jueves, 1 de septiembre de 2022

CADA JUEVES, UN RELATO: EL MITO DE LA CENICIENTA

 Sumándome a la propuesta juevera de esta semana que nos hace Dorotea desde su blog, los invito a leer todos los relatos.



POBRE CENICIENTA

Le pareció una excelente oportunidad. Joven lord, recientemente viudo buscando institutriz para sus cuatro hijos. Mansión en la campiña, no muy lejos de su pueblo natal. Se decidió a contestar el aviso a riesgo de no recibir respuesta: una propuesta laboral tan tentadora sin dudas generaría muchos interesados.

Al tiempo de enviar la carta le llegó el aviso para concretar una entrevista. El lord la recibiría en su despacho de la ciudad para conocerla y detallarle los pormenores del trabajo. Por fin, llegado el día de la entrevista, se dirigió muy temprano hacia la dirección explicitada, cuidando de mostrarse tan prolija, sobria y recatada como le fuera posible: sabido es que la nobleza suele ser muy exigente a la hora de elegir servidumbre, más cuando el objeto de cuidado resulta ser sus propios hijos.

Apenas llegar, un secretario la condujo ante Lord Gloucester, y de inmediato se sintió empequeñecer. Su experiencia como institutriz era sólida y solvente, pero ante aquellos glaucos ojos inquisidores, sintió que se le aflojaban las piernas. Si bien el trato fue correcto y respetuoso, ante aquel sofisticado y noble caballero de impecable estampa se sintió sumamente cohibida, temiendo ser rechazada para el puesto. Para su sorpresa, la aceptación fue inmediata: debía instalarse a la brevedad en la mansión familiar para hacerse cargo de los niños. Su corazón latía desbordado de excitación y alegría.

Un carruaje particular fue puesto a su disposición y esa misma tarde llegó a destino. Desde lejos pudo apreciar la magnificencia de la casa.

El recibimiento fue sencillo pero entusiasta y apenas llegar, les fueron presentados los niños. El mayor portaba la esencia noble del padre, la dulce damita, modales refinados, los mellizos, carácter divertido y díscolo. El panorama le resultó muy alentador y si bien la tarea no sería sencilla, su entusiasmo aumentaba pensando en la profundidad de los ojos de su nuevo patrón, a quien ansiaba volver a ver pronto.

Ella, muchacha de corazón romántico y bien dispuesto, lograría devolver a la familia aquella armonía que las circunstancias de la vida le habían hecho perder y quizás, en una misma jugada, el amor le sonriese por fin pese a lo improbable que le resultaba imaginarlo. Sacudiendo de su mente semejantes tonterías, se dispuso a dormir luego de diseñar cuidadosamente el plan de trabajo que implementaría con los niños.

A los pocos días, justo cuando el Lord regresaba a su casa para pasar el fin de semana con sus hijos, la noticia del deceso de la nueva institutriz no alcanzó a sorprenderlo. A estas alturas era evidente que los niños se negaban a aceptar las empleadas que hasta ahora venía contratando para intentar encauzarlos. Si bien la primera y la segunda podrían haber sido consideradas muertes accidentales, el tercer deceso consecutivo ya resultaba ser algo muy concluyente.


26 comentarios:

  1. Tras la inocente murada de la pubertad los pómulos sonrisados y un vestir aseado se escondía una terrible realidad La duda fue " todos a una " o de uno en uno Un abrazo

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    1. Material como para otro cuento! Jaja. Me alegra reencontrarte, Rodolfo. Un abrazo y muchas gracias por leer

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  2. llego después de casi dos mese sin bloguear, tu cenicienta abre los ojos y me gusta. Abrazos

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  3. Pobrecita institutriz, vaya niños sañvajes. Muy buen cuento, cuya moraleja es que hay niños monstruos que nadie puede salvar :-)

    Un abrazo

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    1. Más cuando vienen en bandada! Jeje. Muchas gracias por Pedro. Un abrazo

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  5. Impactante esta versión de Cenicienta! Si sonrisas y lágrimas hubiera tenido el mismo final, el mundo sería muy distinto a tal y como lo conocemos ahora! Ja, ja! Los niños, y menos en grupo, nunca han sido gente de fiar, ni antes, ni ahora ni siempre! Me ha encantado el giro final! Tremendo Mónica! Besos!

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    1. Jaja me alegra que te gustara Marifelita. Muchas gracias por leer. Un abrazo

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  6. Jolin... Vaya final. Y tan pobrecilla.. con el buen panorama que se le presentaba...
    No la han dejado ni estrenarse.
    Yo tambien pense en la familia Trapp.
    Aprovechando que ha muerto (porque ha muerto. He gogleado ""deceso", para ver si en Argentina tenia alguna otra acepción, y no), creo que deberian incinerarla, por lo de Cenicienta, y las cenizas...
    Que ocurrencia mas cruel e inoportuna. No sé si borrarla...No, la dejo
    Besoss, Monica

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    1. Jajaja ocurrente y atrevida, si , sumamente cruenta, pero no por ello deja de nacer una sonrisa 🤭. Un abrazo y muchas gracias por tu buen humor

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  7. Jope vaya final, que miedito, pero estoy segura que tu cenicienta se va a ganar a los niños, solo necesitan atención y cariño. Me ha gustado tu relato.
    Un abrazo.

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    1. Era lo que ella pensaba, pero ya lo ves... No le dio resultado. Un abrazo Dakota

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  8. Vaya eran nobles muy malvados. Algo inventaran: Que fue un asesino serial o algo asi...

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    1. Apuesto por la versión del accidente debido a la falta de mantenimiento! Jajaja. Muchas gracias por leer José. Un abrazo

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  9. Vaya, no alcanzó a ver nuevamente la profundidad de los ojos de Lord y su corazón romántico no logró desarrollarse.
    Un buen relato, con final sorprendente.
    Abrazo, Neo

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    1. Siempre me gusta sorprender con un giro final. Me alegra que te gustara. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención

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  10. Vaya final, para nada me lo esperaba.
    Besos

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    1. Jejeje. Me alegra haber conseguido sorprender. Un abrazo y muchas gracias, Tracy

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  11. Amé el giro del final, jaja. Pobre chica, al final sí terminó siendo víctima de su propia ingenuidad, pero es que quién se lo hubiera imaginado. Muy buen relato. Un abrazo.

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    1. Muy amable, Cyn. Me alegra que te gustara. Un abrazo y muchas gracias por leer

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  12. Tal vez podemos cubrirlo dejando correr una leyenda de la mansión y el fantasma de una institutriz, así los niños pueden dar rienda suelta a múltiples formas para deshacerse de ellas.
    Abrazo

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  13. jeje muy astuta acotación! gracias Verónica. Un abrazo

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  14. Un cuento cruento cuya conclusión pone el pelo de punta. Lo que pudo haber sido y no fue... Gracias por participar y perdona por la tardanza en comentar. Un abrazo

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