-Lamento que no lo puedas ver- le dijo él con infinita
ternura.
Ella, con los ojos abiertos e inmensos perdidos hacia un
horizonte que nunca sus ojos ciegos podrían abarcar, le respondió con igual
sentimiento:
-Pero tú si podrías sentirlo como yo logro apreciarlo ahora,
si agudizas tus sentidos… Primero cierra los ojos, abre el portal de tu más
íntima sensibilidad y escucha atento…déjate llevar por el crujir casi
imperceptible de la hojarasca sobre el sendero…el murmullo amigo del viento
otoñal que nos despierta cada mañana…su particular silbido al filtrarse entre
el doble vidrio de la ventana del cuarto…la respiración tibia del cachorro
aguardando por nuestra primera caricia…la lluvia a lo lejos esperando caer cuando
lo demande la ventisca… la fuente en el jardín, cantando más nostálgica que de
costumbre-
-¡Es cierto!- dijo él admirado -ahora que lo intento consigo
escuchar en más detalle lo que antes me pasaba casi desapercibido-
-Son tenues las voces ocultas del otoño-
-Tan tenues como el rumor del mar, como el sonido de tu
respiración, como tus latidos…como todo lo verdaderamente importante…-
Y mientras afuera el otoño llegaba en su plenitud enmarcando su paso con una espesa alfombra de hojas doradas, dentro de aquel
cuarto, las promesas de amor eterno otra vez se renovaban.
Más sonidos de la primavera y el otoño, en lo de Juliano el Apóstata.
22 comentarios:
Tu otoño nos trae un amor verdadero y profundo al que has narrado con una hermosa dosis de ternura.
Precioso!!!
Cariños...
Sobre todo porque él logró adentrarse en los sentidos que ella había desarrollado de forma fascinante...
Muy tierno, compañera. Bravo.
Un abrazo y tu cafelito para hoy.
Un otoño lleno no solo de sonidos, lleno de amor y sentimientos. Una maravilla poder leerlo. Un abrazo
Una bella entrada. Es un placer leerte.
.
Si cierras los ojos, es verdad que se agudizan los otros sentidos, y ahí te llegan sonidos que antes ni les has prestado atención. Como tú dices todo vuelve a renacer.
Muy bonito
Un abrazo
Es tan bello tu relato, que parece que has perdido la vista y has puesto en centinela a los demás sentidos.
A veces nos conformamos con tan poco, que dejamos huérfanos de sensaciones a nuestra piel y nuestro oído.
Me encantó.
Un abrazo.
...los sonidos ocultos del otoño.Me parece u na expresión sublime, tanto como el amor que emana el relato.
besos
Qué excelente forma de definir el otoño...
Creo que estaba más pendiente de ella que de los sonidos del otoño.
O tal vez estaba pendiente por ella de los sonidos del otoño.
Y está bien que sea así.
Delicioso. El sonido del amor repicando las campanas en el interior, donde la vista se torna inoperante.
Un beso
Otoño y amor. Bonita mezcla.
Un beso.
Nada como cerrar los ojos y SENTIR.
Besos
Has puesto toda la sensibilidad de manera tan delicada y sutil que da gusto sentarse junto a tus protagonistas a escuchar los sonidos de nuestro otoño, amoroso.
:)
Las sensaciones más profundas se sienten mejor con los ojos cerrados, incluso las que implican cosas de la naturaleza, y si se acompañan con promesas de amor, como en tu relato, mucho mejor.
Un beso.
Aunque no es de las estaciones que más me gusta, he podido escucharlo e incluso mirarlo con otros ojos.
Cuánta calidez en ese otoño a puro sentido... Un texto bellísimo, toda una invitación a cerrar los ojos y compenetrarse en los sonidos, en los movimientos que se perciben sutilmente. Solo es cuestión de dejarse llevar, más si se tiene alguien con tanta sensibilidad que nos guíe.
Besos!
Gaby*
Me ha encantado Neo, tu Otoño nos trae Primaveras que acarician los sentidos. Muy bien escrito. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
Un intercambio de sensaciones, a veces privarnos de uno de los sentidos ayuda a que los otros se agudicen y podamos concentrarnos en otras cosas. Todos esos sonidos se hicieron perceptibles ante la sensibilidad de él. Me gustó como de ese otoño casi nace una primavera entre los dos.
Un beso!
Un Otoño sensitivo, donde desde el amor compartido, los sonidos son más reales, más próximos. Muy intencionado y bello.
Besos
Tu otoño, íntimo y lánguido, deja aflorar el amor...
y cuando ella me hable -escribió Salinas- de un cielo oscuro, de un paisaje blanco, recordaré estrellas que no vi, que ella miraba, y nieve que nevaba allá en su cielo.
Veo que hemos coincidido en la percepción de una persona ciega de los sonidos del otoño, sin duda los perciben más intensos que los que podemos ver.
Me ha encantado!
Un beso
La vista es un sentido tan poderoso que de alguna forma su posesión hace que los demás sentidos pierdan algo de agudeza. Preciosa entrada que nos hace sentir los sonidos del otoño desde la ceguera de su belleza.
Un abrazo.
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