Me sumo con esta historia a la propuesta juevera que la querida Mag nos deja desde su blog para esta semana. Dar clic para leer todos los relatos.
CICATRICES
Alguna vez pensó en hacer algo
por los otros, los menos favorecidos. Resignó su momento de esplendor
profesional y partió hacia tierras lejanas dejando la comodidad de su sobrio
hospital de paredes blancas. Atravesando fronteras, junto con un puñado de
idealistas dispuestos a paliar y curar el hambre y las miserias, se bautizó en
el dolor más allá de lo imaginado. Sintió en su piel el fuego de la batalla, la
desdicha del que huye sin tener en claro el por
qué ni el hacia dónde. Intentó
apaciguar el infortunio de los que no tienen nada. Menguó fiebres, presenció
injusticias, suturó heridas, amputó carnes jóvenes, combatió infamias
resignando propias libertades, enterró la virtud de sentirse vivo. Se hizo uno
con el horror y asumió que no cabían ya en su alma más cicatrices.
Después de mucho, sumiso ante la
derrota decidió volver, tal vez esperando reencontrarse con su antigua vida de
pulcritudes blancas. Al llegar, nada reconoció. Todo lo encontró cambiado, aún
su propio reflejo simulando ser el de antes. La gran ciudad ofreció tragarlo y sin
pena decidió aceptarlo. Una tarde de lloviznas tristes y viento blanco se encaramó
al puente que solía recorrer en su infancia. Su plan era simple: ahogado en
alcohol se dejaría caer sin despedirse de nadie. ¿Quién, más que sí mismo, lo
reconocería después de tanto desgaste?
Cerrando los ojos, sin
remordimientos ni nostalgias se dispuso a saltar del mundo, suspirando con
impotencia. Justo antes de dejarse caer, un alma solícita atinó a pasar
sujetándolo fuertemente del brazo. Lo impulsó a subir, frustrando sus
intenciones suicidas. Aquel joven de piel oscura -cruzado su rostro con una
honda cicatriz- lo miró con profundo agradecimiento, como si hubiese sido él el
rescatado.
Bajo la luz del farol, temblequeando
luego del salto fallido, creyó reconocer aquella mirada: aquel joven comedido
había sido alguna vez niño refugiado, precisamente uno de los tantos huérfanos por
él rescatados que ahora intentaba abrirse paso lejos del infierno. Sin tener
que dar más explicaciones que las no pedidas, el hombre cansado recordó con
claridad las palabras que alguna vez él mismo hilvanara, como alivio para el
alma de aquel niño malherido… las mismas
que ahora -en forma retributiva- brotaban de esos labios tajados para la suya: “cada cual, con sus cicatrices, construye o
destruye según se digne”.
Una retribución de la vida por todo el dolor que el recorrido le dejó, así lo veo
ResponderEliminarAbrazo
Eso intenté expresar. Muchas gracias mujer de negro. Un abrazo
EliminarLa vida deja cicatrices que nos van curtiendo, son las que nos ayudan a ser mejores y al final hay recompensa. Un abrazo
ResponderEliminarAl menos esa esperanza es la que nos sostiene. Muchas gracias Ester por leer y comentar. Un fuerte abrazo
EliminarUna bonita historia de destinos enlazados. Es verdad que cuando la gente vuelve de hacer misiones humanitarias, no le encuentran sentido al primer mundo.
ResponderEliminarBesitos.
Eso imagino, Noelia, aunque cada quien canalizara' la experiencia como mejor pueda. Un abrazo y muchas gracias por leer y comentar
EliminarYo creo que este ser humano que ahora somos se amolda rapido a cualwuier situacion, si quiere. Este hombre debio volver al hospital y seguir .
ResponderEliminarSin tener que dar más explicaciones que las no pedidas", que frase mas bonita.
Besisss Monica
salvando vidas, si quiere.
Si el mundo ha cambiado y no quiere.... me da que , o estaba en un momento muy bajo o solo es un aplazamiento.
Puede que necesitaba un empujón de optimismo, y ese encuentro inesperado se lo dio. Me alegra que te guste la frase. Un abrazo Gabi y muchas gracias por leer con atención
EliminarUn relato impresionante. Además es completamente realista. Me hace pensar en personas reales con las que he hablado, que han curado y ayudado... pero a la vez se han quedado malheridas en su alma.
ResponderEliminarAdemás, tiene una bella enseñanza: "Se recoge lo que se siembra"
La frase final redondea con sabiduría.
Precioso.
Un abrazo grande!
No he tenido esa experiencia, pero imagino que ha de ser así, al menos, para muchos. Me alegra que te gustara el relato. Un abrazo y muchas gracias, Volarela
EliminarLa vida se encargó de devolverle lo que tantas veces hizo él: restaurar la vida en todos los que pasaron por sus manos y a él no sólo se la restauraron sino que se la devolvieron, antes de perderla.
ResponderEliminarSabía reflexión. Muchas gracias Tracy. Un abrazo
EliminarLas huellas de una guerra, te sacan del mundo y de la vida.
ResponderEliminarSin dudas que si. Nadie puede quedar inmune. Gracias por leer, Gustab. Un abrazo
Eliminara la noche le sigue el día y así desde que nos erguimos como humanos. nada nuevo bajo la luz que otros ojos no hayan visto. Todo se rige por férreas leyes: acción-reacción
ResponderEliminartu personaje obtuvo el mismo resultado a su abandono que él había repartido toda su vida
Un abrazo
Es así de equilibrada la cosa. Gracias Rodolfo por tu atinado comentario
EliminarHola Neogeminis , un buen relato me a gustado mucho , mientras te leía
ResponderEliminarme acorde de una pequeña anécdota que me conto el médico de mi abuelo, el Doctor Cadenas.
Después de estar durante mucho tiempo , ejerciendo de médico el Doctor cadenas y su amigo
se fueron voluntarios a "Médicos sin fronteras" se fueron a Ruanda o Namibia, durante meses estuvieron ayudando a gente en los campamentos que estos ponen , un día unos indeseables que formaban guerrillas , entraron en el campamento a robar medicamentos y comida , y empezaron a matar a la gente de allí , con tal mala suerte que mataron al amigo del Doctor cadenas, el mucho solo tenía 30 años y tuvo que ser el médico de mi abuelo ,el que arreglase todos los tramites , para poder deportado y llevarse el cuerpo de su amigo , y ser enterrado en España.
No veas la cara de la madre de su amigo , cuando se lo tuvo que llevar , desde aquello el ya no volvió , se salió de la ong y se quedo ejerciendo como médico aquí en España.
Te deseo una feliz tarde , besos de flor.
Muchas gracias flor por compartir esta anécdota. Heridas terribles que deja la guerra. Un abrazo y gracias por leer
EliminarLa gente que es tan sensible y generosa como el protagonista, y se da cuenta que el mundo no se rige por sus mismos intereses ni ética, pueden llegar a desesperarse y perder la esperanza en este primer mundo que piensa que lo tiene todo, y en realidad lo tiene todo perdido! Genial el retrato de este personaje desesperado y desengañado! Un abrazo!
ResponderEliminarMe alegra que te gustara Marifelita. Muchas gracias por leer con atención. Un abrazo
EliminarEl camino de la vida y sus cicatrices. Muy bien narrado.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias María. Buen fin de semana
EliminarVer o ponerse en el lugar de los desfavorecidos, ese dolor que mucha gente se tapa los ojos
ResponderEliminary tener el brazo tendido, la ayuda lo es todo.
Muy bonito narrado, aunque muy doloroso como lo es la temática.
Feliz fin de semana.
Te agradezco el comentario Cora. Me alegra que te. Un abrazo y buen fin de semana también para vos
EliminarHola, Moni.
ResponderEliminarTu protagonista se ha ido vaciando conforme pensaba que se llenaba y sí, se ha llenado, de cicatrices en el alma. Se ha quedado tan vacío que ha terminado por no percibir el sentido de la vida hasta que una herida de su alma, en el último suspiro, se ha hecho piel y huesos para recordarle el por qué de vivir.
Es un semblanza la que has plasmado llena de humanidad, de mucho dolor, pero de bella humanidad.
Muchísimas gracias por sumarte a mi alterada convocatoria y dejarnos disfrutar de la belleza de tus letras.
Ahora a por la semana que viene que también te espero.
Un beso enorme.
Fue un placer Mag. Muchas gracias por tu propuesta y tu excelente anfitrionazgo. Espero poder sumarme la próxima semana. Dependerá de mis musas 🤪
EliminarP.d te agradezco mucho por tu pormenorizado comentario
EliminarCreo que a veces hay justicia poética. Pero no siempre, y eso es lo malo. No ha que esperarla, por si acaso.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy cierto. Gracias por leer y comentar Albada. Un abrazo
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