jueves, 28 de mayo de 2015

ESTE JUEVES -YA VIERNES- UN RELATO: Hablemos del destino

Aunque tarde, no quise dejar de participar en la convocatoria que nos propone esta semana Pepe.




DESTINO

Eso
que llamamos destino
es
muchas veces
la excusa perfecta
para entregarnos
simplemente
a la queja
y al conformismo,
a la actitud pasiva
del que se resigna
del que no busca
del que acata todo
sin replantearse
nada en sus días.
La vida no es eso.
Es, en cambio
el camino
que se nos presenta
esperando
ser mejorado
mientras se le recorre.
Es el juego
de interrogantes
que se entretiene
en hacernos
mas interesante
la travesía.
Es
el regalo sorpresa
que nos aguarda
quizás al doblar
en la esquina.
Es el amor inesperado.
La vuelta de tuerca.
El espejo con truco.
La posibilidad
cierta
de arribar a un final
sin tenerlo
antes escrito.

martes, 26 de mayo de 2015

CONTANDO LAS SEMANAS - Palabra 22 de 53: Caricia

Esta semana, la querida Sindel nos propone inspirarnos en la palabra CARICIA para ambientar nuestros textos. Con algo de demora, dejo el mío.





Una caricia del pasado le llegó al verle. No fue un cimbronazo, ni un impacto con estrépito… tampoco fue un fuego o el ardor de un beso apasionado, no. Fue una caricia. Leve, antigua, pura, sutil murmullo alado de otro tiempo. Una caricia que llega sin ser buscada, sin aviso y de repente, cuando menos uno lo espera. Llega y hace su trabajo: emociona, conmueve, trastoca el presente haciéndolo fugar, por unos instantes, hacia otros tardes, tan cotidianas y frágiles como las de ese hoy que su madurez transita sin altibajos, sin angustias gruesas ni errores acumulados llevados a cuestas. Sin demasiadas quejas ni muchas ansiedades, con bastantes sueños cumplidos y otros tantos con la esperanza de poder ser alcanzados en un mañana probable.

Una caricia… ligero roce impensado, rastro inevitable de aquella juventud ida que alguna vez construyeron de a dos con mucha enjundia, con ansiosas chispas surgiendo entre sus miradas y aquella novel atracción estremeciendo sus cuerpos recién descubiertos.

Luego de esa imperceptible incomodidad que cada cual buscó que el otro no notara, vinieron las palabras de rigor… que ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo! ¿Qué fue de tu vida? ¿Te casaste? Tengo dos chicas. Yo una sola. ¿Vivís por acá? ¡Ahora somos del mismo barrio!... y así, hasta completar el sugestivo interrogatorio que sirvió para acortar las distancias que remarca el calendario y las canas no asumidas. La llegada del colectivo ofreció la excusa que ya buscaban, por las dudas otras opciones más comprometidas se les pasaran por la mente.

Al fin el mundo siguió andando y cada cual volvió a su habitual rincón, sin más pena ni gloria de las que ya tenían. Encuentro fugaz que no tuvo mayores consecuencias. Sólo la dulce levedad de esa caricia reencontrada que con tanto poder llegó para instalárseles otra vez en el corazón. Caricia que –muy de vez en vez- cuando el silencio los cobija como cómplice, con inocente picardía los invita a recordar. 


Más caricias, en lo de Sindel

jueves, 21 de mayo de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO: Cómo somos de solidarios los humanos


¿Es la solidaridad un instinto primario o una virtud adquirida, bendecida por religiones y costumbres?

¿Existe en realidad una inclinación natural y subyacente que nos hace, como especie, reaccionar en forma solidaria ante la necesidad del otro?

¿Nacemos con ese impulso latente que nos hace reaccionar y se manifiesta cuando vemos al prójimo en momentos de dolor o necesidad extrema? ¿Es real y sostenido o se trata solo de un reflejo condicionado ante el llamado puntual y solidario que se lanza en forma grandilocuente?

¿Es espontánea e inherente esa empatía? ¿Se incrementa ejercitándola y por el contrario, se atrofia por falta de uso?

Ya sea natural e intrínseca o impuesta por credos y costumbres, lo cierto es que mientras no tengamos a la solidaridad como premisa de nuestra acción social, no lograremos construir naciones donde la equidad y la justicia sean los elementos directrices que marquen nuestro rumbo.

Mientras no aprendamos a ponernos en la situación del otro, mientras miremos para otro lado cuando se nos presente algo que lastime, en lugar de pensar cómo intentar solucionarlo, mientras despreciemos a los que llegan por el solo hecho de ser foráneos, nunca cimentaremos sociedades justas y estables, autosuficientes y armoniosas. Porque a la larga, las carencias de los que son marginados terminarán también afectando de una u otra manera el bienestar y la tranquilidad del resto.

La organicidad de nuestras sociedades nos hace funcionar como una verdadera red donde todos nuestros intereses están relacionados, donde lo que nos afecta a algunos, seguramente luego afectará la estabilidad de los otros. Es así de integral la estructura de nuestras sociedades. Es así de fundamental la necesidad de entender que nadie es capaz de vivir solo ni independiente en medio de un mundo poblado de “otros”. Otros con iguales afanes y debilidades, tan dependientes y necesitados, tan valiosos e irrepetibles como lo somos también nosotros.


Más textos sobre la Solidaridad, en lo de Carmen Andújar

miércoles, 20 de mayo de 2015

CONTANDO 53 SEMANAS - 21 de 53

A propuesta de Sindel, esta semana nos inspiramos en la siguiente imagen 


Mi humilde aporte:

EQUILIBRIO DE CONTRASTES

Armonioso juego
de contrastes
en equilibrio.
La infinitud
del universo
se balancea
en perpetuo
movimiento.
Nada se mantiene
inerte o inalterable.
Todo va mutando
aún a ritmo leve
que apenas se nos advierte.
Somos parte de ello
inequívoca
e irremediablemente.
Para bien o para mal
afectamos
con nuestra presencia
tanto lo ínfimo
como lo imponente.

domingo, 17 de mayo de 2015

CINESICA



Gestos.

Sutiles indicios sin trampa o ironía.
Acentos personales con marca identitaria.
Señales refractarias en propias homilías.

Gestos.

Aristas facetadas por íntimas manías.
Improntas reflejadas de vicios y falencias.
Muecas irreflexivas con propia sintonía.

Gestos.

Lenguajes personales con credo e ideología.
Manifiesta afirmación de nuestra perspectiva.
Cinésica y lingüística con propia bizarría.

jueves, 14 de mayo de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO: ENIGMA MUSICAL

Esta semana, nos conduce Demiurgo con una de sus muy originales propuestas. La consigna era armar un texto intercalando nombres de canciones o temas musicales, conduciendo al lector para que intente adivinar de qué intérprete/autor partimos para inspirarnos.
Les dejo mi texto. Sé que para quienes viven de este lado del charco y son más o menos de mi edad, lograrán deducirlo desde el comienzo mismo de la historia.



Mientras rasguña las piedras en la entrada de la estación, el fantasma de Canterville se las ingenia y toma dos blues que acuden inesperadamente a su memoria y entremezclando sus letras y melodías, consigue narrar con maestría las tribulaciones, lamentos y ocaso de un tonto rey imaginario.

Quizás porque el sol tiñe ya de rojo el horizonte a modo de mágico posludio de un día muy particular, todo ante sus ojos parece cobrar un nuevo significado.

Un hada, un cisne, una nube viajera… hasta Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris, quien como siempre deambula solitario y triste por la estación, parece distinto, como expectante, con algo diferente brillándole en la mirada:
Bienvenidos al tren!- parece desearles a los pocos pasajeros que se aprestan a subir a los destartalados vagones –Tan sólo necesito una sonrisa como respuesta. Sólo con ese gesto me harán feliz- parece querer decir con sus ojitos transparentes.

El fantasma lo observa enternecido. Por suerte se ha reencontrado otra vez con la esencia de su ser, ese que se define cuando comenzamos a nacer y que la muerte, mal llegada y concluida, hace borrar de su conciencia la mayor parte de su eternidad fantasmal. Sin pensarlo dos veces decide intervenir con la suerte e inspira a una muchacha para acercársele con gesto amistoso.

Mariel y el capitán, recién desposados, parten hacia un nuevo rumbo, abordando ese último tren con la esperanza de quien se prepara para las pequeñas delicias de la vida conyugal. La joven lleva en sus manos un bello ramo que su esposo le ha obsequiado con mucho amor. 

Al ver al viejo Natalio Ruiz observarla conmovido, decide obsequiarle una de las flores más bonitas. Besa los pétalos suaves y se la ofrece al hombrecito del sombrero gris: - Cada día encierra un nuevo aprendizaje, está en nosotros aprovecharlo al máximo o dejarlo pasar sin permitir cambios en nuestra vida - le dijo - Para lo bueno, nunca es tarde –

Y con esas simples palabras y una pequeña flor, la muchacha logró instalar en el viejo solitario lo que tanto estuvo buscando: una sonrisa… la misma que se replicó en el fantasma, complacido, observándolos desde lo alto, en la torre del reloj.


Sui Géneris (nota: suena de fondo su música en mi blog)

lunes, 11 de mayo de 2015

CONTANDO LAS SEMANAS - 20 de 53

Esta semana, la querida Sindel nos propone la palabra SEMILLA para inspirarnos en un escrito. A modo de aporte a esa convocatoria, transcribo el mío:





SEMILLAS

La semilla de las sospechas
crece como la cizaña.
La de los celos perpetuos
siempre florece en venganza.

La simiente de la inquietud
se nutre de desconfianza.
La de la violencia inaudita
es fruto de la arrogancia.

Semillas que pueden nacer
si el odio las va regando.
Semillas que flores no dan
tan solo rencores e infamias.

miércoles, 6 de mayo de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO: Regalo sorpresa




Esta semana, a propuesta de los chicos del Daily, la convocatoria juevera se realiza en forma de regalo sorpresa. Una propuesta al azar que nos llega de un compañero no revelado. A mí me ha correspondido el tema MEDIANOCHE, y así me han inspirado las musas para desarrollarlo:

Es el punto de la noche en el que las carrozas doradas vuelven a ser calabazas. El momento en el que, desde su cenit, la luna anuncia el fin del hechizo por el que se han cumplido las fantasías de los más románticos. Señala la hora de regresar al hogar, al refugio de la cama tibia desde donde se ansía seguir soñando con lo vivido.

Pero para otros, seres muchos más oscuros y con mala prensa, la noche recién comienza. Es el momento de la libertad, el breve paréntesis entre luces que marca su exigua independencia, su acotada posibilidad de ser y hacer a sus anchas, sin los impedimentos que limitan su naturaleza disonante.

Ellos, seres marginales, cuentan con ese breve periodo en el que el sol ha huido hacia otros horizontes para dejarse llevar, al fin, por sus instintos y se sueltan en vuelo o cabalgata triunfal hacia la espesura de la noche. Se hacen reales en nuestros miedos, se mimetizan con nuestros insomnios.

Salen irredentos, en busca de aquello que se les niega y tanto necesitan: almas puras, sangre joven, mentes inocentes de las que alimentarse. Aventureros inconfesos de todo lo que es prohibido buscan infiltrarse en el subconsciente de los más fantasiosos para arraigarse y guarecerse buscando no sucumbir, no quedar sepultados por la indiferencia, la incredulidad o el olvido.

Al fin de cuentas la irrealidad puede ser un mundo tan contundente como cualquiera de los que reconoce nuestro raciocinio.

lunes, 4 de mayo de 2015

CONTANDO 53 SEMANAS - Convocatoria 19 Brújula



Texto 1

Hay quienes han perdido la brújula
dejándose esclavizar por las agujas
que miden y tiranizan el tiempo…

Hay otros que ignorando el reloj
sin miedos ni euforias se dejan guiar
-libres- por los latidos del viento…


Texto 2

Desorientado en aquel mar de arena buscando una señal en el horizonte hacia dónde dirigirse, sin noción de donde puede hallarse, el accidentado explorador se toma unos minutos antes de elegir un rumbo, una dirección determinada hacia la cual avanzar, ansiando tener la certeza de que fuese esa la correcta, la diferencia vital que existe entre cualquier mínima oportunidad y la muerte.
Arrodillado cae, abatido, hundiendo sus manos vacilantes en la arena caliente. Como regalo de los dioses algo sólido se enreda entre sus dedos: una vieja cadena sujetando un objeto redondo y metálico surge de la nada. Una brújula.  Inesperado obsequio que la suerte le trae quizás como promesa, quizás como burla. Una aguja enhiesta de donde asirse para lanzarse hacia la inmensidad de un horizonte sin alternancias. Al menos la certeza de un punto a seguir a partir de ese momento, aunque no tuviese el pobre la más remota idea de dónde se encontraba.

¿Valdría la pena aferrarse a esa ilusión? ¿Tendría sentido fijar un punto cardinal y seguirlo al fin, a puro instinto? Una voz en su interior, firme, confiada, le dijo que sí… que mientras haya aún aire en los pulmones, mientras haya vida… habrá esperanza.


Más textos sobre Brújulas, en lo de Sindel

sábado, 2 de mayo de 2015

MOVIE . Un cuento

Imagen: gato de la película Inside Llewyn Davis


Ella era una de esos personajes del cine intelectual, estereotipo de fémina que suele hablar con un tono susurrante y lacónico, quedándose sin aliento al culminar una frase y aparentando estar siempre a punto de caerse. Con una copa o un cigarrillo entre las manos y un aire de haber visto lo peor de un mundo oscuro que se deshace a su alrededor, se mueve levemente por alguna habitación en penumbras, mientras algún enamorado secreto la observa extasiado. Con la naturalidad de quien dice “buenos días” de vez en cuando se destapa con una frase filosóficamente profunda despachada con ese hilo de voz seductor que le nace frente a cámara, mientras su mirada lastimera se pierde con nostalgia en algún trozo de cielo incontaminado, que se abre – contradictorio -  en medio de una gran ciudad mugrienta y miserable. Su pasado resulta ser bien negro, su presente por demás de opaco y su futuro, prácticamente inexistente. Su soledad e infelicidad es manifiesta y crece en cada escena.

Él resultaba ser el típico perdedor, ese antihéroe cinematográfico que anda vagando por los suburbios  cargando sobre sus espaldas la frustración de tener un sueño y nunca poder concretarlo y con la añoranza de épocas juveniles en las que aún tenía intacta la vocación de sobrevivir como sea. Con su guitarra a cuestas y unos pocos bártulos que constituyen sus mínimas pertenencias, noche a noche va alternando los sofás de un puñado de amigos que aún toleran sus visitas, borracheras, deudas acumuladas, contratos incumplidos y melodías de blues inundando sus vidas conflictuadas. Intentando escabullirse de un futuro insípido al que teme más que a la muerte, el descolorido músico marginal baraja las últimas cartas entre sus contactos, intentando recibir a cambio de su desgarrada música algunos pocos dólares que le permitan subsistir unos cuantos días más. La falta de proyectos ciertos le oscurece cada vez más la mirada que sostiene – alicaída - por varios segundos frente a cámara, evocando dolorosos recuerdos que no se digna a compartir con el espectador.

El gato era anaranjado, de pelaje largo, atigrado y suave. Con unos ojos increíblemente expresivos e intrigantes que atrapan con su misterio a todo quien lo mira por primera vez. Su mayor talento es detectar a los seres solitarios, esos personajes grises que peregrinan la inhóspita ciudad de la pantalla, perdidos entre una multitud incierta de extras que deambulan sin aparente destino, pero con la inconfesable aspiración de lograr un primer plano y captar aunque sea brevemente la atención del espectador. Al gato casi no se le siente maullar. Quizás esa gran virtud de ser manso y silencioso atrae a los personajes principales que anda solos por esa vida de ficciones, buscando un hueco donde guarecerse, un oído que no se canse de sus quejas y al menos alguna vez cuando la luna asome, tener con quien compartir un intercambio de caricias.

El puente se adivinaba antiguo, monumental y de férrea estructura. Como testigo mudo de viejas épocas de bonanza, cruzaba el rio impertérrito a la vez que dividía en dos la urbe quejumbrosa. Con débiles luces amarillentas salpicando aquí y allá la espesa negritud de la noche lluviosa, se extendía sobre el simulado curso de agua desde una impensada altura que en realidad era sólo apariencia. Los pocos autos que lo transitaban iban cediendo paso a la impávida quietud requerida para preanunciar una eventual escena de suicidio.

La chica de la voz susurrante ahora avanza hacia la parte central del puente caminando con suma lentitud bajo la tormenta que no parece menguar. Sus lágrimas irredentas se funden con las gotas de lluvia que no respetan ni sombrero ni paraguas. Lágrimas y lluvia resultan ser igual de ficticias, pero la fuerza expresiva es buena y la escena logra gran impacto. La cámara se regodea con el brillo de los ojos obtenido con un buen colirio y así, las pupilas claras se destacan en plenitud.

Un leve maullido quiebra el silencio de la noche. Para remarcarlo, la ligera música incidental de la escena se diluye hasta hacerse casi imperceptible. El gato anaranjado entra en escena con paso decidido y veloz, aunque sin correr. Se detiene frente a la chica, la observa escudriñando las necesidades de su alma y le dedica, junto con una de sus insondables miradas, el generoso obsequio de la suavidad de su pelaje acariciando sus piernas. La cara de la chica se ilumina con la sonrisa que a su vez ella le dedica. El impulso de alzarlo y abrazarlo no se hace esperar. El gato responde con la mansedumbre de un felino que ha ansiado ese encuentro. Se deja acariciar y le ronronea.

La lluvia ahora sí parece menguar. Algunas nubes despejan la faz de la luna que brilla sin certezas desde lo alto. De improviso, el gato se libera de los brazos de la chica y con un brinco inesperado se aleja hacia un punto incierto fuera de cuadro. La cámara lo sigue unos metros a la vez que se ocupa de remarcar la desolación que siente la joven al dejar escapar el último hilo que la sostiene a la vida.

Un par de zapatos gastados de hombre ocupan ahora el primer plano, arrastrando entre charcos la que ya resulta ser habitual soledad de músico frustrado. Por segunda vez el gato entra en escena irrumpiendo en el destino de otro desafortunado personaje. Se repite la sorpresa, la seducción, la mutua complicidad de miradas y caricias. La necesidad de compañía hace el resto. El felino se las ingenia para conducirlo, sin prisas pero sin pausa, hacia el puente donde minutos antes dejó aguardando a una potencial suicida. Apresura su paso y también el del solitario músico, que sin saber por qué, se decide a seguirlo.

El cielo de la noche se anima a lucir alguna estrella. La chica de la voz rumorosa se instala otra vez frente al momento crucial de su destino. Parece querer cerciorarse de las definitivas consecuencias de una eventual caída al esquivar aquellas bridas. Algo en su interior le hace dudar de la decisión tomada. Parece aguardar alguna señal que le haga reflexionar sobre la esperanza y la fe que debería sostener el valor de la vida. Mira a su alrededor pero nada altera la soledad de la noche. La existencia parece extinta.

Por fin, en el momento culminante, justo antes de dar el salto crucial, unas manos decididas la toman por los brazos impidiendo que se arroje a las frías aguas turbulentas. El acto suicida se ve interrumpido. Los pies pequeños de la mujer susurrante vuelven a apoyarse sobre el gris del asfalto. Ya no se los ve solos. Otro par de zapatos –otra vez los gastados del músico desterrado- la acompañan ahora. 

Nuevamente el gato anaranjado entra en escena. Ronronea particularmente feliz y conforme con el logro obtenido. Comparte esta vez sus caricias con dos pares de piernas.  Dos pares de piernas que quizás se decidan desde ese momento a disolver sus soledades, fórmula inequívoca para un final abierto que reconforta a los espectadores que de a poco se reubican en sus realidades al tiempo que en la pantalla, fundido a negro, aparece como bordada la palabra Fin.

viernes, 1 de mayo de 2015

SOBRE ESTE JUEVES


Hola juever@s!

Esta semana no llegué a tiempo como para sumarme a la convocatoria, pero sí para leerlos a todos y compartir mi parecer a través de puntuales comentarios sobre este espacio que entre todos vamos construyendo semana a semana.

Entre las características que he visto que todos valoramos, sobresalen la libertad que cada uno encuentra para aportar sin presiones ni exigencias, según su propia inspiración, alrededor de un tema común. 

El gesto de reciprocidad en cuanto a leer a su vez y comentar lo elaborado por los otros, alimentan a su vez las ganas de seguir participando con entusiasmo, a la vez que nos abre la mente el hecho de comprobar que se puede re-interpretar un mismo tema de mil formas diferentes, sin caer en repeticiones ni monotonías. 

La buena disposición para que se sumen nuevos participantes a la vez que se respete los eventuales alejamientos y retornos, contribuye, sin lugar a dudas, para que este encuentro de juever@s siga "vivito y coleando" en sana y entusiasta convivencia. Como bien dice Pepe, la "universalidad" de los integrantes enriquece mucho al grupo y nos hace conocer modismos y temáticas que quizás se sienten distinto en cada lugar.

En cuanto a los temas que se proponen para inspirar cada encuentro, cada quien se sentirá más o menos motivado por uno u otro y eso es natural y respetable. Creo que mientras más amplia  y genérica sea la propuesta, mayor variedad permite en su interpretación, de ahí que sea importante la búsqueda de títulos o imágenes disparadoras que generen la libertad interpretativa de la gente. Eso enriquece. Nos hace crecer.

Al intentar hacer balance de lo que he ido leyendo en cada uno de sus post, al fin de cuentas he logrado expresar mi propia opinión, así que vaya este texto como aporte juevero - a destiempo- para esta especial convocatoria que nos hicieron los chicos del Daily.

¡Saludos para tod@s!