Las fotos de antes eran gestos,
breves instantes capturados y eternizados
para la historia.

Sobre papel, en sepia o en blanco y negro,
aquellos rostros, expectantes y solemnes
reposan en silencio su inmortalidad
como leves sombras
de la memoria.
Las mejores galas,
desde escenarios montados para la ocasión
o enmarcando escenas trascendentes,
las viejas fotos nos abren ventanas
de emoción proyectada
con parsimonia.

Aguardando ser re interpretado,
lo que fue, preserva indemne su teatralidad
…y hasta quizás su gloria.

Nota: las imágenes fueron tomadas de la red.