Antes, su ciudad era extensión de su propia casa. La calle era como su patio, las ventanas, el mirador desde donde se invitaba a pasar al sol y al aire, que sin complejos entraban danzando con las cortinas. La gente se encontraba a charlar puertas afuera, tranquila, sin prisa ni miedos, dejando pasar el tiempo bajo la sombra de algún árbol frondoso que se enteraba de chismes y cuitas. En esa época, la ciudad era territorio conocido. Paisaje dominado a fuerza de andarlo estrechando manos, conversando desde los umbrales. Los cerrojos se echaban por la noche…y a veces, ni eso. Los vecinos eran todos gente amiga, no simples ajenos colindantes sin rostros ni nombres. No eran pocas las ocasiones en que se celebraba al aire libre, en plena calle, todos juntos, con las puertas abiertas y compartiendo…el pan, el vino, las historias, los sueños, las luces y las sombras…se crecía juntos. Se vivía juntos. Se encaraba la vida como un desafío más liviano si se lo transitaba en compañía… Hoy, décadas después, más canas y decepciones en su haber, su vieja ciudad se le antojaba otra. La calle ya no era lugar, sólo un sitio…más bien hostil y peligroso. La gente pasaba sin verse…y si lo hacía, hurañas y desconfiadas encontraba esas miradas. Se sentía andando entre desconocidos. Aún a las puertas de la que fue siempre su casa ahora percibía que la inquietud lo rodeaba constantemente; no era ella tan sólo fruto de las malas noticias, de la desesperanza sembrada por las crisis y los propagandistas que usualmente les son funcionales. No. Aquello era algo mucho más palpable y espeso. Se filtraba por sus poros, se mezclaba con el humo que tragaba en cada inspiración, se hacía presente en cada sirena que quebraba el silencio de la noche, en cada grito que no nacía de juegos sino de gestos hirientes… Las rejas aprisionaban ahora los ventanales. Los cerrojos se complementaron con alarmas y candados, la confianza se vio aplastada por las argucias que los infames fueron sembrando en cada esquina. Comprobó que ya no era “uno” con su barrio, con su ciudad…con la que fue su gente. Hoy, a fuerza de sospechar de todo y de todos, cada cual se encerraba en su propio pozo, se sumergía en su propia desilusión, se las ingeniaba para subsistir como podía y pese a todo, en esa maraña de solitarios insolidarios que se olvidaron de “ser”… para contentarse simplemente con “existir”. Conducen este sábado: http://thedailyplanetbloggers.blogspot.com/ |
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sábado, 6 de marzo de 2010
PERDIDOS EN LA GRAN CIUDAD – SÁBADOS LITERARIOS DE MERCEDES
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29 comentarios:
Así era mi pequeña ciudad. Y asi hemos acabado. Lo has descrito muy bien. Un gran contraste ver tu texto sobre esos fundos y esas imágenes tan contemporaneas. ¿Eres una mujer joven a la que le cuentan vivencias pasadas, una mujer ya madura que rememora y narra las suyas pero comunica con un espiritu eternamente joven?
Te felicito.
Un beso de NADA
Siempre nos queda escapar a la aldea.
Las ciudades grandes siempre tienen pequeños oasis donde refugiarse de tanto anonimato.
Te dejo muchos saludos y te deseo un buen fin de semana.
Yo creo que a veces es más fácil existir que ser. Porque ser es doloroso, pero también produce un placer descomunal. Existir es sólo la anestesia, la facilidad. Por eso triunfa este tipo de vida, existir, y las ciudades son perfectas para ello. Aunque ellas no tengan la culpa.
Bonita reflexión amiga del ayer y del hoy de nuestros pueblos, de nuestras calles, de nuesros patios, i de nuestros vecinos. Todo se ha vuelto mas frio, mas peligroso e impersonal. Rige la ley del mas fuerte, seguro: el cambio ha sido para los que lucimos alguna que otra cana, demasiado fuerte i demasiado deprisa.
Saludos cordiales amiga bloguera.
Yo nunca he vivido una epoca como la que describes, siempre he vivido entre las rejas y los cerrojos de mi ciudad, pero al leerlo me hubiese gustado estar allí.
Un beso
Has conseguido de una manera soberbia y poética, reflejar el ayer y el hoy de la forma de vida de la ciudad.Cuanta razón tienes de cómo ha cambiado todo¡
Un abrazo.
Por aquí hay una canción "Santa Marta" que canta el duo Larbonois-Carrero, que descrbe un pueblo chico una vez que llegó "la civilización". Me trajiste a la memoria esa preciosa y nostágica canción..
Bello como hablas de un tiempo que pasó y un mundo que cambió, donde cada uno o mejor, entre todos debemos construir una ciudad un poco más humana. Quizá este LUGAR virtual no es de algún modo ese mundo...? creo que a veces, sí.
Besotes
Es verdad, las cosas no son como antes, la desconfianza prima en cada uno de nosotros, es difícil fiarse de los demás; pero por suerte aun hay excepciones que nos hacen tener esperanza.
Muy sentido tu relato
Un abrazo
Las ciudades crecen y sus ciudadanos en cambio, decrecen.
Yo si he vivido esa época de sacar sillas a la calle y con la fresca, conversar hasta la cena.
Hoy sería imposible, pasan los coches y la televisión tira mucho.
Vivencial relato, que te retrotrae a tiempos diferentes.. ¿mejores?
Abrazos
Ainss, que razón tienes en lo que narras. No imaginas como añoro aquellos tiempos de mi niñez en los que en el barrio todo era de todos y no existían esos miedos que solapan hoy en día las relaciones y las amistades entre propios vecinos. Es una verdadera pena ver esa degrqadación social a los niveles básicos, que son la puerta con puerta y el desconocer la vida de esas gentes con las que nos cruzamos a diario. En fin...
Un abrazoo
Pues yo si me acuerdo de cuando los vecinos salían a sentarse en la puerta, los chicos jugábamos en la calle y las puertas estaban siempre abiertas. No había rejas, no había miedo, no había desconfianza.
Hoy eso ya no existe, hoy somos una ciudad de pobres corazones como dice el amigo Fito.
Hemos retrocedido a la época de las cavernas.
Abrazos vecina! nos vamos al fondo del bus a cantar? Bariló Bariló ... ahjajaja!
Me niego a decir aquello de...."Cualquier tiempo pasado fue mejor"
Pero echo de menos todo eso que describes. ¿Nos aplasta el progreso?
Un abrazo
Para los que hemos vivido esa epoca que tan bien relatas no es extraño que rememoremos esa ciudad perdida. Ahora es diferente, ni mejor ni peor, todo depende del cristal con el que lo mremos.
Excelente Monica.
Un besazo
Neo, nostalgia es lo que he sentido al leer tu texto. Sin duda, no podemos anclarnos en el pasado, pero tampoco hay que perderlo de vista.
Un relato de los que te dejan con la espalda en la pared.
Enhorabuena.
que real¡¡¡¡¡¡¡¡¡este relato es la viva radiografia de nuestros tiempos no pudiste haberlo expresado mejor, pensr que no hace tanto , el barrio era nuestro lugar del mundo,ese en donde queriamos estar pero tiempo despues somos rehenes a veces en nuestro propio lugar¡¡
besazo moni¡¡
"Algo espeso que va entrando por los poros",esa melaza pegagosa que todo lo inunda,poco a poco,imperceptible tal vez a estas nuevas generaciones,y muy palpable a la nuestra que hicimos de visagra.
Estupendo croche el de hoy Neo
cariños
Así era y así se vivía.
Ahora somos prisioneros en nuestras casas, pero no sólo en las grandes ciudades, sino también en los pequeños pueblos.
Abrazos y buen fin de semana.
Ya no sacan sillas a la acera para hablar en verano, los vecinos y vecinas.
Ni se hace el baile del barrio, y cerró la tienda de ultramarinos que hasta fiaba...
Hoy sacan el perro con miedo, cada noche, y como perros se miran extraños, luego con prisas a encerrarse en la casa, absolutamente ignorados en medio de la inmensa y ruidosa nada.
Eso he sentido Neo, y una terrible añoranza, pero no podemos vivir de la nostalgia, en el barrio han construido una paza con columpios, algo "dura" poco árbol, y una biblioteca, y existe un locutorio para los inmigrantes donde estaba el colmado. Habrá que creer en esta ciudad de ahora, pararse a mirarse e intentar hablar o emigrar a...
Un bsito muy cariñoso.
Magnifica esposición sobre la sociedad de hoy día, la deshumanización de las personas, la individualidad exacerbada, presentada además con una belleza literaria que hace que llegue aún más el mensaje y nos haga contagiarnos de esa tristeza que nos transmite la soledad, muy bonito Neo, miles de besosssss.
En cada aroma que sientas en la tierra, en cada amor que rebeles con tu mirada, en cada abrazo que entregues, hay una mujer que demuestra que es mujer mostrando su amor.
En este mes tan especial dedicado a todos LOS MUJERONES de este Planeta.
AVISO IMPORTANTE DE TÈSALO.
ACABO DE RECIBIR UN MENSAJE DE TÈSALO EN EL CUAL ME DICE QUE DESDE AHORA,"LOS JUEVES UN RELATO" PASA A MANOS DE ESTE MARAGATO AMABLE Y AMIGO. ASÍ MISMO ME PIDE QUE LO HAGA PASAR...
GUUUUS, BUEN CONDUCTOR, SEGURO, A ver ¡qué temas inventa para estrujarnos el cerebelo!
!Ave! GUS, y un bsito muuuuy dulce para Tèsalo, el inefable creador de "los jueves" Le esperamos cuando quiera, que se recupere, que descanse, eso antes que todo. Ánimos Tèsalo.
Neo como a cambiado todo en la gran ciudad que hasta las plazas están presas tras rejas y que decir de los pobres monumentos, Y todo para que no se pierdan.
Saludos.
mientras te leia, m0nica, iban surgiend0 ideas en mi cabeza.
s0ledad ha sid0 la utima. antes sugi0 la idea de que en mi puebl0 se salia al fresc0 antañ0, salir al fresc0 era reunirse l0s vecin0s, l0s cuales dejaban las casas abiertas...
antes surgi0...0 p0r entre estas ideas iba surgiend0 0tra...leia un libr0 hace p0c0...venia a decir que en la ciudad el human0 se c0mp0rta c0m0 en la selva, en grup0s, c0nce su territ0ri0, se ubica...inclus0 un grup0 human0 puede ser, p0r ejempl0, simple t0c0n de referencia...
y termin0 de nuev0 c0n la s0ledad:¡ que asquit0 sentirse s0l0 en esa belleza que p0dria ser la ciudad!
la ciudad que se ha id0 deshumanizand0, parad0jicamente, mientras se hinchaba de human0s...
bes0s median0s, m0nica.
Las grandes, monstruosas ciudades, devorándolo todo a su paso, sí, así son, lo has contado a la perfección.
Saludos.
Hola Neo
Que bien has descrito el cambio sufrido en estos años, me ha encantado eso de que la calle ya no era un lugar, solo un sitio.
Perfecto
Un beso de Mar
Mi madre lo cuenta así, de cuando era pequeña. Y más aún mi abuela, cuenta que las llaves se dejaban puestas en las puertas, que en verano todas estaban abiertas para que entrara el fresco, y claro, la gente estaba más en contacto...
Ahora, tristemente, tenemos que vivir, como dice mi abuela, dentro de nuestra propia cárcel!!!
Y así tiene que ser, conforme está la vida!
:(
Un besito
Lala
Me hiciste recordar y me hiciste añorar una ciudad que yo conocí tal como la describes en la primera parte del relato.
Has hecho una fotografía fidedigna de lo que son hoy las calles en la gran ciudad y me temo que en los pueblos también. Es el progreso, todos vamos con prisas y no nos paramos ni con el vecino de enfrente al que deberíamos conocer y tratar como a un hermano y no que a menudo sea un desconocido de años.
Excelente post, Mónica.
Abrazos.
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