Esta semana Inma nos invita a narrar historias de frio y nieve. Alejada se esa realidad por obvias razones geográficas, me lanzo a compartir la siguiente historia. Para leer todos los aportes jueveros, dar clic aquí.
HISTORIAS DE NIEVE
Después de cientos de intentos, a
fuerza de persistir, lo logra: imagina un campo extenso sin límites apreciables
más allá del fondo blanco en donde se funden al unísono suelo y cielo, nieve y
nubles, paisaje inconfundible de los inviernos níveos de la que fue su infancia:
El viento helado que surca la
montaña, le clava sus agujas de escarcha en la poca piel que asoma entre el
grueso gorro de piel y la bufanda que le tejió su madre para la reciente
navidad. La lleva con orgullo, flamante estandarte de amor maternal entretejido
con lanas rojas que cortan sin esfuerzo el blanco infinito de la nieve que lo
cubre todo. El frio que penetra en sus pulmones tarda en ser calentado por la
tibieza de su entusiasmo travieso mientras se desliza ladera abajo sobre su
trineo de madera y tientos. Se siente inmortal desplazándose ligero sobre el
níveo manto de cumbres conocidas. Infinitamente libre. Sin peso ni ataduras.
Deslizándose en levedad sin más preocupación que la de no tropezar con alguna
roca que sobresalga en su improvisada pista de juegos. Después de un rato,
cuando en sus mejillas plenas siente otra vez bullir la sangre agitada, arma con
arte un muñeco de nieve. Lo viste con su gorro y su bufanda y le cuenta
historias al oído. Junto a él, exultante de frio placer, se tiende de espaldas
sobre la blanda nieve y con cuidados movimientos, agita en vaivén horizontal sus
brazos y piernas dibujando una silueta de ángel que llega a sentir como su
gemelo: una especie de doble que queda estampado en bajorrelieve, desplegando
alas que ahora lo elevan como ave que vuela.
Vuelto de repente a su asfixiante
y caldeada realidad, retorna bruscamente de su fresco viaje imaginario. Regresa
feliz, leve su alma, despegada de su eterna y agobiante queja. Al ver aquella
expresión incomprensible, el despiadado carcelero le cruza el rostro con un
fuerte golpe que ahora lo desmaya. Sumergido entre orines y sudores, encerrado
tras los muros de aquel infierno maloliente en que yace olvidado por amigos y
enemigos, se anima a bosquejar otra sonrisa justo antes de regresar –esta vez definitivamente-
hacia aquel paraíso de nieves en el que su alma aguarda ser otra vez liberada.
28 comentarios:
Que final tan cruel, encerrado tras esas rejas y lo peor la humillación del carcelero. Menos mal que su mente de vez en cuando le transporta hacia ese paraíso donde puede ser libre de nuevo. Un abrazo Neo así vi tu texto .
La muerte, esa liberadora en tan excitante relato.
Saludos.
Muchas gracias Campi por tu visita e interpretación. Un fuerte abrazo, caluroso x aquí 😉
Te agradezco Pitt. Valoro mucho tu comentario. Un abrazo
La mente es lo único que puede permanecer libre, que no lo sujeta ninguna reja. Escribes muy bien no importa el tema al final siempre me sorprendes. Un abrazuco
Te agradezco por tus palabras Ester. Me halagan y estimulan. Un fuerte abrazo y gracias x pasar y leer
Te he encontrado muy cómoda con este tema, aunque con todos te pasa igual, quizás sea que yo me ha sentido más integrada en él al leerte.
Me ha gustado la forma de abordar la temática juevera de hoy.
Un fuerte abrazo.
Intento siempre enfocar los temas desde una óptica poco esperable, Tracy, a veces lo logró. Otras, apenas queda en el intento jeje. Muchas gracias por pasar y leer con atención. Besos
Hola, Neo, te dejo por aquí un comentario porque no tengo forma de comunicarme contigo. Tb te he escrito un correo...?
Hola Mar! Me alegra tenerte x acá. En cuanto pueda veo el correo 😊
cuando ya no tenemos nada , nadie nos puede quitar nuestros recuerdos, evadirse de un presente sin futuro regresando al pasado.
Un abrazo
Cuando la libertad falta, solo la mente puede hacernos libres.
Bello y crudo relato.
Besos.
Es una estrategia para sobrevivir. Gracias Rodolfo. Un Abrazo
Me alegra que te gustara. Muchas gracias Juan. Que tengas un buen día 😁
Una buena forma de liberarse de tan duro destino, la nieve y la infancia claves de libertad y finalmente el regreso real escapando de la inmundicia del mundo. Duro pero muy bello. Besos.
Muchas gracias Moli. Fue un placer poder sumarme en tu propuesta. Un abrazo
Bellísimo. Hasta quiere escapárseme una lágrima.... Y lo ha logrado.
Es estremecedor. Has plasmado, sin escatimar detalles, la hondura que es paraíso para el que está en el infierno. La pura libertad; su cielo y su verdadera esencia angélica.
Me han encantado las imágenes literarias que has usado para envolvernos (hechizarnos) en tu relato.
Un abrazo con vuelos de libertad :)
Agradezco emocionada la profundidad de tu comentario Volarela. Muchísimas gracias.
Un texto magnífico. El poder de la mente, la imaginación,
nos libera de las peores ataduras.
También yo estoy feliz de regresar, estaba extrañando...
Espero que te encuentres muy bien. Beso grande.
Coincidimos, Myeiam...la mente puede ser cárcel como también llave para salir de ella. Por suerte estamos bien, esquivando el bicho
=)
Besos
Pues coincido, es la mente la que nos juega al escondite. Demasiadas veces.
Un precioso post. Un abrazo
Muchas gracias Albada. Un abrazo
Que bien te ha quedado este reto Moni.
La nieve no me parece algo fácil, pero lo cierto como a tu personaje, la imaginación, la mente lo puede todo, ese mundo tan propio que nadie puede entrar a ponerle esposas, y hasta los golpe resiste.
Un abrazo :)
Te agradezco Cecy. Mi intención fue mostrar que la mente puede llegar a ser el escape para los infiernos que nos construimos o a los que nos someten. Un beso
Hola, Mónica.
La convocatoria está anunciada aquí (tengo dos blogs):
https://www.arteypoe.maitevolarela.com/
Te espero!
Un beso ;)
Ahhh... ahora si! Gracias por el aviso 😁
Me ha recordado a una frase de esas que son de tatuar en la mente. Nada nos puede poner barreras a la mente. Ahí somos libres, también prisioneros porque es muy traidora, pero tú has plasmado ese lado positivo, ese la donde podemos ser esa pluma que acaricia el alma.
Felicidades, una vez más, por tu relato, Moni.
Un beso enorme.
Muy amable de tu parte Mag! Me alegra y estimula tu comentario. Un fuerte abrazo
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