Sumándome a la propuesta juevera de esta semana que nos deja Mag desde su blog, con un relato bastante delirante (jeje) inspirándome en la siguiente imagen. Los invito a leer todos los relatos dando clic aqui.
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ESTRELLAS FUGACES
Cruzado el cielo por fugaces
luces, la belleza nocturna atrapa el espíritu de los enamorados. Absorta -ella-
en las estrellas, y en la profundidad de su mirada -él-, llegan a sentirse
–ambos- en sincronía con el universo, ansiando un futuro idealizado que
imaginan pleno.
Cerca del pueblo, la pradera y el
rio se vuelven tenues, leves en su forma y su color pasando a ser testigos
mudos de la magistral impronta de la nocturnidad.
Extasiado –él- por la magia del
momento, se deja llevar y toma delicadamente entre sus manos las de ella, que suspira
con profundo romanticismo animándose a volar.
Contemplando la inmensidad, los
enamorados sienten la pequeñez humana frente al tiempo y al espacio infinito.
Se saben frágiles, mortales, efímeros y a la vez, sostenidos por la fortaleza
de un amor que sueña ser parte de esa sustancia estelar que lo compone todo, aun
lo que menos se percibe.
En la lejanía, la lluvia de meteoritos
paulatinamente se vuelve más copiosa: primero dos, más tarde tres, inmediatamente
cinco y luego más de veinte… todos sucesivos, en maravilloso espectáculo
inusual y luminoso.
De improviso, el estruendo de dos
bólidos que atraviesan el firmamento a gran velocidad por sobre la colina,
rompe el encanto de la ensoñación.
Una intensa humareda se advierte
donde hasta ese momento centellaban las luces del poblado. El griterío nace y
se adivina el espanto de los aldeanos que ahora corren despavoridos hacia campo
abierto.
El bombardeo de estrellas continúa
cercano, mientras se acallan totalmente los gritos y las voces. Los enamorados divisan
aquel infierno desde lejos, inmóviles por el estupor. Ven incendiarse la
iglesia y las casas del poblado sin que sus cuerpos atinen a otra cosa más que atestiguar
el desastre, la terrible tragedia que aún les resulta imposible de comprender:
el cielo entero se desploma sobre sus cabezas y lo que nació como romántica
noche de estrellas fugaces se transforma -de un momento a otro- en un insospechado
fin del mundo, ubicándolos a ambos como únicos y fortuitos sobrevivientes de
aquel holocausto estelar.
Leía enternecida un romance que se antojaba primario, pero esa vuelta de tuerca me ha dejado descolocada, en adelante seguro si amor se ha afianzado
ResponderEliminarAbrazo
Jaja siempre me gusta darle un giro a lo esperable, Mujer de Negro y en este reto se me ocurrió esa salida. Un abrazo y muchas gracias por leer
EliminarUna romática narración que acaba mal, pero entretanto, lo has descrito perfectamente, ese arrobamiento ante la inmensidad del Universo.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Si el mundo tiene que terminar que termine a "estrellazo limpio" pero que quede alguien para contarlo. Si es que no hay estrellas fugaces los fugaces somos nosotros. Un abrazo y un aplauso
ResponderEliminarJeje totalmente de acuerdo en eso de ser fugaces! Un abrazo y muchas gracias por tu buena onda Ester
EliminarTotalmente de acuerdo con Ester. Los fugaces somos nosotros y no nos damos cuenta! Damos por sentado que la naturaleza nos obsequia con regalos preciosos como una lluvia de estrellas sin ver que en el cosmos es toda una batalla violenta, quizá alguna vez nos toque presenciar alguna de cerca, quien sabe! Romántico inicio de relato y bonito desenlace para un fin del mundo también! Un abrazo!
ResponderEliminarLes pasó a los dinosaurios, por lo tanto no resulta imposible pero, Ojalá nunca pase. Muchas gracias por leer, Marifé
EliminarTe he leido y como pueden cambiar las cosas, de verlo todo tan bello, como es el ver las estrellas las Perseidas... a verlo como el fin...
ResponderEliminarHe sonreido con Ester jajaja, con su toque de humor siempre
"Si el mundo tiene que terminar que termine a "estrellazo limpio" pero que quede alguien para contarlo"
Mi admiración por tu relato, feliz día y gracias por venir
Jaja muchas gracias Cora. Te agradezco por leer y dejar tu impresión. Un abrazo
EliminarNos has llevado de la mano de lo más romántico al desastre imprevisto, pero menos mal que ellos serán los nuevos seres de repoblar la humanidad, y tal vez de ese amor tan grande nazcan seres más humanizados. Yo lo quiero ver asi ajja. Un besazo Neo.
ResponderEliminarAquí he conseguido rescatar tu anterior comentario, Campi. Se meten en la carpeta de spam. Un abrazo y muchas gracias por no desistir
EliminarJajaa.. leía y pensaba... cuanto romanticismo, a no mucho tardar nos va a sacudir una...
ResponderEliminarPensaba que te habías equivocado con la propuesta de mag y nos ibas a transportar a un bombardeo de Ucrania, pero no, todo ha resultado de lo más natural...wue no por eso tiene que ser bueno.
Brsosss monica
Siempre viene bien una cuota de humor para desdramatizar la realidad jejeje. Muchas gracias por tu compañía Gabi. Un abrazo
EliminarUn fin inesperado en todo los sentidos, un relato que del paraíso va al infierno. Atras quedo el amor como un sigilo de de estrellas
ResponderEliminarMe alegra conseguir sorprender. Gracias Gustab. Un abrazo
EliminarBuenas de nuevo mi comentario se quedó entre las estrellas fugaces buaaaaaaa... el final apoteósico .
ResponderEliminarMuchas gracias Campi, lamento lo de tu comentario. Suele pasar. Un abrazo
EliminarEl final me ha impactado, cuando estaba yo en esa prdera y viendo el espectáculo del cielo , . cataplum!, el fin del mundo.
ResponderEliminarDesde luego bien escrito está porque a mí me has sacado en un segundo del estado de relajación que tenía.
Jaja lamento haberte interrumpido el idilio Tracy! Me gusta darle un giro al final! Besotes y gracias por leer con atención
Eliminarni un grano de polvo en el tapete del universo. Podemos pasar de éxtasis de su contemplación a la tragedia, unas veces del impacto directo de un meteorito, otras de el fuego purificador de un volcán
ResponderEliminarsomos testigos de nuestra insignificancia. Un abrazo
Así suele hacernos sentir la naturaleza, Rodolfo, pisoteando nuestro egoísmo y falsa grandeza. Un abrazo y muchas gracias por tu compañía
EliminarTe voy conociendo y ese final lo he empezado a presentir cuándo primero una, luego dos... Y así hasta que, efectivamente, el cielo cayó.
ResponderEliminarEl amor mes salvó?
Muchas gracias, Moni, por acompañarnos una semana más y no dejar de sorprendernos.
Un beso enorme.
Siempre es un gusto participar en propuestas que permiten volar un poco. Muchas gracias por tu impecable conducción, Mag. Un abrazo fuerte
EliminarEn cuanto he visto entrar aparecer el bólido en el relato he pensado, malo, me ha venido a la cabeza que estamos llenando el espacio de basura y que un verano de estos, más que una lluvia de estas de Lágrimas de San Lorenzo, nos cae una lluvia de chatarra, el coche que lanzó Elon Musk hace algunos años por ejemplo, en fin, que como en el relato, de seguir así, a lo peor se nos cae el cielo encima. Neo, dentro de lo terrorífico del final, te ha quedado muy cómico (simpático) el relato.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Mónica.
Me halaga que así te haya resultado Esther. Muchas gracias por leer y comentar
EliminarTe vuelvo a seguir, no me van bien las actualizaciones.
ResponderEliminarAunque te seguía de hace tiempo,
Espero ahora mejore esto de bloguer.
Un abrazo y que tengas un bonito finde.
Muchas gracias Cora. Ojalá mejore, si. Un abrazo
EliminarBuff, una cosa es un encuentro fugaz (nuca mejor dicho) a la luz de las estrellas y otra cosa muy diferente que esa sea la persona con la que tocará pasar el resto de tu vida, así, de golpe y sin avisar... Creo que no ha sido una buena cita :)
ResponderEliminarMás trascendente de lo esperado, jeje. Gracias por leer Beauseant. Un abrazo
EliminarEstos enamorados no conocerán el desgaste de la convivencia. No hay Fin del Mundo que por bien no venga.
ResponderEliminarUn abrazo.
Uhhh cuánto sarcasmo! Jajaja muchas gracias por pasar y leer, José Antonio. Un abrazo
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