A falta de inspiración fresca, reedito un texto ya publicado para sumarme al reto juevero de esta semana que, desde su blog, nos deja Molí como propuesta. Dar clic aquí para disfrutar de todos los textos.
COLORES DE NOVIEMBRE
Para ella, noviembre siempre fue
color violeta. Los jacarandás en flor de su ribera natal a gritos proclamaban al viento fresco su dulzor sobre el agua marrón del rio enorme que baja en silencio.
Noviembre también siempre fue allí humedad, lluvia de renovación, perfume
intenso. Fue libertad de sueños, campos verdes con promesas de horizontes
nuevos.
Y se decidió a viajar, por fin,
un ansiado noviembre, dispuesta a ampliar la paleta de colores que la vida,
desde otros horizontes quisiera mostrarle.
Fue así que disfrutó y se dejó
llevar por los impensados ocres y dorados de un otoño septentrional extendido
bajo el blanco grisáceo de inconstantes nubarrones pasajeros. Conoció entonces
la magia irreal de otros noviembres, tan diferentes -en apariencia- al suyo,
pero semejantes en su promesa de renuevo frente a la inminencia de otro año que
culmina.
Aportando su cuota vital de
violetas en aquel marco boreal que a la nostalgia invita, ella se detiene a soñar,
pensativa, junto a otras aguas menos barrosas que las suyas. Desde la otra
orilla de ese lago cristalino que la seduce, un señor de sienes canas, mirada
clara y chaqueta oscura a su vez la observa mirar y desde lejos, su violácea melancolía
adivina.
No es de locos suponer que junto
a esos dos que sobre el espejo de agua ahora se reflejan, se renueven y se entremezclen
los colores que hasta la fecha, vienen teniendo -por separado- sus noviembres.