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FIGURA Y FONDO

FIGURA Y FONDO
mi último proyecto

FLIN EN LA LIBRETITA

...un personaje nacido de mi mano...

Cartas que no fueron enviadas

..quedan invitados a conocer el blog de Eduardo, mi papá (que sigue vivo desde sus letras)

LADY DARK

un relato ilustrado

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viernes, 30 de abril de 2010

SIN ÁNIMO DE LUCRO




Todo lo que no te hace caer

…es ganancia…


El té caliente en mañanas de invierno

…es ganancia…

El esfuerzo diario, aunque mal pago

…es ganancia…

El saber que hay que reintentarlo

…es ganancia…

La mala experiencia vivida entre dos

…es ganancia…

La nostalgia que nace al crecer

…es ganancia…

El barro que acumulas al andar

…es ganancia…

La lección que se aprende al errar

…es ganancia…

El perdón brindado con compasión

…es ganancia…

la disculpa dada con convicción

...es ganancia...

La mano llena que se da con amor

es ganancia…


La soledad que no te hace feliz, te hace caer

…no es ganancia…

La angustia que implica competir, te hace caer

…no es ganancia…

El sueño truncado por temor, te hace caer

…no es ganancia…

La palabra dicha con rencor, te hace caer

…no es ganancia…

El odio acumulado aún con razón, te hace caer

…no es ganancia…

El ocio egoísta que ata al placer, te hace caer

…no es ganancia…

La mentira que se dice con maldad, te hace caer

…no es ganancia…

El interés mezquino del poder, te hace caer

...no es ganancia...

El desprecio dado al diferente, te hace caer

...no es ganancia...



jueves, 29 de abril de 2010

ESTE JUEVES UN RELATO: LA SOLEDAD





Esta semana, la propuesta de Tésalo la ha organizado Mª José Moreno.

Pueden encontrar a todos los participantes en:


MI VERSIÓN: CIERTO TIPO DE SOLEDAD


La Soledad doliente vagaba a solas entre penumbras, complaciéndose en el dolor de sus recuerdos, postergados paisajes, palabras maldichas, promesas incumplidas, miedos grises, nefastos rencores…

Iba comiéndose acongojada sus uñas, no alimentándose más que de ellas y el silencio. Gustaba de contemplar una y otra vez por sus adentros reabriendo desde allí las viejas heridas.

La Soledad era mala compañía cuando la Luna no reinaba desde lo alto o la Melancolía no llegaba para endulzarle los lamentos.

La Soledad era mala consultora. A la hora de hacer balances siempre era saldo deudor el que otorgaba y mezquino el interés que usufructuaba.

No sabía nada de fiestas ni negocios, ni de compartir, ni de hacer favores, ni de sonreír a otros ni de buscar buena compañía. Se creía siempre autosuficiente. No sabía que en verdad el Corazón humano no es nada si no tiene un semejante donde en sintonía andar reflejado...



martes, 27 de abril de 2010

EL ARTE Y EL ESPEJO







A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo del espejo.
El arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.


J.LBorges



NUDOS PEREGRINOS





La vida

-dicen-

es un largo peregrinar,

un constante andar

para seguir creciendo…

y en ese andar,

cada nudo,

en los lazos

que vamos tendiendo,

es beso

es fuego

es calor

es complemento…

Maravillosa manera de transitar

“anudados”

a los lazos de otros,

que a su vez,

van transcurriendo…



domingo, 25 de abril de 2010

EN LIBRE VUELO




Hija del aire,

leve y etérea,

parece una brisa…

frágil,

si se le ahoga...

indómita,

si se le permite...

fuerte y tenaz,

a la hora

de dar impulso.

La libertad

se convierte

en alas

cuando se despega,

en alimento

cuando se sueña,

en necesidad

cuando se la dilapida.



sábado, 24 de abril de 2010

A TOD@S...MUCHAS GRACIAS!!!

No quiero dejar pasar más tiempo sin agradecer a todos los que de una u otra manera tienen la deferencia de pasar habitualmente por mi blog, tomándose el trabajo y el tiempo necesario para leer cada post, dejando sus comentarios (los que valoro infinitamente) y haciéndome sentir bien acompañada aún desde la virtualidad de este medio al que se va conociendo poco a poco.

Si bien intento devolver sus respectivas visitas como cada uno se merece, en estos últimos días me he visto desbordada por distintas actividades que me insumen más tiempo del que quisiera, por lo que estoy bastante atrasada en mi recorrido. Les pido me disculpen.

Además y como muchos ya saben, el amigo Rob acostumbra a organizar un concurso anual entre bloguers y este año y para mi sorpresa...mi blog ha tenido el (inmerecido) honor de estar entre los dos más votados, junto con el de la queridísma Lala, de Jugando a Vivir (blog al que recomiendo por su gran ternura y bellísimas letras). No me alcanzan las palabras para agradecer semejante demostración de afecto...(porque es así como lo interpreto).

En fin...no quiero extenderme más...les dejo un afectuoso abrazo y espero recuperar pronto la regularidad de mi actividad bloguera.



jueves, 22 de abril de 2010

ESTE JUEVES, UN RELATO: INTIMIDADES



(antes que nada, aclaro que el texto poco y nada tiene de auto confesión!)


Tras estos mundos

que con pudor nos hemos levantado

se hallan los miedos más ocultos

y hasta aspiraciones

nunca confesadas.

No te diré

que ellos se quebrarán

al solo roce

de una mirada comprensiva

o de una mano amiga

o de alguna sincera palabra…

pero quizás,

a la luz del tiempo compartido

dentro de los vínculos invisibles

en esta red de realidades

virtualmente reveladas

quizás – repito –

con el correr del tiempo

uno logre

por fin, entero, desnudarse.




Más Intimidades en lo de Gustavo



miércoles, 21 de abril de 2010

DESEMPOLVANDO




De vez en cuando es salud

un buen cepillado de rincones

de lo que llamamos “pasado”

en nuestras vidas interiores


No digo que sea virtud

andar tirando todo lo que allí

alguna vez acumulamos

recordando viejos amores


pero aún en la juventud

los viejos trastos de soledad

se colman de lágrimas secas,

como de telarañas y rencores.



martes, 20 de abril de 2010

A DURAS PENAS




Atados a la mediocridad

de los que entienden la vida

como eterna repetición

de viejas soluciones,

los que no saben de utopías

se limitan a intentar sobrevivir

a duras penas, al más bajo costo,

subastándose al mejor postor.



sábado, 17 de abril de 2010

NUEVA CONVOCATORIA EN EL SUR!!!

Queridos amigos, les quiero hacer extensiva la invitación a una nueva convocatoria fotográfica organizada desde EL SUR TAMBIÉN EXISTE, blog participativo en el que colaboro.

Les dejo el enlace para lean de qué se trata.

Nos encantaría que fueran muchos los que decidan sumarse!

INTENCIONES




Que el oficio de sobrevivir, no mate

el arte de vivir creciendo.

Que la faena de madurar, no impida

la magia de soñar despierto.



miércoles, 14 de abril de 2010

LA ESCRIBEN LOS QUE GANAN




La Historia

- así, con mayúsculas -

se va forjando con mitos

que inventan los que han ganado

contando cómo han vencido.

Si alguna vez se incluyera

en ella también la versión

de los que un día han perdido

el mundo tal vez intuiría

que derrota y victoria son

dos maneras de entender

aún un mismo genocidio.



AGRADECIMIENTOS Y UN DESTACADO…


Muchísimas gracias a todos los que pasan y dejan sus amables comentarios luego de darse el tiempo necesario (sé que no es poco) para leer algo que uno intenta narrar.


Por supuesto que siempre habrá algún descolocado cuasi anónimo (son muy pocos, por suerte) que disfruta dejando alguna agresión gratuita en un blog al que nadie invitó ni tiene obligación de leer. (puntualmente me refiero a pègueleaclaudiob.queesgratisylomerece en el primer capítulo de LA VENGANZA)

En esos casos creo que cabe suponer que se trata de una personalidad con muy baja autoestima que busca disimularla insultando a quien ni siquiera conoce y sin que exista posibilidad de devolverle el detalle.

Pero como fundamentalmente me considero una persona que valora la libertad de expresión y tiene la convicción que los necios mueren por la estupidez de sus propias palabras, tengo la costumbre de no borrar los comentarios desubicados exhibiéndolos sin tapujos para que cada cual elabore su propia conclusión.

(imagen tomada dela red)



Este mundo está como está porque la necedad es ya una pandemia…

martes, 13 de abril de 2010

LA VENGANZA - Capítulo final




Capítulo final: INFIERNO INTERIOR


Los truenos no cesaban, la intensidad de la lluvia no menguaba y sus ojos ya no aguantaban el enorme esfuerzo por intentar divisar los perfiles de aquel camino solitario en medio de una negritud en la que nada se alcanzaba a distinguir.

Como esa mañana, sus sienes volvieron a bombear sangre a mil por hora. La euforia no era ahora la causa, más bien lo adjudicaba a un completo estado de angustia y agotamiento al que había arribado varios cientos de kilómetros atrás, desde que la certeza de ser descubierto pese a la meticulosidad de su plan lo había invadido, logrando derrotar todas las defensas que, por años, su odio, su necesidad de venganza y su instinto de supervivencia habían construido para sostenerlo.

Luego de haber confundido varias veces el camino, haber tenido que cambiar una rueda bajo el temporal y sufrir la imperiosa necesidad de tenderse a dormir en una cama caliente, comprendió que nada faltaba ya para que la desesperación lo derrotara.

Cuando comenzó a advertir húmeda su frente y temblorosas sus manos supuso que la fiebre se había agregado a sus padecimientos. Sin dudas el enfriamiento sufrido había acabado con su limitada resistencia física haciéndole ya desear con desesperación algún lugar donde poder descansar.

Como si algo o alguien hubieran querido hacer realidad su deseo, iluminada por el fugaz resplandor de los relámpagos, la silueta de una casa se dibujó nítidamente en el horizonte. Subiendo la colina que se erguía frente a él comprobó que se trataba de una vieja y destartalada casona aparentemente abandonada. En sus años de esplendor quizás hubiese sido una lujosa mansión, pero ahora eran notorios, aún en la cerrada oscuridad de la noche, su decadencia y abandono.

Con lo que le quedaba de fuerzas intentó insistentemente abrir la puerta del frente: dos enormes hojas de sólida madera que se presentaban infranqueables. Lejos de desistir, el hombre decidió forzar alguno de los postigones de los ventanales. Primero los del frente y más tarde los laterales, sin conseguir siquiera aflojar los cerrojos. Terminó de rodear el perímetro de la casa que mostraba por todos sus flancos la misma inexpugnabilidad.

Al completar bajo el diluvio torrencial su infructuoso recorrido, comprobó con gran sorpresa que la puerta principal, antes herméticamente cerrada, se encontraba en ese momento entreabierta. Su necesidad de descansar bajo techo era más imperiosa que cualquier loca especulación que cruzara por su cabeza buscando explicar aquel extraño suceso, pero su habitual racionalidad lo llevó a inquirir que seguramente el cerrojo se había aflojado durante el forcejeo, aunque no lo advirtiera en un primer momento.

Apenas cruzar los límites de aquel vano de oscuridad sintió una punzada aguda atravesando el interior de su cabeza. La fiebre y la debilidad estaban haciendo estragos en su cuerpo y sentía que no le quedaban fuerzas ya ni como para intentar una adecuada exploración del resto de la casa. Iluminándose apenas con al flama de su encendedor comprobó que había allí algunos muebles, cubiertos todos de mugre y telarañas.

Se las ingenió para lograr juntar algunos diarios y maderos y encendió un pequeño fuego en la chimenea del centro de la sala, lo suficientemente acogedora como para dejarse caer sobre una vieja poltrona arrumbada junto a ella. Lejos de calmarse, los dolores de cabeza y la fiebre aumentaban haciendo que, pese al agotamiento extremo, no lograra conciliar el sueño.

Uno a uno los recuerdos más dolorosos de su infancia fueron asaltándolo desde el pozo en el que, con todo ahínco, se había esmerado en sepultarlos. Liberada por al fiebre que lo hacía arder por dentro, sentía otra vez en su carne la infinita repugnancia que tantas veces debió soportar, reviviendo con dolorosa intensidad la crueldad de las humillaciones a las que lo sometiera quien, por su mediación, yacía ya en el averno.

En medio de sus ensoñaciones afiebradas volvió a escuchar aquella voz maldita que tanto temiera y odiara en esos años, voz que ya creía haber conseguido ahogar para siempre.

Azuzados por los truenos y relámpagos que continuaban haciendo temblar los cielos, otra vez resurgieron con despiadada crueldad todos sus viejos miedos, sus más temidos fantasmas. En medio de una angustiosa duermevela de la que no conseguía liberarse, buscando desesperadamente guarecerse en su último rincón de racionalidad, fue descubriendo que desde los rincones de aquella vieja casona abandonada lo observaban cientos de figuras retorcidas y espantosas que se sostenían, a modo de marionetas espeluznantes, atravesadas por sangrantes varillas suspendidas en la nada.

Su espanto iba creciendo conforme el tronar de su propia tormenta interior iba iluminando los rincones de la que pronto confirmó, resultaría ser la entrada a su propio infierno. Entre aquellos rostros deformes de miradas vacías y terroríficas creyó reconocer a quien fuera en lejanas épocas su tutor, más tarde su vejador y recientemente su propia víctima.

Sumido en angustiosa mezcla de sensaciones y sentimientos encontrados, intentando infructuosamente poder escapar, fue sintiendo que poco a poco su corazón era devorado por llamaras insoportables de culpa, odio, arrepentimiento, violencia y dolor para instalarse en él como su eterno tormento.

Mientras la fiebre borraba poco a poco los últimos rastros de lucidez en su mente obnubilada, ahogado en su propio llanto hasta entonces contenido, tuvo la certeza que en realidad, la venganza que había concretado no había sido puerta de escape, sino más bien la entrada a un pozo infernal…del que ya jamás hallaría la salida.


(fin)



lunes, 12 de abril de 2010

LA VENGANZA - Capítulo 2





Capítulo 2: LA HUIDA

Largas horas de impaciente transitar por extensas carreteras, olvidadas rutas y polvorientos caminos… Su cuerpo y su mente estaban ya cansados por igual: el uno por soportar la infinita tensión acumulada y lo prolongado del viaje, la otra por revivir una y otra vez, como si se tratase de un film en continua repetición, cada uno de los detalles de aquella fatal escena culminante tan largamente soñada: …el sobresalto en la noche… la aterrada expresión del rostro de aquel infame al verlo junto a su cama y reconocerlo detrás de tanto odio acumulado… la impotencia del maldito por sentirse viejo y enfermo… los culposos recuerdos de tantos años atrás, cuando en silencio - y escudado tras la impunidad que su condición le otorgaba - fuera él quien, en cambio, frente a otra cama asomaba en asecho…el ahogado chillido de terror, incapaz de ser controlado, en el preciso instante en que la primera puñalada se hundiera en aquella carne corrompida…su propia e indescriptible sensación de satisfacción y liberación que experimentara al ver por fin, aquel rostro tan odiado, recibiendo su merecido…

Aquel júbilo indescriptible que sintiera en un primer momento había ido, luego, cediendo paso a una serenidad pasmosa. Una frialdad casi irreal que siempre dudó tener y que para su sorpresa, comprobó poseer.

Tantos años de sufrimiento, tanta humillación, tanto miedo, tantos deseos de venganza habían terminado por socavar, como era de esperar, todo atisbo de arrepentimiento o sensibilidad. Había dejado atrás la entelequia sufrida y pisoteada que experimentó ser desde siempre, para reivindicarse, como impasible y vengativo justiciero de su inocencia robada.

A pesar de tener la firme convicción que estaba ya fuera de peligro, que su plan había sido un éxito y había logrado materializar tal cual imaginara su impiadosa venganza, algo en él sentía que no todo estaba en orden…no todas las piezas encajaban como había sido planeado y, fuera de toda lógica, una inquietud creciente se iba instalando en su costado a pesar de sus esfuerzos por alejar cualquier duda de su flamante victoria.

No entendía cuál pudiese ser el motivo de ese nerviosismo. Nada había dejado al azar, nada había descuidado. Había usado guantes y enfundado sus zapatos para no dejar ninguna huella. Nadie lo había visto, no había cámaras, ni porteros que hubiesen detectado su llegada. No había usado su auto para llegar al edificio, no había utilizado tarjetas ni credenciales que probaran su presencia por aquellos sitios. Se había armado una identidad falsa, cambiado su modo de vestir, disimulado sus facciones para que nadie lo reconociera.

Luego de haber concluido su cometido había quemado su ropa, limpiado cuidadosamente el arma homicida y borrado concienzudamente todo rastro de los elementos utilizados. Hasta había tenido la precaución de separar la empuñadura de la hoja del puñal para arrojarlos a ambos en distintos lugares del puerto, cuidando no ser visto y considerando las corrientes para alejar de la costa las pruebas de su delito.

Tenía la certeza que no había dejado ningún detalle que lo delatara y sin embargo, no se sentía tranquilo.

Conforme iban transcurriendo las horas, contrariamente a lo que era previsible, se impacientaba más y más…y la angustia se le marcaba en el rostro.

Decidió por fin detener su marcha para tomarse un café y aclarar sus pensamientos. Seguramente después de descansar un poco, lograría que aquella sensación inquietante desapareciera con los primeros sorbos reparadores. El café siempre había sido su aliado a la hora de alejar fantasmas y diluir temores.

Entró en aquella parada para camioneros como si se tratase de un oasis en medio de un mar de enigmas. Aquel tugurio se presentaba como refugio acogedor para su mente perturbada y agotada. Así lo dejó entrever cuando se desplomó con inocultable alivio en una de aquellas incómodas sillas de tapizados rotos y patas tambaleantes.

Apenas el mozo se acercó con infinita parsimonia, su voz pastosa y adusta pidió un café doble y algo que comer. Nada especial, sólo algún sustento para seguir sobreviviendo en su mundo de grises perpetuos y sombras amenazantes.

La taza humeante se dejaba beber brindando el merecido alivio a su cansancio. El sándwich no estaba mal en aspecto, pero apenas sí se lograba distinguir algo del sabor de lo que deberían ser jamón y queso. Pese a todo, el desasosiego que lo hostigaba iba en aumento.

A esas alturas comenzó a considerar que quizás alguno de esos rudos trashumantes sobre ruedas podría haber coincidido con él en aquel otro bar del puerto, ese momentáneo aguantadero al que él solía arribar durante los preparativos de su pesquisa y posterior cacería. Se le ocurrió pensar que existía la posibilidad que alguno de aquellos bravucones pudiera reconocerlo y tal vez recordar su paso por el sitio del que intentaba escapar. La eventualidad de algo así era muy remota, pero no imposible, y como ya había descubierto en carne propia hacía ya mucho tiempo, nunca las mínimas probabilidades igualan a la certeza de lo imposible.

Fue así que apuró su frugal merienda y emprendió otra vez su huida, descuidando sin darse cuenta su propósito inicial de no esquivar la mirada ante eventuales interlocutores. Siempre es ese un gesto que delata inseguridad y no era deseable transmitir algo así en semejantes circunstancias.

A pesar de lo irracional que se le ocurría, algo en el ambiente de aquel barsucho miserable lograba hacerle dudar sobre su anterior convicción de estar ya fuera de peligro y el miedo a ser descubierto comenzó a cercarlo a medida que distinguía algunos imperceptibles gestos en los parroquianos que poblaban el local. Uno alto de camisa a cuadros no dejaba de mirarlo. No sabía la razón pero era evidente. Al pasar frente a otra mesa ocupada por dos tipejos de mala traza escuchó con claridad algo sobre un crimen ocurrido esa misma tarde, y aquellas palabras consiguieron helarle la sangre por completo. Sus manos comenzaron a transpirar en forma llamativa y eso hizo que la cajera lo mirara en forma inquisitoria al intuir –sin dudas - que algo oscuro se ocultaba tras su aparente pasividad.

Apresuró el paso buscando refugiarse cuanto antes en su auto, improvisado bunker en el que aguardó ansioso mientras el empleado de la estación de servicio llenaba el tanque con combustible. Ni se fijó en el vuelto que recibió mientras arrancaba en forma brusca y para nada discreta, contrariando todas las normas de precaución que antes se había impuesto.

Al rato y de improviso, se desató una fuerte tormenta, pero ni lo cerrado de la noche, ni los oscuros nubarrones o la torrencial lluvia que lo azotó durante horas, lograron preocuparlo más que la sospecha, cada vez más vívida,de que algún detalle que aún no lograba dilucidar terminaría, tarde o temprano, por implicarlo en lo que esa misma tarde creyera un ajusticiamiento perfecto.


(continuará)



domingo, 11 de abril de 2010

LA VENGANZA - Capítulo 1




Capítulo 1:

AJUSTICIAMIENTO PERFECTO

Cuando cerró por fin la puerta de su habitación sintió que la sangre bombeando en sus sienes comenzaba a provocarle fuertes dolores de cabeza.

Los latidos de su corazón parecían alentar un galope de caballos desbocados y la sequedad de su boca llegaba a hacerle sentir la lengua pegada al paladar. Bebió ávido lo primero que encontró en aquel cuarto, tan inhóspito como sus recuerdos. Llenó una y otra vez el vaso hasta el tope con el whisky barato que había comprado el día anterior en un boliche de los arrabales del puerto.

Desde hacía más de un mes se había mudado a ese hotelucho de cuarta y desde allí intentaba ser menos que una sombra para pasar lo más desapercibido posible.

Era parte fundamental para el éxito de sus planes que nadie supiera su verdadera identidad ni pusiera atención a sus movimientos. Había preparado con mucha antelación cada detalle de la intrincada trama de la que sería su venganza y cuya conclusión, acababa de concretar.

Siempre pensó que cuando llegara el momento crucial, algo de los escrúpulos sobrevivientes de lo que fuera su vieja vida podría impedir que llevara a cabo su ansiado desquite. Movido acaso por la compasión humana o algún resabio de la moralina mamada en sus años de infancia, temía no tener, llegado el momento, el coraje y la frialdad necesaria para llevar a cabo lo que durante sus eternas noches de internación forzada e inacabable calvario elucubró con meritorio celo. Por suerte y para la satisfacción de su denostado ego, no fue así.

Llegado el punto en que viera su propio reflejo en los ojos aterrados de aquel inmundo ser que alguna vez le destruyera el alma y las entrañas, nada de compasión detuvo o hizo titubear siquiera el puñal verdugo mientras se hundía, una y otra vez, en el pecho flácido y encanecido de su antiguo tutor.

Tampoco ahora, aliviados ya su ansiedad y miedos, algún rastro de arrepentimiento se hacía presente para disminuir el placer dulce que sobreviene a la venganza.

Si bien sabía que nunca podría borrar ni cicatrizar lo sufrido, la sensación íntima de satisfacción al haber logrado consumar su tan premeditado desquite con quien fuera su más temible fantasma, lograba por fin compensar en algo su perenne angustia existencial.

Ya más calmo, recuperándose de la lógica agitación que cualquier momento culminante provoca, su naturaleza racional se iba abriendo paso poco a poco entre las nubes de la complacencia y la sed de venganza ya apaciguada. Consideró imprescindible no dejarse tentar aún por el placentero paladeo de la victoria. Era muy conciente que quedaban pendientes los últimos detalles de su plan de fuga, meticulosamente estudiados durante meses de fría meditación.

Sin más dilaciones procedió a juntar sus pocas pertenencias, saldar la cuenta del hotel y dirigirse, como usualmente lo venía haciendo, hacia su rutina de aparente soledad y agobio en los bares del muelle.

Nadie notó nada especial en su rostro. Ningún nerviosismo, tampoco excesiva tranquilidad. Tan sólo se dejó llevar por el ya ensayado rito de dilución en aquella apática masa de mortales que dejaban pasar su tiempo frente a una botella de alcohol. Nadie podía sospechar que por sus adentros, algo parecido a la felicidad pretendía iluminar los rincones de sus espesas telarañas. Debió contenerse para que su rostro no lo traicionara trasuntando algún rictus de gozo delator.

Sin prisa pero sin pausa iba verificando mentalmente una y otra vez cada uno de los pasos previos y posteriores a la consumación de su venganza, arribando invariablemente a la tranquilizadora conclusión que todo había salido tal cual lo previera. Sin complicaciones. Sin que quedaran rastros que pudieran relacionarlo con el final sangriento de aquel desgraciado.

Mirando de reojo su reloj, disimulando lo que en realidad era una gran impaciencia, dejó pasar las horas que oportunamente había estimado como prudentes para ponerse, por fin, en rumbo hacia el que sería su definitivo exilio.


(continuará)


viernes, 9 de abril de 2010

DISPUESTA




Claros ojos

transparentes

que buscan

ansiosos

andar por la vida

asumiendo

que es posible

- a pesar de todo -

abrirse puertas

para intentar crecer,

aquí estoy,

para los que sientas

que puedo darte

en mi modesto

trascender…




jueves, 8 de abril de 2010

FATUO MUNDO DE OQUEDADES






A riesgo de no asumirse

hay quienes

se esconden

en la oquedad

de lo mundano,

la fatuidad

y la espuma

de la insolvencia colectiva.




martes, 6 de abril de 2010

CAZADORES DE SUEÑOS




Atrapa

- como a mariposas-

tus sueños

cazador/a innato/a

de imposibles…

Si no es con redes

que sea a mano suelta.

Si no tiene manos

que sea acaso,

con los dientes!

…pero nunca

lo dejes de intentar.



lunes, 5 de abril de 2010

A PROPÓSITO DE ECHAR A LATIGAZOS A LOS CORRUPTOS DEL TEMPLO

Hablaba antes de cristianismo verdadero, de la hipocresía de los que ocupan los templos y no practican los fundamentos de lo que dicen representar.
Dejo un enlace de un post al respecto. Es fuerte, aunque las imágenes están nubladas.
Es triste y vergonzoso tener que dar pruebas de esta forma, pero de otro modo siempre seguirán diciendo que forma parte de un complot para desprestigiar a la Iglesia.

viernes, 2 de abril de 2010

REFLEXIONES DE VIERNES SANTO






Alguna vez Dios

bajó a la Tierra

y se hizo hombre, humanidad…

para sentir como sentimos,

para pensar como pensamos,

para entendernos,

para guiarnos…

Si en su infinito Amor,

en su infinita Humildad

- capaz de pasar

por los peores tormentos

para salvarnos –

otra vez por aquí bajara

y viera

en lo que se han convertido

los que debían ser su Reflejo,

qué diría?...

qué sentiría?...

seguiría entre sus planes

aún nuestro recate?...

tomaría como alguna vez

el látigo

para desalojar

a los mercaderes/corruptos

del Templo?...

sea lo que fuere

que hiciera estoy segura

NUNCA su Actitud

se parecería a la de esos hombres

que se arrogan hoy el derecho

de ser dioses (en su nombre)

en el más terrenal

y mezquino sentido de la palabra.



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