ESTE JUEVES, LUZ, CÁMARA Y RELATO

El amigo Demiurgo nos propone esta semana intentar armar un argumento de película incluyendo eventuales actores que pudieran protagonizarla. Me extendí bastante de las 350 palabras pero es lo que me surgió de un tirón y no pude resumirlo. No desarrollé más que un personaje, por lo que sólo propuse al protagonista. Escucho posibles títulos para el film.
Para leer más aportes jueveros, pasar por el blog del Demiurgo.

ARGUMENTO DE PELÍCULA

Futuro post apocalíptico. Restos de ciudad caótica y oscura, peligrosa y decadente, sobreviviendo luego de la debacle nuclear que todo lo ha destruido por fuera del domo burbuja que la cubre.

El personaje principal, (Will Smith) deambula por las calles semi escondido buscando su magro sustento diario. Poniendo en riesgo su vida debe salir cada vez que puede para intentar conseguir los muy escasos alimentos que logra obtener mediante su cartilla de raciones que la mafia dominante le suministran a cambio de trabajos forzados. Está solo, sin esperanza ni ilusiones, ni nada que lo incentive para seguir. La posibilidad de suicidarse se le hace cada vez más tentadora.

Llega a su refugio a duras penas, escapándose de los asaltantes que matan a cualquiera por un poco de alimento extra o simplemente por placer. Luego de mucho tiempo sin poder dormir, esa noche, logra sumirse en un profundo sueño que lo sumerge en una irrealidad muy placentera: logra retrotraerse a los tiempos de su infancia, previos al apocalipsis que el mundo ha padecido dejándolo sin recursos, códigos o expectativas de futuro sin violencia.  Por primera vez después de muchas décadas recuerda con nitidez algo de su pasado paladeando nuevamente la sensación de felicidad que alguna vez conoció.

Un estallido cercano seguido del persistente sonido de sirenas lo despierta de repente trayéndolo con brusquedad a la realidad brutal que lo rodea. En ese momento decide que no quiere ya vivir más de esa forma. Asume definitivamente el suicidio como única salida, pero, luego de haber recordado por unos instantes lo que fue la felicidad, decide que buscará la muerte lejos de allí, ese oscuro pozo de inmundicia en el que vive.

Resuelve entonces cruzar los límites de la ciudad –única realidad conocida luego de la guerra total que sobrevino- para intentar ver qué hay más allá, aunque siempre ha escuchado que nada más existe por fuera del domo. Logra escaparse sin ser descubierto. Recorre largas distancias desérticas sin encontrarse con ningún ser viviente. Insiste en hallar algún sitio que le traiga al menos la sensación de paz que aspira a hallar en el momento de matarse. Se desata una fuerte tormenta y un enorme árbol cae sobre él dejándolo herido e inconsciente. Despierta con la sensación de haber escuchado una leve melodía, algo impensado en el infierno del que viene. Se despierta con algo de dificultad, obnubilado por un sopor que lentamente se desvanece.

Se sienta sobre un mullido lecho que lo cobija. Comprende que lo han curado y se siente con fuerzas como pararse y mirar a su alrededor. Todo es calidez, luz y bienestar. Las personas que lo reciben son amables, pese a la lógica desconfianza de los primeros momentos. Luego de su inicial confusión, descubre que se trata de un grupo numeroso de sobrevivientes que han creado su propia ciudad, armoniosa y protegida donde todos se sienten a salvo y contenidos. Los mueve el hecho de intentar recuperar del pasado perdido todo aquello que merecía rescatarse. Cada quien aporta su granito de arena recordando lo que alguna vez lo hiciera feliz y busca cómo replicarlo para enseñárselo a las nuevas generaciones. Por un momento piensa que se trata de un puñado de locos soñadores.

De repente el recuerdo de su niñez aflora nuevamente con nitidez instalándole en el rostro una sonrisa. Reconsidera entonces su anterior decisión de suicidarse y opta en cambio por sumarse al proyecto del grupo de idealistas.