NAVIDAD BLOGUERA

NAVIDAD BLOGUERA

CERCARE E TROVARE, un blog de entretenimiento

CERCARE E TROVARE, un blog de entretenimiento
Con paciencia, los invito a buscar los elementos pedidos en cada entrada

FIGURA Y FONDO

FIGURA Y FONDO
Mis fotos

FLIN EN LA LIBRETITA

...un personaje nacido de mi mano...

Cartas que no fueron enviadas

..quedan invitados a conocer el blog de Eduardo, mi papá (que sigue vivo desde sus letras)

LADY DARK

un relato ilustrado

Seguidores

jueves, 11 de agosto de 2011

ESTE JUEVES UN RELATO: LA PLAYA




















Entrecerrando los ojos y concentrándose al máximo buscando recuperar aquellos lejanos momentos, en medio de los acres vapores de encierro el hombre lucha intentando dejarse llevar por los fantasmas del salitre, el mar, la arena y aquellas amadas voces de sus recuerdos.

Avanza a tientas disipando en su memoria las nubes que han puesto tantos años de silencio sobre aquel infante -que fue feliz apenas por ese tiempo- para luego sucumbir entre las urgencias y las tentaciones que pueblan el mundo de los hombres y sus infiernos.

Recuerda que había un mar… inmenso… azul, atrayente y perfecto. El viento insistente despeinaba sus poblados rizos mientras por la orilla, él se aventuraba seleccionando con paciencia y la dedicación de un experto, los mejores caracoles que dejaban las olas en su retirada. Reconoce haber pasado horas en aquellos menesteres fundamentales para quien acaba de descubrir ese universo de inmensidad y oleaje perpetuo.

Recuerda su emoción al lograr sentir por primera vez esa conexión especial que se da entre un corazón necesitado y aquel mar inmemorial que se abre espléndido ante sus ojos. Logra revivir su alegría… su despreocupación… la felicidad y cobijo al sentir voces amadas en su cercanía, mientras sus pulmones -recién nacidos al iodo y al salitre- se reconfortan saturándose de esa plenitud sin igual hasta entonces desconocida.

Casi logra sentir otra vez la sensación de libertad infinita que disfrutó en aquellas carreras desenfrenadas a lo largo de la costa. El aire marino salando su piel ávida de sol e impertinencias. Las ganas de vivir brotándole por cada poro que se hacía evidente por gracia y fortuna de la humedad de un mar que se descubría pleno ante sus ojos de niño de ciudad, de cemento, de hollín y hacinamientos.

El hombre sonríe, sintiéndose hundir en la arena…otra vez, como lo hizo en aquella mañana lejana… hurgando sus dedos inquietos y distraídos entre los polvos dorados de la playa y del tiempo. Por un instante al menos lo consigue: diluir sus temores, su angustia inmensa, su miedo, sus culpas, sus traiciones…logra recuperar la vieja inocencia, sus sueños estrenados, las voces amadas, su emoción intacta, su alma de niño, un universo perfecto.

En medio de esa nube estaba cuando…de improviso, con la impiedad con que vuelve otra vez la realidad ingrata a hacerse presente, llega la acritud del aire y la humedad siniestra que lo penetra…otra vez el encierro oscuro e imperturbable, la ansiedad, el dolor inagotable de la agonía permanente, la burla del reloj que corre más rápido aún de lo que debe, la implacable y muda omnipresencia de los barrotes que han cercado sus días hasta que el tiempo se agota.

Y nada queda ya…se acerca el guardia cárcel para retirar los restos de la que fue su última cena… y entre otros dos ahora lo conducen esposado, aterrado y sudoroso ante las miradas despectivas de los otros condenados. Tiembla sin control -de pies a cabeza- en su último trayecto. No logra hacerlo digno, como en su impostura de bravucón sentenciado lo imaginó una y otra vez en tantas noches de insomnio, cuando con desesperación inventaba cómo hacer frente a la muerte sin desmerecer la fiereza por la que lo habían condenado.  

¿Y dónde está esa playa?...¿dónde, los sueños añorados?, ¿dónde están las voces?, el mar, el viento… los caracoles y la arena dorada… y aquel alma de niño que supo ser inocente un día y mil siglos después…terminó ajusticiado.


Más relatos playeros, en lo de Juan Carlos

miércoles, 10 de agosto de 2011

RECLUSIONES PERPETUAS












Recluido en cierto oasis
sin demencias
ni estridencias
el solitario
se guarda
pretendiendo
preservarse
de la humana necedad.

Pertrechado en su silencio
-sin disturbios
ni inclemencias-
apartando
la locura,
el guardado
se hace fuerte
en su causa y su moral:

“Y es que llega la insanía
derribando
las fronteras,
no le esquiva
a la indecencia
si no es firme
la postura,
va embistiendo sin parar”

Sumergido en el exceso
de ser solo
una figura
escondida
tras un muro
-que encarcela
y atormenta-
no se evitan las heridas,

ni se exculpa de llorar.
Solo cesa
la ternura
que no crece
en solitario,
y asumiendo
que la vida
no se basta de uno mismo,

bien nos nutre la presencia
de ese otro
que se espeja
-a su vez-
en nuestros ojos
reflejando
y descubriendo
lo que acaba de mirar.

Es de humanos ser gregarios.
-es un riesgo
que estimula-
y a ese loco intercambio
es inmune
quien no ríe
y el que vive
resentido, emulando sanidad.

Pretendiendo ser autista,
racional y suficiente
el humano
no es consciente
que sin gramo
de locura
-y gustosa compañía-
se marchita en soledad.

lunes, 8 de agosto de 2011

EL ESPANTAPÁJAROS (un cuentito en verso)





























Érase una vez
que había
-en un sitio muy lejano-
un espantapájaros
de paja
y madera moldeado
con descarnado
rostro desbastado
y apenas envuelto
en prendas
desechadas.

A solitario pretil
en sendas bifurcadas
con sorna y burla
fue confinado.
Y en lastimoso trono
encaramado,
se lamentaba
por la suerte
-no buscada-
de su imprecisa alcurnia
impostada.

Desde su alzado
puesto de vigía
desterrado
no resignaba aún
hacerse digno
de un destino
más solemne
y destacado
que el de asustar
a las aves bulliciosas
que, por ventura,
en tierra
descansaran.

Pero bien quiso
la suerte y su alma limpia,
hacer de él
un puerto más fecundo
que un triste ogro
aterrador
que en alto espanta
teniendo solo
por justicia y triste pago
saberse un mero
poste remendado.

Con ansias de soñar
y ojos muy mansos
hacia lo alto y
con fina galanura
iba ofreciendo
sus brazos con ternura
a las avecillas
que el cielo coronaban:
las invitaba
a aquietarse en sus desvelos,
a descansar sus alas laceradas.

Unas bandadas
de alados
trashumantes
desde las nubes
del cielo
comprendieron
aquel, su gesto noble
y decidieron
al fin entre sus brazos
aposentarse y tal vez,
dormir por unas horas.

Las aves
-en principio vacilantes-
hicieron posta al fin
entre sus brazos
y venciendo
lo que daban por
supuesto
lograron comprender
después de tanto
que al final, el monstruo aquel
era bien manso.

La buena nueva
se extendió
entre los aires
y respondieron
con ansias los viajeros
que arribaban
desde cinco continentes
en busca del refugio
y compañía
brindados
por el novel diletante.

Y a cambio
de otorgarles su cobijo
oyendo las historias que los pájaros
compartían generosos
de sus viajes, logró así
el otrora espantajo
despegar y soñar despierto.
Y es que en su fortuna,
el espanta-pájaros
solitario, mutó un día
a confidente de ellos.

domingo, 7 de agosto de 2011

PARA REPLANTEARNOS NUESTRA MANERA DE PENSAR

Tómense unos minutos y vean con atención este video -me lo acaba de enviar por mail la amiga Dolores- creo que vale la pena...

sábado, 6 de agosto de 2011

BLOGGERS CONTRA EL HAMBRE EN ÁFRICA

Me sumo a un llamamiento que está circulando por la Blogosfera:

Una de las formas más fáciles es hacer un donativo a Cruz Roja a través de un SMS: podéis enviar uno o varios SMS con la palabra África al 28077 (1,20€ IVA inc. desde cualquier operador). El importe íntegro se destinará a la causa.

Si preferís, podéis llamar al 902 22 22 92 o entrar en www.cruzroja.es o por trasferencia bancaria a las cuentas de Cruz Roja.

Hay más formas, todas ellas válidas: a través de Médicos sin Fronteras,Save the children (que admite también pago por Paypal).

Pero si tienes un blog o una página web, un usuario de Facebook, de Twitter, de Tuenti… hay algo más que puedes hacer y es ayudarnos a difundir la noticia.

Te invito a que lo compartas con tus amigos, con tus lectores… lo que importa es que entre todos consigamos que este tema no caiga en el olvido.

Muchas gracias!

UN SPOT PUBLICITARIO

miércoles, 3 de agosto de 2011

AFTER LIFE - Parte final


Parte final: LA ESTRATEGIA


























Húmedos aún por las lágrimas, mis ojos se abren a la mañana que despunta filtrándose por la ventana.

El ahogo que estuve sintiendo y me hizo despertar, se deshace junto con los rayos del sol que dibuja en el piso de mi cuarto su acostumbrada rutina.

Las sábanas blancas, revueltas, parecen ser lo único níveo que subsiste de esa extraña realidad que acabo de transitar…pese a lo improbable y absurdo que ahora se presente ante mis reflexiones de mente recién desperezada. No fue sueño. Sé que no lo fue…¿Qué fue entonces?...¿premonición?...¿advertencia?...¿estado de indefinición previo a la muerte efectiva?...¿profundo divague onírico?

Con la acostumbrada técnica que utilizo para alejar de mi mente los pensamientos que no puedo resolver sin que una taza de café despeje mi capacidad de lucidez y raciocinio, me dispongo a seguir mis usuales ritos mañaneros sin permitir que la angustia ocupe otra vez el sitio del que se desanudó.

Después de todo, es intensamente fragante el aroma del café recién preparado e íntimamente gratificante la ya franca calidez del sol bañando los rincones de mi cocina. Es grato y cercano el bullicio de la gente que se apresura en la calle hacia sus trabajos. Me contagia su optimismo alguna risa abierta y despejada que llega de ellos…me hace bien percibir una mayor vitalidad en el trinar de los pájaros. La música de la radio agrega su complemento para  disipar por completo el pesar que precedió mi despertar y me siento bien, dispuesta a hacer que valga mucho cada minuto del nuevo día.

Alegre, distendida, traigo otra vez a mi cabeza aquella película japonesa que vi hace un tiempo y me viene rondando en mis recuerdos desde hace unos días. Persisten las mismas escenas disgregadas surgiendo entre la penumbra de mi frágil memoria, pero esta vez, el destello memorioso se completa con el título que tanto he insistido en evocar …y con una leve sonrisa lo repito una y otra vez…after life…after life…y recuerdo también que no transcurría en una casa, sino en una antigua estación de tren…y había empleados…y había nieve…mucha nieve…y diversos personajes interactuando en medio de la blandura de la irrealidad que se palpaba como algo cotidiano, apacible, expectante…

Me complazco por haber logrado esta vez arribar al título deseado y redescubrir más detalles de aquella película especial que -vaya a saber por qué- ha querido mi memoria rescatar entre los anaqueles de mis recuerdos.

No imagino fácil la tarea de tener que elegir de entre todas las experiencias vividas, un solo momento para preservar por toda la eternidad. Supongo que cada quien debería buscar entre los suyos aquellos más felices –quizás breves- pero gratamente emotivos. Aquellos  que por alguna conjunción casi mágica del destino, hayan contribuido fundamentalmente en imprimirnos nuestra verdadera identidad.

No sería nada fácil tener que optar exclusivamente por uno. Hasta creo que surgiría cierta culpa por no elegir alguno en que no hayan estado implicados todos nuestros seres queridos. Supongo que no nos sentiríamos completos si tuviésemos que decidir preservar uno en que apareciera alguien amado pero del que estuviera excluido algún otro ser igualmente querido.

No sé -si llegado el caso- estaría en condiciones de asumir semejante reto. Más aún en un breve plazo, como se planteaba en la película. 

Recuerdo ahora también –de improviso- que para completar el proceso de fijación del recuerdo, los empleados de la vieja estación debían ayudar a recrear de la forma más fiel posible el pasaje de la vida elegido por cada personaje para así fijar con nitidez la escena rememorada. En eso consistía su función trascendente a la hora de asistir a los viajeros en el que sería su último destino. Mientras tanto ellos permanecerían allí, aguardando ser ellos mismos los que alguna vez optaran por un pasaje de su propia vida digno de ser conservado en su posteridad.

Mientras termino mi café, mientras la catarata de noticias del nuevo día ocupa el lugar de la música que enmarcó hasta ahora mis pensamientos, se me ocurre pensar que, de ser así la forma en que se deba definir el paso a la otra vida, yo me encontraría sin dudas entre esos empleados amables de la estación, haciendo lo imposible para que cada quien lograra concretar la reiteración de su recuerdo elegido previo a subirse a ese tren definitivo, pero paradójicamente, no sería yo capaz de optar por sólo uno de los míos. Sin duda me quedaría –indefinida e infructuosamente- intentando decidir sobre lo que pudiese rescatar de entre la bruma de la desmemoria, que –sin dudas y como ocurre siempre en los cuentos y en las películas- debería ser cada vez más difícil de disipar.

Frente a esa última consideración y viendo de qué se trataría en definitiva el asunto –la opción entre recuerdos resultaría ser una encrucijada final en la que se nos colocaría como último asidero con lo que fuimos ante la NADA infinita que se nos presentaría para la eternidad.

En esas circunstancias y dejando de lado posibles traiciones –que seguro nadie realmente querido nos atrevería a echar en cara en esa situación- quizás la estrategia más válida ante semejante certeza de lo inevitable sería dedicarnos plena y conscientemente  -mientras aún podamos- a construir recuerdos memorables a cada paso de nuestra vida. Vivencias trascendentes que sean los cimientos de futuros recuerdos imborrables. Maravillosos tesoros de nuestra memoria capaces de brillar diáfanamente llegado el momento crucial de tener que elegir el más emotivo.

La lógica parecería indicar que sería más fácil encontrar momentos dignos de ser evocados a perpetuidad si vamos sembrando en nuestra vida buena y profusa semilla: en medio de un prado cuajado de flores bellísimas cualquiera de ellas ameritaría ser preservada en representación del resto, porque cada una resultaría –en definitiva- imagen de las otras. Si en cambio nuestro prado estuviera salpicado irregularmente de flores comunes y ordinarias, sin demasiado perfume, sin profusión de color, pétalos y armonía, sería muy difícil elegir entre ellas a la hora de buscar referente. Sería nada memorable nuestra cosecha a la hora de nuestra partida…

(fin)







martes, 2 de agosto de 2011

AFTER LIFE - Continuación


Parte 2: MEMENTOS


















Sólo el ritmo de mi propia respiración logro sentir acompasada. El profundo silencio se torna casi palpable y se agudiza bajo el efecto del intenso frío –indiscutiblemente polar- que cala hondo hasta mis huesos.

Abro los ojos, sin sobresaltos, en medio de una placidez blanca e inmóvil en la que parece haberse quedado suspendido todo, incluso el tiempo.

El paisaje a mi alrededor es solitario hasta donde mis ojos logran abrirse paso en medio de una bruma blanquecina en donde no se divisan contornos. Lo que se supone un cielo, igual de níveo e irreal, se extiende uniforme sobre mi cabeza, y casi nada logro divisar más que el inabarcable entorno estático que se abre ante mis pupilas.

Pese a lo inusual, no temo. Hay suficiente luminosidad que me tranquiliza aunque no logro adivinar la ubicación de un sol detrás de esa incomprensible blancura distendida.

Me incorporo –sólo en ese momento advierto que no estaba de pie- trato de permanecer erguida aunque en un primer momento el inestable equilibrio que logro no alcanza para sostenerme sin que trastabille.

Avanzo casi a tientas sin tener en claro de dónde vengo ni qué estoy haciendo allí. Mi mente no insiste demasiado en plantearse cuestiones que intuye no poder responder.

Intentando protegerme como puedo del frío intenso, resguardo mis manos desnudas bajo las mangas de mi abrigo mientras, entrecerrando los ojos, sigo avanzando en la áurea atmósfera en que me sigo sumergiendo.

 De repente una silueta extrañamente familiar se va definiendo ante mí: una construcción de gran tamaño, varios pisos y techos inclinados se levanta entre la espesa bruma y aunque estoy segura de no haber estado allí nunca, tengo la certeza de conocer ese lugar. Apuro el paso queriendo alcanzar la calidez que presupongo entre aquellas paredes.

Subo con determinación los cuatro escalones de madera sobre los que se eleva la estrecha galería que enmarca el ingreso a la casa. Tanto la puerta principal como las de los costados que logro divisar se encuentran cerradas, al igual que las ventanas de la planta baja. Sólo algunos de los postigos de las plantas superiores permanecer abiertos dejando ver unas cortinas blancas y vaporosas detrás de los cristales.

Tras abrir la puerta y atravesar un pequeño hall despoblado de mobiliario y tan blanco como el paisaje exterior del que provengo, llego hasta un agradable y sobrio salón enmarcado por espesos cortinados que filtran la luz exterior y la vuelven casi azulada. Caigo  en la cuenta  que ahora sí las ventanas están abiertas.

Como hipnotizada por el sobrecogedor efecto que me produce la extraña luminosidad, observo que hay algunas personas más en el cuarto, quienes parecen comentar entre ellos mi llegada.

Saludo instintivamente y recibo en retribución amables miradas y condescendientes gestos que parecen querer allanarme el camino entre mis dudas y mi desconcierto que, a estas alturas parecen ser evidentes.

Se me informa brevemente de mi situación y entre compasivas sonrisas y respetuosas muestras de afecto y comprensión logran que la sorpresa no me resulte inquietante ni me espante la novedad de la que ha sido, mi reciente muerte.

Creo que de alguna manera ya lo sospechaba. Viene a mí cierto flash back de lo que –me parece- fueron acontecimientos recientes de mi vida apenas finalizada, que con llamativa uniformidad, se mezclan con sensaciones que se me ocurren experimentadas en alguna película que no logro especificar.

Sin que me lo tengan que explicar comprendo qué es lo que acontece: debo bucear en mis pensamientos para lograr decidirme por algún suceso memorable para conservar como único tesoro indisoluble de lo que fue mi vida. Sé también y sin que deban darme mayores detalles, que no dispongo de demasiado tiempo como para tomar la trascendental decisión y eso logra inquietarme un poco. Mucho más de lo que me alteró la confirmación de mi propio deceso.

Tras un logrado ejercicio de concentración y exploración de mis memorias, del que no logro precisar duración, consigo repasar mentalmente distintas etapas de la que fue mi vida. Primera infancia, años inocentes, ansiedades juveniles, inquietudes lógicas, despertar de las pasiones, alegrías construidas, placidez en el ocaso, dulces mieles, avatares sucesivos…nada parece ser lo suficientemente intenso ni primordial ni singular ni maravilloso como para que amerite ser seleccionado por la exclusividad que requiere un recuerdo a perpetuidad.

Percibo  que el escaso tiempo del que dispongo para optar entre mis recuerdos significativos –pese a no estar guiado por agujas de reloj-puede ser tan despiadado como lo suele ser el más cruel de los verdugos.

Intento descansar mi mente de esa angustia tremenda que me invade poco a poco, pero lejos de conseguirlo siento que se me forma un nudo indefinible en la garganta. La sola idea de tener que hallar un único momento verdaderamente intenso y valioso como para elegir evocar en la eternidad me estruja el corazón.

Una tristeza infinita se instala en mi alma y sumida en profundo sollozo clamo a quien mueve los hilos de los destinos irresueltos para que se me de otra oportunidad: prometo sinceramente -con la absoluta convicción que se tiene en los momentos trascendentes- que si se me permite regresar nuevamente a la vida que acabo de culminar, me dedicaré todo el tiempo que se me otorgue -con ahínco y entrega- a construir para mí y para quienes me rodeen, momentos  dignos de ser rememorados por la más cálida añoranza, enmarcados en la más diáfana felicidad a la que un ser humano pueda aspirar…

Sé que lo que pido es imposible. Sé que la oportunidad de la vida es única e irrepetible. Que es en ella cuando debemos dar y recibir lo necesario para definir lo que en verdad seremos, lo que llevaremos a cuestas por siempre. Sé que de la muerte no se tiene retorno…y sumergida en la blandura blanca y apacible que otra vez me envuelve…simplemente me dejo llevar…

(continuará)

Archivo del blog

BLOG REGISTRADO

IBSN: Internet Blog Serial Number 1-958-000-000