Pidiéndole excusas a esa pobre bibliotecaria (que viene siendo asesinada con mucha asiduidad en esta convocatoria jejee), les dejo mi aporte para este jueves de Escenas del Crimen.
P.D
pasar por la lista de participantes para leer todos los relatos
CRIMEN EN LA BIBLIOTECA
Todos los datos habían sido verificados
y conducían inequívocamente a aquella rara edición del Códice Lombardo
conservado en la Biblioteca de la ciudad a la que recién había arribado.
Ridiculizado por todos sus
colegas, aquel ignoto profesor sentía que estaba a un paso de develar el
secreto mejor guardado sobre Los templarios y sus tesoros. Si tenía éxito,
recuperaría la dignidad que había perdido luego de varios estruendosos fracasos.
Según sus fuentes, en el único ejemplar conocido del antiguo Códice estaba detallada
la ubicación del Tesoro. La sola idea de pensar en descubrirlo le impelía un vigor
desconocido, alentándolo incluso a tomar riesgos que jamás hubiese imaginado. Fue
así que decidió, luego de varios intentos formales fallidos, acceder al Códice por
la fuerza.
El plan era esperar a que la
bibliotecaria se retirara por la entrada principal. Luego de unos minutos, él
entraría por un ingreso lateral del que había duplicado la llave, para después
dirigirse hacia donde se hallaba el viejo libro. Inmediatamente arrancaría las
hojas en cuestión y desaparecería rápidamente por donde había entrado. La operación
era tan simple que, pese a su natural torpeza, consideró que nada podía fallar.
Apenas entrar, su corazón agitado
comenzó a latir a mil por hora. Sus manos torpes temblaron, haciéndole caer una
y otra vez paraguas, llaves, y libreta de anotaciones, mientras sus zapatos embarrados
dejaban un rastro evidente sin que él siquiera lo notara.
Avanzó en la penumbra todo lo que
pudo, esforzándose por no hacer ningún ruido. Sólo se animó a encender una linterna
cuando tuvo que ubicar el estante en cuestión. Sacó el Códice de su caja y,
pese al apuro, con el mayor de los cuidados mutiló sólo las hojas pertinentes.
De repente todas las luces se
encendieron mientras un aullido gutural comenzó a taladrarle los oídos. Con una
mueca grotesca y desdibujada una bibliotecaria trasnochada surgió entre los
libros dando fe de que ya había hecho sonar la alarma. En su desesperación, el
inexperimentado ladrón optó por hacerla callar con lo más pesado que tenía a mano:
el valioso Códice, que golpeó estruendosamente contra la cara de la susodicha
desvaneciéndola de inmediato. En la caída, la nuca de la archivera pegó secamente
contra el suelo anunciando un fatal desenlace.
Espantado por los sucesos, el
torpe profesor se alejó de la biblioteca especulando con que nadie podría
vincularlo con lo sucedido. No advirtió el infeliz, que todo el incidente había
quedado grabado en las cámaras de seguridad, desde su llegada.
34 comentarios:
Otro caso en la biblioteca, está vez el pobre profesor no tuvo en cuenta, las camares de seguridad.
La historia que nos cuentas de los templarios y saber lo que descifra su código es fascinantes.
Un accidente, que traerá consecuencias.
Está semana, nos has convertido a todos los participantes un poco en detectives ...
Un fuerte abrazo 😘😘🙋
Pasó por alto, nunca mejor dicho, aquella mirada en lo alto que revelaría lo allí sucedido.
Y es que no hay crimen perfecto; como crimen fue la mutilación de esas páginas del Códice que sentenciarían su destino.
Muy bueno, Mónica. Y de narrativa, como siempre, excelente.
Un placer leerte, querida amiga.
Abrazo grande 💙
A casi todos se nos ha dado por narrar ese crimen, Campi jajaa vaya a saber por qué nos ha inspirado más ese ambiente tan poco proclive a violencias y gritos. En este caso, el profesor resultó ser un torpe que quedó enredado en un crimen sin que hubiera en realidad un motivo justificado: bien podia haber insistido en ver el Códice siguiendo el procedimiento estándar jajaja. Me alegra que la propuesta haya sido tan bien recibida. muchas gracias Campi. Besitos
Me alegra que te gustara, Ginebra, y que te sumaras a la convocatoria. Muchas gracias, además, por tus conceptos. Un fuerte abrazo
Hola Mónica, el profesor tan obsesionado por el Códice no tuvo en cuenta que podía haber cámaras. La pobre bibliotecaria llegó en el momento más inoportuno. Una gestión de la escena muy buena.
Me ha encantado.
Un abrazo
Te agradezco y me alegra que te gustara, Nuria. Un abrazo y muchas gracias por tu constante apoyo y participación
Hay algo que llama la atención en esa imagen.
De una vigillante fotogénica que ha caído víctima. Y tal ven forma literal lo de caída.
Da para imaginar cómo pasó.
Lo planteaste bien. El peligro mortal no fue la maldad del profesor sino su torpeza, no tener en cuenta los imprevistos. Del que fue víctima la pobre vigilante.
Pero será descubierto por algo más que no tuvo en cuenta, la cámara de vigilancia.
Un abrazo.
Ah, en tu relato es una bibliotecaria. Detalle que se me escapó.
Que se descubra al culpable está genial, pero ahora nos quedamos sin saber el secreto de los Templarios ¡Cachis!
PD sigo buscando objetos en cercare e trovare, y aunque alguno se resiste acabo por encontrarlos todos
Un abrazo, un gracias y un felicidades por la exposición de lo ocurrido.
El objeto del robo convertido en la herramienta del asesino, una burla del destino, sin duda. Detrás de cada crimen siempre hay alguien que creía que estaba cometiendo el crimen perfecto y estaba equivocado ;)
Muy bien resumido. Muchas gracias Demiurgo
Hasta ahora todos lo han interpretado igual pero bien podría ser de otra forma
Siempre es grato ver que algo hecho con disfrute es bien recibido. Dobles gracias, Ester por seguir leyendo u buscando. Un fuerte abrazo
Observaciones muy atinadas, Beauseant. Muchas gracias y un fuerte abrazo
Pensó el osado profesor que lo tenia todo calculado, pero se equivocó! La codicia pudo más que su sentido común y fue su perdición! Un abrazote Neo!
La estupidez suele ser la causante de muchos de los más inesperados crímenes, Marifé jeje. Un abrazo y gracias por leer
Todo un éxito. El Códice en sus manos le quitó el resto de la dignidad que creyó recuperar...
Me encantó. Sólo corrije el error de tipeo en el tercer párrafo para que quede a la perfección tu microrrelato.
Abrazo sin sombrero!!
La avaricia humana es impredecible y este profesor tan poquita cosa saco, para conseguir el libro, su lado más oscuro. Un buen relato sobre una imagen elegida mayoritariamente pero interpretada de diferente forma. Besos
Parece que cada vez es mas dificil planear y ejecutar crimenes perfectos, hay muchas camaras, se cumple el adagio que dice "quien miente ....roba, y el que roba ....mata". una mala accion conlleva a unas consecuencia peores e imprevisibles.
Muchas gracias Carlos. Lo revisaré y corregiré en cuanto pueda. Te agradezco por notarlo. Un abrazo
Me alegra que te gustara. Neuriwoman. Celebro que decidieras participar. Un abrazo
De ahi que convenga portarse bien, José jaja . Un abrazo y muchas gracias
esta escena se presta para muchas versiones, bien desarrolladas
Coincido. Gracias
El texto me lleva a reflexionar sobre si muchos crímenes notorios han sido cometidos por aficionados o personas que intentaron realizar fechorías sin un pasado criminal. Esto sugiere que los ladrones profesionales, quizás, han perfeccionado su oficio tras cometer los mismos errores que un aficionado.
Eligieron con El Demiurgo la misma imagen. Linda propuesta, saludos!
No entiendo como este tonto pudo descubrir algo. Con que hubiera huido, sin dañar a la bibliotecaria, podría memorizar las paginas( el mapa) y después comerse las páginas. Si si. Hay que comerse las páginas para wue nadie más sepa el escondite secreto.
Bueno... ya en la segunda parte
Abrszooo
Creo que mucho de eso hay. No hay que quedarse con la imagen de que para ser delincuente hay que ser inteligente. Un abrazo y muchas gracias, Lucy
En realidad, JLO, ha sido -vaya a saber uno por qué- de las propuestas, la más elegida para narrar la historia. Me alegra que te gustara. Un abrazo y gracias por la visita.
Vaya a saber qué encontró, qué pistas siguió y que creyó interpretar de lo que leyó. Por cómo se comportó, uno diría que no es muy de confiar, bastante torpe el hombre y seguramente lo haya sido también para elaborar sus teorías jeje. Eso de comer las pruebas requiere buena capacidad digestiva! jajajaa. Un abrazo, Gabi
Una muy buena historia Mónica, bien narrada, con un final redondo.
Ese pobre infeliz no tiene salvación, encima se convirtió en asesino por su propia torpeza.
Un abrazo.
PATRICIA F.
No debe tener consuelo, seguramente. Muchas gracias por leer con atención, Patricia. Un abrazo
Hola Mónica, muy buen relato, desde luego fue torpe por parte del profesor no darse cuenta de las cámaras de vigilancia. Me ha gustado mucho la historia.
Un abrazo!
Creo que no hay crimen perfecto y menos, cuando se es tan atolondrado. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención
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