ÉRASE UNA VEZ

(alguna vez esta noticia me inspiró este divague!, lo re edito para quienes no lo leyeron) SkySails: Impulsando cargueros trasatlánticos con viento y tecnología Un barco impulsado por viento no es ninguna novedad. Pero un carguero impulsado por un volantín (o cometa) guiado por computadora si que lo es. El transporte de carga trasatlántico se ha visto seriamente afectado por las alzas en el precio del petróleo, por lo que los alemanes de Beluga Shipping decidieron buscar una solución, volviendo a la más antigua de las técnicas navales y que además aporta su grano de arena para frenar el calentamiento global. El sistema llamado Sky Sails consta de un volantín de 160 metros cuadrados controlado por computadora, que se eleva aproximadamente 300 metros sobre el aire para darle impulso adicional a un carguero de 10,000 toneladas. Aprovechando los vientos puede reducir el consumo de combustible en hasta un 20%, lo que equivale a un ahorro diario de US $1.600 (CLP $800.000), y una menor emisión de gases contamintantes (CO2). Este sistema se hará su debut en Enero, cuando el MV Beluga SkySails emprenda rumbo desde Hamburgo hasta Venezuela. Un buen ejemplo de como un poco de tradición naval más alta tecnología dan como resultado un sistema que permite un aprovechamiento racional de la energía. Si todo sale bien, este sistema podría empezar a ser usado cada vez más, ya que permitiría reducir los costos de transporte de carga. Y si más encima contribuye a reducir las emisiones, mejor aún. Link: German ship fights climate change with high-tech kite (Reuters) ************************ Érase una vez un velero a una grácil cometa enlazado; era ella quien henchida y perfecta, desplegaba en su vuelo la espalda. Elevaba, etérea, su alma bajo el sol, sosteniendo a su hermano desde lo alto, como ala silente, al enorme barcazo amarrada. La nave, bien presta y bravía pretendía no estar anudada ignorando, completo, el esfuerzo que su viaje en verdad aliviaba. Por sorpresa, un huracán vespertino a ambas manos separó desde el cuajo: quedó el gris velero a la deriva y la pobre cometa sin barco. En semejante desgracia la nave tuvo así que frenarse en su marcha extrañando por fin lo que había despreciado hasta antes por lastre; de repente el velero entendía que no era sólo soga lo que ata: eran lazos muy firmes de ayuda los que habían aliviado su marcha y es que era la cometa un gigante que incansable empujaba en lo alto; era fuerte y poderosa su hermana aunque sólo parecía adornarlo Desde el cielo, triste sollozaba la abatida cometa desolada: con su larga correa ondulante y hecho tristes jirones su alma. El viento, que a veces escucha, a los que estallan, sinceros, en llanto decidió por esta vez sosegarse y mecerla en el aire, entretanto; por no haber sujetado a su hermano se culpaba, amarga y sollozando con tristeza mirando entre nubes, al barco que se alejaba bogando. Un pájaro, que volaba en bandada divisó, desde lejos, la apenada; decidió prenderla con su pico sujetando a la correa tronchada; con presteza, y sin dudar un instante no esperando recompensa ninguna consiguió anudar con fortuna a esos dos extremos distantes y otra vez navegando unidos en honda hermandad conjugada velero y cometa ya vuelven a aunar otra vez sus andadas: el barco navega entre espumas devolviendo a la mar su oleada la cometa, le presta segura, no alas, sino amor en su espalda. De a dos, el trabajo es riqueza, más breve, quizás, es la marcha y el esfuerzo, se hace esperanza al ser dos los que portan la carga.