jueves, 25 de mayo de 2017

ESTE JUEVES, UN RELATO Los colores de nuestro silencio

Esta semana la propuesta juevera nos llega de la mano de María José. Para leer los relatos participantes, pasar por su blog.





Hay un momento de la tarde en que, si la cuota de melancolía es la justa y el silencio llega con la consistencia adecuada, logro entrever con nitidez la persistencia de tu recuerdo envuelto en la esencia de las cosas que aún logran traerte hasta mí.

Si la sintonía es la correcta, si logro ubicarme en armonía, consigo, apenas disponerme, remontarme a mis inicios, a mi inocencia primera en la que colores y perfumes te ataron para siempre en mi memoria abriendo esa puerta hacia ti.

Es tan fucsia a veces el recuerdo de tu añoranza dentro del silencio, como lo son los pétalos de las flores que ayer plantaste –por cierto en otras macetas- iguales a las que lucen hoy en mi balcón, siempre evocándote con su color tan especial, al igual que el del ciclamen que tanto te gustaba o el de aquellos verdes turquesa con el que de joven te vestías. En esos colores siempre te reencuentro, aunque los calendarios pasen y con números me digan el tiempo que hace que te fuiste.

Siempre puede tener el silencio tanto color como aromas o sonidos queramos que él llegue a invocar en nuestro corazón. 

jueves, 18 de mayo de 2017

ESTE JUEVES UN RELATO: Mi relación con el mar

Esta vez es la querida Encarni quien nos conduce en este nuevo encuentro literario que, a la vez, resulta muy especial ya que un "privilegiado" grupo de jueveros se reunirá en las próximas horas en la bella Barcelona, para compartir relatos, amistad y buena compañía. Desde ya que quienes no podremos asistir estaremos igual allí, en espíritu, bien cerca pese a la distancia.
Les cuento que mi relato surgió de la mano de una bella imagen que encontré, en feliz coincidencia, en el blog de este genial pintor que es nuestro amigo Rodolfo Garrido, también conocido como Javier Azul o Simbad. Les dejo el link de su página para que pasen a recorrer sus trabajos.
Como siempre, para leer todos los textos participantes, pasar por el blog organizador.



Ninfa de las aguas, Rodolfo Garrido


MI RELACION CON EL MAR (O LA NINFA DEL AGUA)

La ninfa del agua usa una máscara. Breve, liviana, transparente. Una máscara hecha de agua muy azul que le cubre la mitad del rostro.

No la usa como adorno, ni para ocultarse de los otros seres del mar profundo. La usa como protección sólo cuando, sumida por la pena, decide emerger de su refugio húmedo de las profundidades marinas para recorrer sigilosa y solitaria alguna playa ignota, alejada del bullicio invasor de turistas veinteañeros o de las rutinas tempranas de pescadores bravíos.

La pobre sale muy de vez en vez, en silencio, a recorrer las orillas bordadas con caracolas muertas y espuma blanca, paladeando resignada su acostumbrada soledad acuosa. A veces se detiene al borde del acantilado y desde esa perspectiva -tan poco usual para ella- se deja hipnotizar por el ir y venir de las olas.

Fue una noche particularmente serena y estrellada cuando la vi. Allí, recostada sobre una de las piedras escarpadas en donde estalla el oleaje espumoso. La melancólica ninfa observaba extasiada la blancura insólita de una luna inmensa que parecía, a su vez, observarla a ella. 

Con movimientos gráciles acariciaba mansa los restos de agua salada que se demoraba en escurrir entre las piedras, mientras yo la observaba, agazapado y oculto, desde una prudente distancia. De improviso, y como si algo imperceptible me hubiera delatado, lentamente salió de la ensoñación en que parecía estar y giró hacia mí, examinándome sin pudores, apuro ni sorpresa.

El intercambio profundo y silencioso de miradas puede que se haya prolongado varios minutos. No lo puedo precisar. Sí sé que fue el momento más íntimo y perfecto que nunca antes imaginé y que jamás olvidaré. Luego, tan de improviso como se inició, culminó, como un esencial rito ancestral que se sucede en contadas ocasiones: la bella ninfa se puso de pie de espaldas al mar, con los brazos tatuados extendidos hacia el cielo y sus ojos enormes entrecerrados detrás de su máscara azul que parecía refulgir. Con la voz más dulce jamás escuchada me dedicó una canción sublime, nacida de lo profundo de su soledad milenaria y secreta. Una melodía inigualable que me trajo rumores y aroma de vientos, sales y oleajes, frescura verde llegada de los siete mares, susurros perdidos en las profundidades impensadas de océanos sin tiempo, humedad salada haciéndose agua entre la comisura de mi propia boca… Todo allí, en aquel momento mágico, tan breve como perpetuo, marcando mi corazón para siempre.

Desde esa noche mi relación con el mar cambió totalmente. Se hizo mucho más intensa, mágica y trascendente. Ya es parte de mí. Soy parte de él. Y ni el tiempo ni los avatares de la vida ni la propia muerte lograrán disolver lo que aquella ninfa bendijo. 

jueves, 11 de mayo de 2017

ESTE JUEVES UN RELATO, De contratos y afines

Esta semana la propuesta juevera viene de la mano de Nieves, quien desde su blog nos convoca a escribir sobre el tema de los Contratos. Para leer más relatos, dar clic aquí.



DE CONTRATOS Y AFINES

Descreo de los contratos para las cosas importantes. Más allá de extender la firma sellando por escrito un compromiso, me resulta mucho más relevante cerrar el pacto con un sincero apretón de manos, una mirada abierta y honesta, un leve sonrisa estipulando la indestructibilidad de la promesa que se está dando, más allá de las contingencias que pudiesen ocurrir.

Dirán los escépticos que, en estos tiempos de individualidades y egoísmos impúdicos, las malas experiencias harán que me estrelle una y  otra vez contra el muro de la mentira o de las liviandades dichas sin pensar o por el contrario, hipocresías elaboradas premeditadamente con el fin claro de estafar mi retrógrada candidez de idealista declarada. Pero no soy tonta. Me reservo la determinación de los apretones de manos exclusivamente para las cosas trascendentes, las situaciones de verdadera profundidad. Para  lo otro, para las formalidades de las transacciones de intercambio de bienes y compromisos comerciales, sigo ejerciendo la fría rutina de estampar la rúbrica  como señal de conformidad. En esos casos no me importa tanto la calidad humana de quien eventualmente ejerza el otro rol en la operación a realizar.

Para todo lo otro, para lo verdaderamente sustancial -como compartir un sueño, lanzarse en comunión a la vida o proyectar un hijo- sigo necesitando antes, para decidirme, estrechar o rozar las mano para percibir la calidez del alma. 

jueves, 4 de mayo de 2017

ESTE JUEVES, UN RELATO El escenario es suyo

Esta semana Roxana nos propone inspirarnos con una o varias de las imágenes por ella seleccionadas. Yo opté por una que me pareció encantadora con la que acompaño mi texto. 
Para leer todos los relatos, dar clic aquí.





MUÑECA PRIMOROSA

Primero fue la manera de hablar, la forma de comportarse, el largo de su cabello, la suavidad de sus movimientos, la obligatoriedad de mantener la mirada baja, la voz susurrante limitándose a responder sólo cuando se le preguntara. Más tarde fue el acostumbramiento de sostener una sonrisa dócil aun cuando alguna lágrima inconveniente quisiera asomar por sus ojos resignados. Siempre perfecta, perfumada, arreglada, impecable, tentadora, delicada, sumisa… aunque la tristeza fuera ganando espacio bajo sus párpados enormes… aunque la soledad ahuecara su corazón sofocado bajo los encajes glamorosos que definían su cintura imposible. Creciendo en su belleza primorosa, en su encanto angelical, en sus melancólicos gestos de muñeca sin pasiones ni dudas ni cuestionamientos ni sueños ni lamentos ni risas ni imperfecciones. Simplemente dejó de inspirar profundo, de paladear con placer, de correr en libertad, de reírse a carcajadas, de dejarse llevar por alguna razón vital que empañase el objetivo para el que fue elegida y diseñada.

Atractivo juguete inanimado que se olvidó de vivir a costa del sometimiento y las imposiciones.