Me sumo a la propuesta de Myriam con una historia bastante loca pero demostrativa de lo complicada que a veces se hace la convivencia dentro de un consorcio de vecinos. Pasar por aqui para leer todos los textos participantes.
CONDOMINIO
Hasta antes de aquella álgida
reunión de consorcio, la vida en el condominio De la Merced venía siendo
armoniosa y agradable.
Desde sus inicios, aquella
variopinta tropa de personas coincidió en su legítima aspiración de adquirir la
casa propia transitando sin mayores conflictos el largo proceso de adjudicación
y posesión de sus respectivas unidades.
Debatiendo civilizadamente en
asambleas, los entusiastas propietarios organizaran su convivencia vecinal sin
mayores traumas, hasta que imprevistamente surgió una irreconciliable fractura
entre ella - ocupante del quinto- y el resto de los consorcistas.
El tema por el que habían sido
convocados resultaba ser el paisajismo del ingreso, hasta ese momento totalmente
postergado. Luego de considerar diversas propuestas acordaron ubicar una fuente
decorativa en el sitio más visible de la entrada, para cuyo diseño se planteó
evaluar dos opciones bien diferentes: un minimalista dispositivo de chorros de
agua vertiendo hacia una discreta pileta rectangular ubicada contra la
medianera y otra –a la que ella se opuso terminantemente- compuesta por un
montón de piedras desordenadas arrumbadas sin ton ni son en un rincón, con la
desatinada pretensión de simular una “cascada natural en medio de la selva”.
Pese a su fervorosa defensa del
proyecto más discreto, llegado el momento de contar los votos, la propuesta de
la cascada ganó por amplio margen. Para su desgracia y -paradójicamente- el regocijo
de la mayoría de los consorcistas, el absurdo esperpento de piedras y ramajes
pronto se concretó en el jardín del ingreso, acentuándose su exuberancia con un
inverosímil juego de luces a modo de árbol navideño.
La tortura cotidiana de tener que
contemplar aquella monstruosidad cada vez que salía o entraba de su casa iba
taladrando su ejercitada cordialidad irritándola en forma indisimulable.
Pero una tarde de otoño en la que
la selva caprichosa de la cascada había disminuido su follaje, descubrió otro
horroroso detalle desapercibido hasta ese momento: un cuarteto de faunos de cemento
provisto de sendos instrumentos musicales cuidadosamente dispuesto entre el
cursi arreglo paisajístico de la fuente. Fue ese el momento en que su inestable
equilibrio emocional definitivamente colapsó. Al tiempo que piedras, ramas y faunos
iban siendo arrojados por la desaforada mujer sin un destino determinado, un
grito agudo –como llamada de guerra- nació de su garganta y cruzó los aires
haciendo que todos los ocupantes de los departamentos del frente se asomaran a
sus balcones sorprendidos y alarmados.
Esa misma noche luego que la
vecina del quinto fuera internada en una clínica psiquiátrica, mientras se desmontaban
los restos de plantas, cables, cañerías y trozos de rocas desperdigados, el
consorcio decidió convocar a una reunión de emergencia. El temario contemplaba replantear
el arreglo paisajístico de la entrada, esta vez exigiendo que se instalara uno que
requiriera mucho menos mantenimiento.
22 comentarios:
jajajajjajajaja ¡Excelente, excelente! realista y desopilante con un ritmo trepidante y mucho humor. Mil gracias, Mónica, por haberte sumado a mi convocatoria.
Me alegra que te divirtiera Myriam! No fue sencillo, pero después de mucho, algo salió 🤭🤪. Un abrazo
Hoy tu entrada esta repleta de sorpresas por esos vecinos que se empeñaron en hacer esa cascada que consto el ingreso de esa vecina, pobre mujer Ha sido interesante seguir la historia espero que esta nueva reunión se lo piensen un poco ms jajaja. Un besazo Neo.
Pues vecinos como esos me gustaría para algunos tiquis miquis que conozco, y me has hecho sonreír. Abrazos
Esperemos que así sea Campi. Muchas gracias. Un abrazo
Me alegra Ester. Siempre viene bien una sonrisa. Un abrazo y muchas gracias por leer
La señora fue muy práctica, desde luego, acabó pronto! Jajaja
Muy amenos, como siempre.
Besos.
Muy bueno. Era feo de narices, pero para volverse loca...igual no :-) O sí.
Un abrazo
A veces las provocaciones logran sacarnos de quicio y nos olvidamos de la sana convivencia jeje. Gracias por leer, Noelia. Un abrazo
Coincidir en el gusto entre tanta gente es bien difícil... Y si gana la mayoría ... Un abrazo y muchas gracias, Albada
Jajajaj no sabes como comprendo a tu protagonista, yo conozco un caso que han montado una selva, con árboles y todo, pero no se llevaron a quien parió la idea al loquero.
Habrá que esperar.
Me ha gustsdo mucho el progreso del hartazgo de la del quinto. Lo de que uno defiends a capa y espada una opcion, y nadie le lleve la contra de forma muy ostentosa, y que cuando se vota, la mayoroa vote a la otra opcion, que no tenia apasionsdos defensores, sguro que la debió poner en un punto de psrtida, muy cercano al desquicio.
Luego solo hsbia que esperar.
Muy bien detallado.
Besosss monica
Jajaja seguro que si! En este tema del mal gusto y las excentricidades no hay límites! Muchas gracias Tracy por tu compañía y buen humor
En cuanto a gustos, no hay nada escrito, bien dicen. Y si te toca ser minoría en un grupo de excéntricos, no queda otra que adaptarse ... O mudarse, jaja. Muchas gracias por leer con atención Gabiliante. Un abrazo
Es que me la imagino y debía de ser horrenda, yo también me hubiera desequilibrado... Muy buen relato, besos.
Veo que casi todas las participaciones en la convocatoria han optado por tirar de humor. Visto lo visto en esas reuniones casi es lo mejor...
Jeje así me la imaginé también. Muchas gracias por leer, Moli. Un beso
Así es. Coincido. Un abrazo y muchas gracias por leer
Parece que los faunos no gustaron. Y menos a la desbordada vecina. Y eso que han estado en obras de artes, junto con ninfas. ¿Tenían mucha cara libidinosa?
Cumpliste muy bien con el tema.
Un abrazo.
Jaja creo que eran bien feos, Demi, más allá de lo libidinoso de sus caras! Muchas gracias por leer. Un abrazo
La estética de las masas, qué locura, desde luego que la fuentecita es mas que cutre pero esa mujer tenía que estar mas que mal para violentarse y perder los nervios de esa manera. Muy aguda la distancia irónica desde la que lo cuentas.
Besos.
Te agradezco mucho por leer y comentar, Esther. Un fuerte abrazo
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