Me sumo con este relato a la propuesta que nos dejan Rosana y Patricia desde su blog.
Si bien no se ajusta exactamente a lo que nos proponen (no tiene que ver con ese desagradable zoquete que les dejaron de regalo) el tema SOUVENIR me inspiró a escribir esta continuación de los relatos anteriores y aunque no es lo que pedían, no quise dejar de participar del evento.
Les ruego sean tolerantes por esta interpretación parcial de la propuesta.
SOUVENIR (continuación de Ensalada de Pimientos y Ese otro
Mundo)
Luego del festín multicolor de
pimientos que se ofreció en recompensa, meditando en soledad decidió conservar
un souvenir de aquellas exuberancias salvajes traídas subrepticiamente desde aquel
mundo externo, totalmente ajeno y prohibido.
Si bien sus conocimientos de Naturaleza
en estado virgen eran prácticamente nulos, recordó haber leído alguna vez que, cuando
el equilibrio natural aún no había sido quebrado por las civilizaciones
humanas, el ciclo reproductivo de las plantas se garantizaba por la germinación
de su simiente. Y si había entendido bien aquellas escasas lecciones de botánica
recibidas en sus inicios, esas pequeñas pepitas amarillentas que había decidido
conservar de sus pimientos resultaban ser, precisamente las semillas.
Si tal como había comprobado en
su viaje de exploración aquel mundo exterior no resultaba ser ni tóxico ni
infértil, tal cual le venían informando desde siempre las autoridades del Domo,
quizás, por un milagro que no lograba aún comprender, las fuerzas de la
Naturaleza habían logrado reequilibrarse por su cuenta después del gran
desastre ecológico que había obligado a su gente a sobrevivir artificialmente bajo
la gran burbuja. De ser así, aquellas pequeñas minucias doradas que ahora
estaban entre sus dedos resultaban ser un invaluable tesoro: prueba irrefutable
del germen natural de la vida conservada en su minúscula y natural esencia.
La misma emoción que lo embargó
en su primera excursión al mundo exterior volvió a replicarse al evaluar ese
pensamiento: si conseguía hacer germinar la frágil simiente en las condiciones
adecuadas, quizás lograría, lejos de todo pronóstico, replicar vida natural sin
necesidad de recurrir a las insípidas reproducciones sintéticas con las que él
y sus congéneres venían alimentándose hasta ahora.
Resumiendo: tendría pimientos
frescos y reales a su disposición sin
tener que escabullirse ilegalmente fuera del domo.
3 comentarios:
Hola Mónica muchas gracias por participar, me gusta que hayas continuado la historia de los pimientos, si bien en este caso no es un souvenir asqueroso, es un souvenir con un alto valor, que lleva a la idea de continuar la historia.
Qué sucederá si decide sembrar esas semillas, me gusto y espero continúes la historia.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Tal vez, tal vez. Dependerá de ka voluntad de las musas jaja. Te agradezco por la tolerancia. A veces la inspiración no surge tal cual se le pide. Un abrazo y muchas gracias
Me encantaq la continuacion, supongo con 4 o 5 jueves se puede crear todo un universo "en expansion", el Domo tiene reglas, se entiend, reglas que se volvieron dogmas inquebrantables.
Buena solucion llevar las semillas, que ya todos olvidaron para que servian, buenisima reflexion sobre como la tecnologia nos aleja del mundo del cual brotamos.
Quedamos pues a la expectativa de la 3ra parte.... (que puede o no darse)
abrazos
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