Me sumo a la propuesta de esta semana de Sindel con parte de un texto ya publicado (la falta de inspiración fresca es ya preocupante)
ALGO que apostar...
ALGO que apostar...
Los pocos
pasajeros que lo acompañaban, lucían en sus semblantes las consecuencias de mil
privaciones. El desarraigo forzado les entristecía el alma. Ninguna ilusión
guiaba sus infortunadas soledades.
Entre ellos,
uno con rasgos prominentes y exceso de culpas experimentadas llamó su atención
de ingenuo campesino recién destetado. Palabra va, palabra viene, un viejo mazo
de cartas lo invitó a arriesgarse en una inaudita partida de poker. El clímax
del juego llegó cuando nada tenía ya en sus bolsillos para apostar y cuatro
reinas alineadas le prometían un triunfo imbatible. Tan ansioso estaba de
experimentar la victoria, que aceptó el fatal riesgo que aquella apuesta
implicaba: su alma, con específica fecha de entrega, luego de una aceptable
vida de felicidad.
Cuatro ases
matando su cuarteto de reinas sellaron la contundencia del pacto, y con la
inapelable certeza que da lo inescrutable, desde entonces aguardó su anunciado
final.
La incrédula
sonrisa de quienes lo escuchábamos narrando aquella inconcebible anécdota se
vio truncada cuando con resignada entrega el abuelo nos confirmaba que esa
misma noche resultaba ser la fecha en la que debía pagar su deuda y mientras
cerraba sus ojos como definitiva despedida, alcanzó a balbucear que,
ciertamente, había sido feliz.
14 comentarios:
De nuevo sube la marea en el teclado, es precioso, maravillosa leyenda.
Muchas gracias, nunca dejaras de sorprenderme, jamas voy a ser capaz de expresar que y como me tramites.
ALGO... se mueve en mi.
Un cuento muy aleccionador.
Un relato muy hermoso y con una sensibilidad especial.
Besos
Maravillosas tus letras y los mensajes que transmiten.
Un beso
Jugarse la caducidad de la vida tentando a la suerte, un juego seguro. Me ha gustado la lección que deja el abuelo y tu forma de contarlo. Un abrazo
Resulta muy original. Al jugador, una vez que pierde, cualquier historia le augura un trsite destino y has convertido esa historia en feliz, aunque la condena permanece.
Me encanta leer historias como ésta.
Abrazos.
Qué bueno! Un relato impecable, entonces asumo que su apuesta valió la pena, ser feliz es algo que muchos otros no alcanzan a ser. Me encantó, Moni. Impecable.
Un beso enorme.
Hola; en mi humilde opinión, el póker es uno de los juegos que mejor representa la vida. Es un texto muy completo, una apuesta, un doble o nada. Así es la vida, sin saber que otras cartas te las pueden jugar. Un abrazo.
Un relato con un fin feliz. No lo habia leido, asi que hicistes bien en poner de nuevo tu relato.
No sé, yo creo que, todos podemos apostar algo en la vida.
Un beso Moni
Isa
Una historia muy bonita y ejemplar, querida Neo. Siempre es un placer leerte. Un fotíssimo abrazo,con toda mi admiración.
Hola, Mónica
Qué lindo y original texto. Ese algo en esa apuesta le vaticinaba un final feliz.
Beso
Moni, un relato muy bien llevado, el final chapeau!!
Besos:))
Pues valia la pena la partida, si al final llego a ser feliz....un cuento precioso, besos.
Me gustó muchísimo tu micro-relato, me hizo recordar la serie "El garante" con Lito Cruz y Leonardo Buscaglia.
Un beso.
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