Agradeciendo infinitamente a la querida Campirela que, pese a la fecha y al ajetreo que las fiestas implican, se ha hecho cargo de anfitrionar este nuevo Encuentro Juevero, aporto esta historia cuyo final intuirán desde el comienzo.
Tengan todos una muy Feliz Navidad!
LA NAVIDAD QUE CASI NO FUE
Partieron temprano, aún no despuntada el alba. La pequeña comitiva era casi
insignificante. Apenas lo esencial en el morral. Un poco de abrigo, el asno
dispuesto y ellos dos atentos al camino que él sólo conocía. Ella, en cambio,
con rasgos de niña, lucía en su rostro la firme convicción que nada en su ruta
podría desviarlos.
La causa era impuesta, cuestiones de censos que otros requerían y ellos, como
el resto -apenas súbditos marginales- debían acatar sin cuestionar. Ella estaba
encinta. Cubría su vientre guardando recato pero igual su estado avanzado aún de
lejos se percibía.
La ruta era dura. Tal vez una semana. Caminos pedregosos, vientos
sofocantes, colinas empinadas, evitando el territorio de tribus hostiles y ataques
de bandidos, bordeando un río serpenteante como único aliado y brújula.
Después los senderos fueron más empinados y mucho más concurridos. Gente de todos
los rincones acudiendo a la Ciudad Santa por peregrinación, comercio o registro.
Soldados extranjeros luciendo sus bríos por todos los rincones. Llegados de
lejos mostraban desprecio observando de arriba a todo el que pasaba sintiéndose cuestionado. Ellos lo sabían, pareja en tránsito de un pueblo que obedece al
fuerte que gobierna y los domina. No querían notarse, apenas se detenían
por agua y reposo. Ella, sobre todo, cada vez más lo requería. Su voluntad era
fuerte pero el esfuerzo del viaje aumentaba sus molestias y el cansancio la vencía.
Él la observaba en silencio y se compadecía de su joven esposa, con sus pasos cada vez más lentos, titubeantes e inseguros.
Lo de él nunca fue descanso, siempre estaba alerta, buscando cuidarla de
los peligros que les acechaban en cada recodo. Más de una vez se arrepintió de
haberla sometido a semejante tortura, justo al final de su embarazo, cuando más
tranquilidad requería. Se sentía impotente e inseguro, aunque luchaba por no
demostrarlo.
Al fin, desde lejos, justo al caer la noche, divisó la silueta de un
pequeño caserío: la cuna de sus ancestros, el final de su camino. Apenas una
cueva en donde el posadero guarecía su vaca, logró conseguir el agotado caminante para que la primera Navidad del mundo fuera posible. Justo a tiempo, apenas con
lo esencial.
Todo lo demás, viene sobrando.

8 comentarios:
Gracias, Neo, por tu aporte tan maravilloso , es una manera muy bonita y sencilla de dar a conocer el nacimiento del Niño Jesús, que cambiaria la humanidad.
Un besote y a seguir disfrutando de esos días tan especiales.
Un fuerte abrazo, FELIZ NAVIDAD ...
Le diste un toque humano a una historia muy contado.
Un abrazo y felices fiestas.
Boa tardinha de Natal, querida amiga Monica!
O essencial teve a Sagrado Familia para o Menino Deus nascer.
Ficou com uma mensagem importante para a tema.
Tenha dias abençoados e felizes!
Beijinhos fraternos e festivos
La idea de intentar imaginar lo que debe haber sido ese traslado en aquella realidad histórica nos permite darle al suceso un contexto más real, acercándonos a esa odisea tan especial. Me haber podido sumarme a la convocatoria, Campi. Un fuerte abrazo navideño 🤗
No debe haber sido nada fácil ese viajecito. Gracias Demiurgo. Un abrazo y muchas felicidades
Para no perder de vista a lo verdaderamente importante de estas fiestas. Un 🤗 navideño y muchas gracias por leer
Muito lindo e assim, o verdadeiro Natal aconteceu num estábulo, na simplicidade, sem pompas, mas com muito amor!
LINDO! Feliz Natal! beijos, chica
Así es chica, y creo que rn esta época de excesos y desequilibrio, debemos recordarlo. Un abrazo y feliz navidad!
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