sábado, 22 de mayo de 2010

COMPLETANDO LAS TRES MIRADAS...



Para finalizar la síntesis de la trilogía, les dejo ahora parte de la tercera perspectiva ante una misma "taza de café".
Si quieren leer las tres historias completas, que al final se entrelazan, sigan los enlaces. (Sobre todoa los románticos, se los recomiendo!)
A tod@s, gracias por su atención y compañía!
Buen fin de semana!


Pequeña historia sobre unos ojos azules

Pequeña historia sobre las alas de Cupido

Una tarde como tantas, cuando estaba por terminar el invierno, un hombrecito muy formal y de aspecto algo insignificante entró al bar y se sentó junto a una ventana. El joven mozo tomó su pedido y al llevarle su café, olvidó acercarle un servilletero.

Esa fue la excusa que puso el Destino para conseguir que la mujer a quien amaba en secreto se acercara a aquel desconocido que desde ese instante comenzó a caerle molesto.

Cuando vio cómo ambos se miraron, intensa y profundamente casi pudo sentir como aquellas dos almas que recién se descubrían, luchaban contra tontos pudores para que su emoción no fuera descubierta.

La antipatía hacia aquel hombre delgaducho y casi sin presencia fue cediendo cuando vio nacer en los ojos azules de la mujer, una luz extraña que nunca antes le había visto.

A la mirada le siguió una sonrisa, bella y hasta inocente, que hizo que su adorada pareciera de pronto una chiquilla a quien habían sorprendido en una travesura.

El joven se enterneció. Su corazón brincó de felicidad al ver que su amor secreto sonreía, por primera vez en mucho tiempo. Sus celos se fueron transformando en esperanza; esperanza por ver que la vida dejara de hacerle trampas a aquella dama de los tan amados ojos de cielo.

Esperó con algo de desconfianza la actitud que el afortunado hombre de gris tomara, y para su desconcierto, aquel extraño, lejos de cobrar vuelo y envalentonarse con tan abierta aprobación, se intimidó de tal manera que hasta llegó a sonrojarse.

-¿De qué estaba hecho aquel hombre?- pensó, sin duda no era como los bravucones que solían adular y hasta molestar a su patrona. No entendía cómo no decía algo, cómo no avanzaba disminuyendo la distancia breve que lo separaba de aquellos ojos para él tan deseados. Sintió hasta indignación por tanta falta de soltura para aquellos menesteres. ¿Sería posible que aquel tonto no se decidiera?


6 comentarios:

  1. Cupido nos confunde, nos obliga y nos empuja.
    (qué será de nosotros el día que no tengamos a quién echarle la culpa.)

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  2. Esta me gusto mucho tiene mucha picardia en el pensamiento del joven.

    Habrá que salir a tomar café, entonces.
    jajaja

    Besitos Noe.

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  3. ay pobre hombre¡¡¡¡ pensar que hay tantos casos asi¡¡¡
    un besito moni, lindo finde ¡¡ y feliz bicentenario de nuestra patria

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  4. Preciosa trilogía. Me ha encantado como construyes la historia a través de varias miradas.
    Genial.
    Un beso y buen sábado

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  5. Un placer pasear por tus letras como siempre por otra parte.

    Un abrazo

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  6. “no consigo abrir el libro…lástima!”
    Lo más probable es que no tienes instalado el adobe acrobat en tu computadora. Desde este link lo puedes bajar gratis e instalarlo para abrir archivos tipo pdf.

    http://adobe-acrobat-reader-sdl.softbull.com/

    Un fuerte abrazo para ti.

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