Esta semana, para sumarme a la convocatoria que nos deja Campirela para el Encuentro juevero, recurro a re editar un muy viejo texto que escribí en los albores de este blog. Les invito a leer todos los relatos jueveros dando clic aquí.
Carta para mi primer amor:
Supongo que
al recibir estas líneas te llevarás una gran sorpresa. Estoy segura que nunca
lo hubieras esperado. Sobre todo porque no existes (en la realidad) y ese
detalle es algo fundamental a la hora de recibir cartas.
Pero, haciendo
esa salvedad, y luego que lo medites un poco, comprenderás perfectamente por
qué eres hoy el destinatario de esta misiva.
Sabes perfectamente que naciste cuando yo era adolescente, y lo recordarás con claridad porque también lo eras tú. Me llevabas un par de años, nada más. Lo suficiente para que tu madurez impusiera su seguridad y lo necesario como para que la juventud nos igualara. Recordarás que crecimos juntos buscando hallarnos, a la par que nos reafirmábamos en nuestras convicciones.
Te reconocería
inequívocamente por la mirada. Azul, profunda, serena. Entendedora de mis
inseguridades y cómplice perspicaz de mis deseos más profundos.
No harían
falta palabras, porque sólo con la cercanía sabríamos lo que el otro
necesitara.
Almas
gemelas a punto de descubrirse, con la certeza el uno del otro, aunque nunca
nos hubiésemos visto. Pero ese escollo se salvaría en cualquier momento. Era
irrefutable: el destino así lo quería.
La espera
fue interminable y me esforcé por no dejarme tentar por cualquier fulanito de
cuarta que me dijera alguna frase bonita o me obnubilara con su presencia real,
corpórea. Durante años, fui firme y supe tolerar esa cruel demora de la
providencia, que -por desgracia- nunca se hizo presente.
Jamás
llegamos a encontrarnos realmente, pero está de más decir que igual nos amamos,
como se ama sólo una vez, con intensidad, sin mezquindades, con entrega total,
sin dudas, sin reclamos, y es por eso que hoy te escribo, para confirmarte, esta
vez en forma explícita, que fuiste, eres y serás mi primer amor, ese que se lleva
prendido en el corazón para siempre, sin necesidad de realidades, aún después
de la muerte.
18 comentarios:
Qué carta más bonita, ese primer amor, ese que por tiempo siempre se tiene en la memoria.
Aquí con esa diferencia de edad, pero que como digo , cuando el amor llama a nuestra puerta no hay nada que lo impida, entra como un vendaval, a veces se queda otras nos dice adiós. Pero qué lindo es sentirlo, aunque solo sea un segundo . Un besote grande.
No sé si logro transmitirlo, pero en este caso, ese primer amor no fue hacia una persona concreta, sino hacia la idealización de ese ser que se sueña y en definitiva, nunca se conoció más que en el mundo de la fantasía. Me alegra haber podido aportar a tan amorosa convocatoria. Un abrazo, campi. Gracias por conducirnos
Un amor tan querido como propio, un sueño que vivía en tu razón, un idilio donde solo uno estaba y el otro mantenía la fe en el amor mas que hipotético, un amor tan real como las ilusiones. Una carta hermosa llena de recuerdos. Abrazos
Una carta preciosa Mónica. El primer amor deja una huella imborrable en los corazones. Siempre me ha parecido algo asombroso, que el primer amor aunque no llegue a buen puerto, dejé esa huella.
Me encantó.
Un abrazo
Qué original escribirle una carta a tu primer amor idealizado y no recurrir al típico actor de cine.
Un abrazo.
Una hermosa carta de amor a ese amor ideal, al que muchas le hemos escrito en la adolescencia, ese amor soñado y mil veces imaginado aunque solo fuese una fantasía, me transportaste a mis épocas adolescentes sin dudas.
Un abrazo, me encantó.
PATRICIA F.
Así era, Ester, con toda mi esperanza y deseo. Gracias por leer. Besos
Es la inocencia, Nuria, uno se estrena con ese deseo. Un abrazo y muchas gracias por leer.
Nunca soñé con actores ni músicos ni famosos. Mi idealización siempre fue más allá. Gracias por pasar y leer, Antonio. Un abrazo
Celebro haberlo logrado, Patricia. Un abrazo y muchas gracias
El amor siempre es el instante.
Buen día, Neo.
En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, decía Campoamor.
Por si quieres echar vistazo por aquí, saludo largo.
Lo bueno de los amores imaginarios es que son una idea, un concepto y, como tales, nunca nos decepcionan, ¿verdad?
Exacto! Gracias por tu visita Beauseant. Un abrazo
Voy
O una vida. Un abrazo Fackel.
Una carta dirigida a un primer amor que nunca apareció por ser un amor ideal. Una carta dirigida a un sueño, un sentimiento y un ideal propios.
Un bonito texto y un desarrollo interesante.
Un saludo.
Muchas gracias Necco. Un abrazo
Publicar un comentario