maldad pudiese ser detenida.

Se le ocurrió quitar todos los espejos que se hallaban a su alrededor, no mirar directamente los cristales de las ventanas o las superficies pulidas de las piezas de plata del juego de té. Fue poco lo que consiguió. Siempre, en forma imprevista, alguien o algo se interponía frente a sus ojos y de alguna u otra manera terminaba proyectándose su reflejo en alguna superficie reflejante.

Un día decidió apelar a un recurso extremo. Pensó que, como lo había supuesto alguna vez en su lejana niñez, quizás fuese el fastuoso espejo del rellano el portal por el que la comunicación con la otra dimensión de producía. Si por alguna razón el espejo se rompía, seguramente se quebraría con él el maleficio de su odio reflejado. Pero atentar contra esa valiosísima reliquia familiar era algo casi imposible de lograr sin que alguien de la servidumbre la viera o sin que su padre la castigara en forma terriblemente cruenta. Bastante mal la trataba ya, recriminándole aún por pequeñeces que ni siquiera había cometido, que suponer que lograría tomar coraje para cometer un acto tan desesperado como ese, era algo que escapaba a su limitada capacidad de rebeldía. Se sentía un ser minúsculo, extremadamente cobarde y nulo, atemorizado a más no poder por la proximidad de aquella maléfica entidad que la mantenía enlazada desde los reflejos.

El día previo a su cumpleaños número dieciocho su padre le comunicó una impensada novedad. Tal como solía hacerlo, no sólo ni consideró consultarla previamente, (a pesar que en esta oportunidad su incumbencia era indudable) sino que además dio por sentado su consentimiento para lo que significaba un paso trascendental en la vida de la muchacha.

Por razones de índole financiero y mezquino interés económico, su padre había convenido el inmediato compromiso de la joven con un conde, un hombre ya mayor, recientemente viudo que contaba con una gran fortuna, la cual, como consecuencia de dicha unión matrimonial pasaría a asociarse al patrimonio de su empresa.

La noticia conmocionó terriblemente a la muchacha, quien, a pesar de estar ya acostumbrada al desdén con que su padre consideraba sus sentimientos, en esa oportunidad su habitual sumisión a la voluntad paterna no fue tal y en lugar de acatar sin protestar la decisión ya tomada, esta vez, se descontroló y comenzó a reclamar a gritos.

La furia del hombre no se hizo esperar y con la misma impunidad con la que lograba siempre imponer su voluntad sobre todo lo que concernía a su casa y su familia, respondió con una fuerte bofetada la reacción intempestiva de la joven.

En el momento mismo en que de sus ojos brotaban sentidas lágrimas de indignación y dolor, logró adivinar la acostumbrada transformación que solía experimentar su imagen espejada en esas ocasiones de contrariedad y enojo contenido. Detrás de su padre, reflejada en el gran ventanal que daba hacia el jardín, su propia imagen iba mutando rápidamente hasta transformarse en aquella figura repugnante que tanto la espantaba y que, ya sabía, era íntima parte de su propio ser.

Cuando, como preveía, la maligna criatura estaba a punto de desencadenar lo que, sin duda sería una terrible venganza, mezclándose con la cólera y la impotencia que la ahogaban, surgió de su corazón, de repente, un destello de aquel olvidado amor filial que sintió alguna vez por su padre.

Con todo el ímpetu reprimido a lo largo de tantos años, con la rabia acumulada a fuerza de injusticias y maltrato recibido, la joven, plantándose con determinación frente a su padre, pronunció de improviso y con extrema firmeza un rotundo - ¡Nooo!!!!...que la sorprendió hasta ella misma.

Lejos de retroceder en su determinación, sin que nada de su habitual sometimiento gobernara sus acciones, se dirigió decidida a su habitación, ignorando los gritos de su azorado padre que no lograba salir de su sorpresa.

A los pocos minutos, con impensada osadía, la muchacha bajaba otra vez la escalinata, esta vez, maleta en mano y ataviada para salir de viaje. En el rellano, frente al gran espejo que tanto marcara su vida, la joven hizo un alto como para juntar fuerzas antes de marcharse.

Mirando directamente a los ojos de su propia figura reflejada, superando todo el miedo y el rechazo que esta le producía, sin titubear, fortalecida por la reciente autonomía que paladeaba, arrojó con toda su ira contenida un pesado candelabro sobre el espejo, que, hecho trizas, quedó esparcido por el suelo.

Ante la mirada atónita de su padre que observaba con incredulidad todo lo que sucedía, la joven se marchó presurosa hacia las caballerizas, haciéndose preparar con rapidez un carruaje. Desde allí, hacia la estación de trenes, para luego partir hacia la ciudad donde una tía muy querida, hermana de su madre, esperaba desde siempre su visita.

Mientras el tren se alejaba por fin del andén y su corazón se aquietaba luego de soportar inimaginable angustia, sin darse cuenta, al tiempo que se entregaba aliviada y con displicencia a la contemplación del paisaje, advirtió, de improviso, que desde el vidrio de la ventanilla, esta vez con inequívoca tranquilidad y satisfacción, su propia imagen espejada la miraba a los ojos con orgullo…



(fin)



19 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué buenooooooooooooooo, el espejo de su psiquis, el espejo de sus frustraciones y rencores ... y luego de su orgullo ante el acto liberador ... genial, me encantó Moni!!

sara dijo...

Todos lo relatos fantásticos.

Hoy he leído por patida triple..jaja y los tres me han encantado.

Muchos besoss Neo

Sara

Sinuhe dijo...

Walaa¡¡ Estas historias me gustan de un modo especial. Será por mi afición a las pelis de los ochenta de niños endomoniados y poseídos a lo Damien,jeje

Hija, si es que se te dan bien todos los géneros. Tu modo de describir es siempre tan especial que me transportas allá donde quieras. Imagino lo que hubiese sido de esta joven sin la presencia de se ese yo perverso y malévolo. Sin duda, pese a lo malintencionado de sus acciones fue de lo más beneficioso para su futuro, si no, difícilmente hubiese tomado esa decisión final tan drástica.
Una historia genial, de haberla escrito yo seguro que hubiese acabado la cosa como el rosario de la aurora,jajaja. Tienes mejor corazón que yo Moni. :)

Abrazos¡¡

Un par de neuronas... dijo...

Saludos frente al mar y con mucho calor. Hoy que me conecto he leído todo de un tirón y me chifla el final. Muy bonito y, sobre todo, con esa energía que me gusta. Un beso.

Lala dijo...

Desde luego que se merecía un final feliz!
Quién podía aguantar tanto?
Por otro lado, creo que la única manera de vencer el mal es enfrentarse a él cara a cara.

Preciosa la trilogía, como todas!!! :D



Un besito




Lala

Pepi dijo...

Me encantó el final que le has dado, es genial, ese enfrentarse a sus miedos, romper el espejo como un símbolo de acabar con el pasado y empezar una vida nueva, libre de temores. Muy bueno. Besitos.
PD. Me encanta el comentario de Sinuhé, ja, ja, quiere presumir de mal escritor, pero es muy bueno.

Alhena dijo...

Estupendo Neo, creo que le has buscado el mejor final, el de enfrentarse a sus propios miedos, es la mejor forma de vencerlos.
Como siempre una maravilla.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

hola bellisimo, me encantan los finales felices, que tengas buena semana, besos

XoseAntón dijo...

Cuesta tanto romper el cordón umbilical, y más aún cuando el vientre familiar es bonanza, qué abandonarse al amor propio es una extraordinaria aventura; más propia de intrépidos románticos que de personas vencidas.

Hermoso ideal.

Bikiños

Cecy dijo...

Que buen final, Neo.
Cambiar lo que no nos hace bien, muchas veces cuesta, pero al lograrlo indefectiblemente cambia todo a nuestro alrrededor, claro como su reflejo no iba a estar orgulloso.

Besotes.

Any dijo...

Bueno, en realidad estuvo bastante amable, yo le hubiera revoleado el candelabro por la cabeza al viejo, aunque claro, era el padre ... .
No voy a decir mas nada porque temo no estar a la altura de la trilogía y de los comentarios ejem =D
abrazos vecina!

Anónimo dijo...

Y yo que creía que había comentado y resulta que leí la historia y me fui sin comentar, estoy muy loca jajajaja

Me afectó el final que bien lo que hizo la mujer por lo menos se vengó contra el cristal del espejo toda la bronca es lo que yo hubiera hecho. Lindo. besos

ShaO dijo...

Estoy de acuerdo en que no hay género que se te resista eh? Siempre me pasa igual con tus trilogías empiezo diciéndome a mí misma...tranquila, despacio pero siempre hay algo que me hace devorar tus letras.
Un besote sin reflejo (nunca se sabe jaja)

Anónimo dijo...

El Feng Shi y los Espejos: http://www.enplenitud.com/nota.asp?articuloid=3412

Basileia dijo...

Preciosa, ¡¡¡que relato nos regalaste....!!!!! Me encantó el final, hasta que no se cierra una puerta, nunca se nos podrá abrir una ventana, sus proximos reflejos seran bien distintos.

Besos wapisima

Basileia

Camarandante dijo...

Muy bueno NEO!!

Qué final glorioso,

Gracias por estas entregas, van mis besos

pepa mas gisbert dijo...

Aprovecho un ratito para terminar de leer la historia. Nadie como uno mismo para decidir hacer algo y que no decidan por ti ni padres ni espejos.

Saludos

amelia dijo...

precioso final, el valor y el orgullo juntos, me ha encantado,
te felicito, una buena historia de suspense, un abrazo, amelia

Anónimo dijo...

Sí Moni!! me imaginé que es pura casualidad, por eso te dejé el enlace, me sorprendieron las similitudes entre tu texto y lo del feng fhui (estoy en el mes de las coincidencias llamativas, jajajaja, no lo puedo evitar)

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