Este es mi aporte para la convocatoria juevera de esta semana. Dar clic aquí para leer todos los relatos participantes del encuentro.
DE PERDONES Y VENGANZAS
Dejándome llevar por los laberintos
de mi conciencia, me encuentro sin querer y sin negarlo, frente al abismo de
mis pesares y mis conflictos.
Con muchos más años a cuestas de
los que me quedan por delante, mirando hacia atrás, logro discernir la razón
principal de lo que me ha arrastrado hasta este pozo de soledad, intentando sobrevivir
en este mundo incierto de grises y de sombras. No he sido feliz. Cualquiera
puede conjeturarlo sin temor a equivocarse. Pero lo que no se ve -porque lo he
llevado hondo, escondido entre mis silencios y mis hosquedades- es el origen de
esta descarnada infelicidad que me ha inhabilitado a sentir más allá de mis propias
miserias acumuladas. Y esa infelicidad tiene origen en un dolor profundo y
antiguo, no apaciguado por el paso del tiempo.
Cuando el dolor se hace costra,
uno intenta aislarse del mundo impidiendo que la realidad siga atormentando y
poco a poco nos volvemos roca. Insensible piedra con la que identificamos
nuestra falta de interés en el otro, ese que vemos y sentimos lejos sin que definamos
la razón que nos separa. Por ello, intentando protegerme, he terminado por
transformarme en la armadura que me fui construyendo para evitar que destrocen
lo que de mí queda en pie y el eco de lo sufrido pasó a ser la razón de mi
existencia.
Me he concentrado en no olvidar,
hundiéndome en el resentimiento que llevo sobre mis hombros. Hoy, evaluando lo
cosechado más allá de mis canas y mis arrugas, compruebo que sólo el odio me ha
venido sosteniendo ansiando una venganza. Haciendo balance de mi vida, tanto en
el haber como en el debe casi nada encuentro: ni logros concretados ni sueños por
alcanzar. Sólo hallo largas cuentas por saldar, escritas con la sangre de mi
dolor nunca sanado. Y es que no puede disolverse el dolor si una y otra vez reabrimos
las viejas heridas.
Ahora lo sé. Declaro fracasada mi
estrategia. Por haber forzado a que sigan sangrantes mis llagas, le he dado poder al dolor. Y eso ha sido nefasto:
se ha adueñado de mí transformándose en mi propia condena. Llego por fin a la conclusión
que he equivocado totalmente el camino: no resulta ser la venganza ni
reparación ni alivio. La sanación está en la otorgación del perdón. Y eso
incluye tanto a mi enemigo como a mí mismo.
Es por eso que hoy decido
comenzar a olvidar, determinando el fin de mis rencores y mis angustias. Al fin
de cuentas, frente a la maldad, no hay mayor venganza -ni mayor perdón- que la construcción
del olvido.
44 comentarios:
Un relato duro, pero que seguramente algunas personas lo han vivido.Cuando uno se empeña en ese rencor y venganza la vida se vuelve hostil y amargada. Menos mal que al final antes del fin de sus días hace repaso y se da cuenta que con ese odio no llegó a nada es hora pues de cambiar y olvidar, para su propia tranquilidad.
Un abrazo Mónica y buen resto de semana.
Me alegra que haya podido transmitir la idea, Campi. Muchas gracias y buen fin de semana para vos también
Qué bonito y duro a un tiempo, se percibe cómo el rencor solo hace daño a quien lo siente y que bella frase, al final, la de construir el olvido.
Un abrazo.
Muy bueno. Sin perdonar, la costra del tiempo, que nombras, nos vuelve piedra, nos deja inválidos e infelices.
Por perdonar, porque libera. Un abrazo
A muchos les va a doler reconocerse en tu relato, olvidar no siempre es posible pero no se debe albergar el deseo de venganza que va minando nuestros sentimientos. Abrazucos
Darse cuenta de una estrategia fracasada es el primer paso para una toma de conciencia y rectificación de un camino, tal como lo vive tu personaje. Tienes mucha razón, los duelos hay que atravesarlos para poder dejarlos atrás cobtinusr abriendo heridas no es sanador. Sin embargo, el rencor es corrosivo para el alma y generalmente va unido a otros sentimientos tan nefastos como la envidia y el odio pudiendo incluso haberse generado por causas injustificadas y creencias erróneas de afrentas inexistentes. Así lo veo yo. Has elegido un tema para este jueves que nos lleva a reflexionar, gracias por ello y por anfitrionarnos. Besos, Monica.
*continuar
Me ha hecho reflexionar mucho tú relato. Y es difícil discernir cuánto dolor, rabia y sed de venganza, puede uno atesorar en la vida. El perdón es el camino, pero qué cierto es que primero hay que lograr cerrar las heridas internas para emprender ése camino.
Un abrazo.
Muchas gracias por leer y comentar Noelia. Agradezco tu reflexión. Un abrazo
Me alegra que te gustara Albada. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención
Todos instintivamente llevamos a flor de piel o más profundo un deseo primario de revancha. La cuestión está en saber dominarnos y superarlo, si es posible. Un abrazo Ester. Gracias por leer
Celebro que coincidamos Myriam. Un fuerte abrazo y muchas gracias por leer y aportar tus reflexiones
👍
Celebro haber conseguido compartir algún pensamiento reflexivo, Jorge. Muchas gracias por leer con atención. Un fuerte abrazo
Genial, muy bueno tu relato. Un relato que es casi un análisis psicológico de uno mismo y el por qué de su infelicidad. Un relato que muestra penas, amarguras, soledades y heridas abiertas, sangrantes, a causa del rencor, el odio y la ausencia de perdón. Un relato que además muestra la solución en ese diálogo interior,reconocer el error y empezar a sanar heridas, a veces demasiado tarde.
Un abrazo.
Te agradezco por tu pormenorizada interpretación, José Luis. La celebro y agradezco de corazón. Un fuerte abrazo
"... frente a la maldad, no hay mayor venganza -ni mayor perdón- que la construcción del olvido." Me encanta ese final. Claro que el olvido no es tan fácil de conseguir.
Un besazo, Neo, y genial convocatoria la que has anfitrionado
Mónica, que razón tenías anunciando que tu relato y el mío tienen similitudes. A mi me ha gustado tu exposición del protagonista . He sentido un poquito de lástima por ella, por no haber sabido reaccionar a tiempo, o simplemente por dejar acercarse a su lado , alguien que la consolara.
La vida real, está en nosotros mismos. Nadie conoce a nadie, ni nadie sabe del otro nada de nada.
Somos islas, rodeadas de ruidos, que nos provocan una particular sordera.
Gracias por organizar la convocatoria, que por el número de participantes está siendo todo un éxito.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Siempre intento ser contundente con los finales jeje. Me alegra que te gustara Dafne. Y celebro que te sumaras a la convocatoria con entusiasmo. Un abrazo y muchas gracias por participar y leer
Viste? Creo que son evidentes las similitudes aunque con características propias y distintas. No pensé en que el/la protagonista fuera mujer, en todo caso lo imaginé masculino. Pero creo que es lo de menos para este tema de las venganzas y los perdones. Siempre es un placer organizar un encuentro en donde los participantes se suman con entusiasmo. Gracias por ello. Un abrazo P.D me encantó esto "Somos islas, rodeadas de ruidos, que nos provocan una particular sordera."
no es bueno para uno mismo ser juez y fiscal que señala constantemente los errores cometidos, por que siempre nos pondremos del lado acusador. Enfrentarse a los problemas aunque nos cueste y reconocernos en nuestra limitación valorando que somos asi, para bien o para mal. Cuando asimilemos tal cosa no habrá siquiera necesidad del perdón. Un abrazo
Interesante punto de vista Rodolfo. Todo depende de cada uno. Lo malo es cuando desde afuera nos imponen la obligación de vengar o perdonar. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
Dicen que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Yo creo que la indiferencia es un arma muy potente.
Desgarrador testimonio el de tu protagonista. Ha estado todo el tiempo prejuzgándose, juzgándose y anticipándose a ese momento en el que sintió el alma partirse. Lástima que se haya dado cuenta tan tarde pero, como suele decirse, nunca es tarde si la dicha es buena.
Un beso enorme, Moni.
Cuídate.
Al menos tomó conciencia cuando aún tenía posibilidad de experimentar una forma distinta de vivir y de considerar el drama vivido.te agradezco Mag por leer y comentar en forma reflexiva. Un abrazo
Un texto que explica magistralmente que el alimentar la venganza, poniendo trabas al perdón, sólo conduce a un desgaste terrible en la persona que tiene estos sentimientos que a veces crecen con las vivencias a lo largo de la vida, incluso la traspasan.
Me alegra que coincida da me os Tracy. Un abrazo y muchas gracias
Uf qué fuerte y serían tantos los que se sentirían identificados... Tantas vidas como tu personaje destruidas por no intentar administrar los estímulos que se van quedando clavados y nos es sencillo para quienes han tenido que vivir a contramano y con una sensibilidad extrema.
Los has llevado con equilibrio, haciendo que aflorara todo lo que le fue carcomiendo, con una sensibilidad exquisita.
Fantástico Monica. Un abrazo enorme.
TRACY HABLA DE LO MISMO... PERO EL TIEMPO ES UNA ILUSIÓN. SÓLO HA PASADO, SIN VOLVER. SI GUARDAR EL ODIO ES LA CAUSA DE MI CONDENA, ¿DE QUÉ SIRVIÓ?.
TENGO MIS RENCORES... MÁS, CONVERTIRLOS EN CONDENA ?
SIEMPRE ES TIEMPO DE PERDONAR, PERO MÁS SE LLEVÓ EL ODIO. HOY QUISIERA QUE MIS CANOS CABELLOS VOLVIERAN A TOMAR COLOR, PERO EL TIEMPO ES UNA ILUSIÓN.
NI PERDÓN , NI OLVIDO... 30 AÑOS PERDIDOS.
Que bonito tu escrito
Fijate que no guardo nada de alguien que me lastimó.
No quiero ni siquiera la servilleta de papel que me escribió. Entiendo lo tuyo
Lo mio lo corto no le doy alas al cerebro para machucarme
saludos desde Miami
Muy amable Luz. Me alegra que te gustara. Un abrazo y muchas gracias por tu entusiasmo
Muchas gracias Gustab por leer y compartir tus reflexiones. UN ABRAZO CON MAYÚSCULAS ☺️😄
Cada quien encuentra la forma de expiar sus dolores y culpas como puede. Lo importante es no castigarse. Muchas gracias por pasar y leer☺️
Me gusta la reflexión tan profunda que haces cuántas personas nos hemos sentido identificadas con tus palabras heridas cuando el dolor te hace aislarte del mundo y las heridas del alma sangran y el dolor se llega a hacer costra. Me encanta cómo lo has narrado. Te felicito por ello. Y por haber sido la anfitriona esta semana.
Muchos besos.
Como siempre, un deleite. Un relato introspectivo, analítico, profundo... Y muy buena conclusión final. Es que el perdón (olvido real) es lo único que cura.
Un fuerte abrazo :)
El rencor y el afán de venganza (muchas veces, solo imaginada, sin ninguna posibilidad de llevarse a cabo), son como la envidis; en el pecado llevan la penitencia.
Sigo pensando que ese cambio no es tan fácil como tomar una decisión y ya está. Seria como desenamorsrse, por el simple hecho de decidirlo. Me incino por el olvido y apartar físicamente de tu vida la causa. El olvido llegará pronto.
Estoy un poco molesto contigo, porque me estás dejando solo, en lo de pasarse de las 350, pero en cuanto termine este comentario, voy a olvidarme😜
Besosss
Valoro mucho tus palabras, María. Celebro que te haya gustado el texto. Muchas gracias por participar con entusiasmo. Un abrazo
Muchísimas gracias Volarela. Me alegra que hayas reaparecido en nuestros jueves. Un fuerte abrazo
Jaja cierto Gabiliante! Lo de las 350 palabras me resulta muy difícil de cumplir y prefiero no cercenar un texto que nace sin atarse a los límites. Celebro que te olvides de ello jaja. Un fuerte abrazo y muchas gracias por cada palabra de tu comentario. Feliz fin de semana!
Aunque tarde ha sabido rectificar, por lo menos lo que le quede por vivir ya lo hará en paz. Muy buen relato y que lleva a reflexionar, besos.
Me alegra que te gustara Moli. Muchas gracias por leer con atención. Beso grande y buen finde
El olvido es un remedio natural contra el dolor mucho más sano que la venganza. llevas razón.
Un placer leerte
Beso
Muy amable Charly. Me alegra que te gustara el relato. Un abrazo y muchas gracias
Un relato maravillo y que seguro muchas personas han vivido, no es bueno vivir llenos de rencor. Un auténtico placer leerte.
Un besazo Monica.
Muy generoso de tu parte, Dakota. Muchísimas gracias por cada palabra. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención
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