Aunque hay caminos
que una vez andados
no se pueden desandar
-porque a cada paso
nos vamos transformando-
la estrategia que nos puede
sostener mientras transcurren
uno a uno, los días que pasan,
simplemente es evitar
que la nostalgia nos impida
el avanzar, o nos cercene las alas
la cruenta desesperanza.
Porque el secreto para obtener
inacabable juventud
-más allá de los espejos y la razón
que nos ata al calendario-
es no dejar de sorprendernos
de par en par con lo que vendrá,
buscando en cambio la verdad
sin contenernos. Jamás creer
que la vida se pasó irremediable
y fugaz, porque vivir creyendo
que siempre hay una oportunidad
nos alentará aún en la última
bocanada de la existencia.