Esta semana, sumándome a la convocatoria juevera y de la mano de Charo
PERDIDOS
Perdidos entre los pliegues de su
memoria aguardan reticentes y desesperados los malos recuerdos, esperan poder
salir a flote para al fin liberarse. En el fondo de su subconsciente siempre lo
supo.
Les reconoce la necesidad de
desprenderse de la opresión de sus lejanos traumas y sus conflictos, pero a la
vez teme. Le aterra tener que pasar otra vez por ese suplicio. Tener que
enfrentar nuevamente el espanto que lo partió alguna vez al medio y que le
fuera imposible superar de raíz.
La única defensa posible que
consiguió en su momento fue pretender sepultar bajo el barro indescifrable de
una amnesia todo el dolor y el horror padecido inventándose un ayer en blanco y
un opaco presente que apenas puede llamar subsistencia.
Hoy, las voces de los fantasmas
que suelen atormentarlo sólo en sueños han abierto una grieta en su realidad
advirtiéndole que su intento de negación ha fracasado.
Sabe lo que le espera. No cree
que pueda enfrentarlos, se siente impotente frente a tanta inmundicia. Los años
de insensibilidad forzada no lograron matar todos los vínculos entre su carne y
su espíritu y por lo tanto le quedan aún fibras sensibles suficientes como para
morir otra vez en llanto. No cree que pueda soportarlo. La idea de acabar
radicalmente con su pesar se le ha cruzado innumerables veces por la mente pero
siempre su pulso ha fallado en el intento. Se halla al fin ante esa temida
encrucijada: enfrentarlos definitivamente a riesgo de sucumbir ante tanto dolor
o esquivarlos sin asumirlos, esta vez para siempre.
El primer rayo de sol se filtra
por la ventana haciendo brillar el metal de su revolver. Es otro el despertar
que viene a su mente en ese instante, evocando el dolor pasado que seguro
retornará. No sabe aún a qué aferrarse con desesperación: al disparo artero y
definitivo que promete alivio o a la invitación sanadora pero incierta de la
vida.
P.D
Les reitero la invitación para sumarse a la tarjeta navideña, hasta el 17 tienen tiempo
Les reitero la invitación para sumarse a la tarjeta navideña, hasta el 17 tienen tiempo
15 comentarios:
Enfrentarse a uno mismo ya es un desafío dificil, sin que haya esa clase de recuerdos que teme enfrentar el personaje. Tanto que ha elegido la amnesia y piensen en terminar con su vida.
Un acierto el final abierto
Pensar que puede haber quien sufra ese tormento encerrado en las dudas y el miedo me asusta. Ahora imagino un final para apaciguar mi desasosiego. Unos abrazos
Los malos recuerdos son los que nunca se pierden y suelen jugar malas pasadas cuando reaparecen.
Una batalla que no termina con los fantasmas del pasado. Pienso como Ester y que al menos, logrará apaciguarlos durante una temporada para no venirse abajo.
¡Un abrazo!
Contra los malos recuerdos, no el revólver la mejor solución. La solución está en la vida, en tratar de borrar esos recuerdos con vivencias que sean capaces de hacer olvidar todo lo desagradable y lo negro.
Besos.
Es fácil decir desde fuera cual es la opción por la que debe optar, indudablemente por la de la vida, pero cuando uno se siente tan perdido como lo está el protagonista de tu relato, es difícil luchar contra la opción de acabar con el sufrimiento.
Muy bien expresado ese sentimiento.
Muchas gracias por participar!
Un beso
La peor perdida es uno mismo , el no saber enfrentarse al dolor , a los miedos , es muy difícil salir de una encrucijada que uno mismo ha creado a su alrededor .. pero hay seguir luchando y seguir manteniendo un hilo de esperanza .
Un abrazo .
Perderse en la madeja de sus malos recuerdos es fatal para tu protagonista. La deja en la incertidumbre, de qué opción a tomar. Impactante su final.
Beso
La vida, siempre la vida es la única capaz de hacer que puedas resarcirte del pasado por muy horrible que este sea. Magnífico relato, besos.
A veces es muy duro enfrentarse a esos recuerdos, a ese volver de la consciencia. Excelente relato.
Un beso.
Me resulta curioso ver en tu relato más que a un personaje perdido, a unos recuerdos encontrados, que vuelven y provocan todo lo que provocan...unas letras muy humanas.
Besos
pd. Ando buscando fotos para la postal...a ver si llego
¡Oh! Que triste y bonito al mismo tiempo. Me ha gustado mucho. Un abrazo
No encuentro tu email, me lo darias nuevamente para enviarte la foto?
Gracias mil por tu atencion.
Saluditos
El revolver nunca es la solución. Por aquello del ying y el yang, yo le diría al protagonista de tu historia que la mejor manera de combatir malos recuerdos es llenar la vida de momentos felices, contrarrestando de esta forma la devastadora fuerza de aquellos.
Un fuerte abrazo.
Nunca un revolver es la solución.Los recuerdos no se borran, pero podemos dejarlos atrás con unos mejores
Un beso
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