Esta semana nos conduce Alfredo, para leer todos los relatos pasar por su Plaza del Diamante.
P.d
me disculpo por la extensión del texto, las musas llegaron verborrágicas.
P.d
me disculpo por la extensión del texto, las musas llegaron verborrágicas.
LA VENTANA INDISCRETA
Basándose en lo que se podía leer
en las revistas y escuchar por la TV, cualquiera hubiese asegurado que se
trataba de la pareja perfecta. Jóvenes, bellos y siempre sonrientes, mimándose constantemente
en público, atildados, correctos, simpáticos, armoniosamente juntos a la hora
de opinar y mostrarse frente a cámaras, ambos resultaron ser siempre referentes
ideales para quienes imaginan que la fama, el éxito y el dinero son las llaves
inequívocas para alcanzar la “felicidad” tal y como la imaginamos a partir de lo
que vamos armando sobre la vida de los otros.
Pero yo, anónimo e impensado
testigo privilegiado de sus más íntimos entredichos, sé que nunca fue así.
Lejos estaban de ser una pareja perfecta, amorosa y equilibrada, feliz y
satisfecha.
Desde la pequeña ventana de mi
habitación, -casi un accidente arquitectónico dentro del añoso edificio en el
que habito- he podido observar sin ser visto todo el maltrato e incomprensión
que existía entre esos dos, vecinos notorios de este barrio distinguido que
siempre se ha considerado al margen de escándalos y frivolidades.
Sé que mi actitud de indiscreto voyeur no representa nada digno ni
rescatable. Sé que no ha sido correcto de mi parte sostener esta obsesión que
me ha hecho ser observador persistente de sus constantes discusiones
conyugales, pero puedo atestiguar por haberlo visto a estrecha distancia, que
entre ellos fue creciendo un profundo rencor, producto amargo de la hipocresía de
la conveniencia.
A través de la tenue
transparencia de las cortinas he podido comprobar que hace mucho ya que dormían
en habitaciones separadas, que nada grato compartían más que la obligatoriedad del mismo techo. Vaya
a saber uno por qué, seguían insistiendo con esa insana convivencia.
No se hablaban más de lo
indispensable. Él la evitaba y hasta diría le echaba culpas que ella terminaba
por aceptar. Sé que ella lloraba, inconsolable por las noches, ahogando en
silencio las lágrimas de su pena. En silencio y con pastillas, que -puedo
asegurarlo- tomaba muchas. Me animaría a decir que él ni se esforzaba ya en ocultarle
sus numerosas aventuras, traiciones injustificadas que la pobre intentaba
soportar con estoicidad.
Ahora, sabiendo que esta mañana la
han encontrado muerta en su baño –habitación ésta a la que desgraciadamente no tengo
visual desde mi dormitorio- puedo asegurar, pese a no haber contemplado la
escena, que sus nervios no han debido soportar la última ausencia de su marido
y en su desesperación, ha debido cortase las venas como último escape a esa
infelicidad que siempre se esforzó por disimular puertas afuera de su casa.
Sí, sé que los titulares hablan
de un problema coronario de larga data y que –dicen- la enfermedad de un
hermano ha sido el motivo por el que él debió ausentarse de su casa, pero a mí no
me engañan. No me va ese intento de ocultar lo que yo sé con abundancia de
detalles. Los he visto mal convivir desde hace añares y sé lo que en verdad
pasaba entre ellos. A mí no me vengan
con interpretaciones suavizadas. Yo sé cómo han venido desarrollándose las cosas y
ninguna otra versión de los hechos que pretendan darme ha de sacarme esta certeza
que tengo en mi corazón y en mi cabeza.
Nota:
Luego de leer sus amables comentarios (hay seis hasta el momento en que agrego esta reflexión) caigo en la cuenta que todos asumen que la versión interpretada por el observador indiscreto ES indiscutiblemente la verdad. Fue mi intención deslizar algunos detalles para inferir que ese voyeur da por sentado lo que cree saber, y en realidad habla de cosas que de ninguna manera puede conocer con certeza, por ejemplo, los sentimientos de esa mujer que contempla desde lejos y con la que jamás habló, o las intenciones de ese hombre al que cree culpable de toda la incomunicación. Además, el detalle de asumir que la muerta se había cortado las venas en el baño (cuarto al que no tiene acceso desde su ventana) demuestra (o pretende hacerlo) que mucho de lo que ese vecino indiscreto da como cierto, en el fondo es sólo una conjetura.
Nota:
Luego de leer sus amables comentarios (hay seis hasta el momento en que agrego esta reflexión) caigo en la cuenta que todos asumen que la versión interpretada por el observador indiscreto ES indiscutiblemente la verdad. Fue mi intención deslizar algunos detalles para inferir que ese voyeur da por sentado lo que cree saber, y en realidad habla de cosas que de ninguna manera puede conocer con certeza, por ejemplo, los sentimientos de esa mujer que contempla desde lejos y con la que jamás habló, o las intenciones de ese hombre al que cree culpable de toda la incomunicación. Además, el detalle de asumir que la muerta se había cortado las venas en el baño (cuarto al que no tiene acceso desde su ventana) demuestra (o pretende hacerlo) que mucho de lo que ese vecino indiscreto da como cierto, en el fondo es sólo una conjetura.
Hola; hace tiempo que no me paso por los blogs. El trabajo y las circunstancias personales. La ventana se muestra testigo de la autodestrucción de dos personas, de una relación. Pensándolo bien, creo que más que una ventana es un cuadro que se cuartea con el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo.
Cuando las musas tiene tanta fluidez de palabras hay que dejarlas que fluyan.
ResponderEliminarUna ventana donde se observa la malconvivencia, infelicidad, el maltrato , la indiferencia, hasta la muerte por suicidio...
Terrible pero estupendo relato,me ha encantado mas que nada para dar voz a esas mujeres maltratadas.
Besos .
Curiosa ventana para un relato perfecto.
ResponderEliminarUn saludo
Desde tu ventana se ve el desamor más absoluto,vidas compartiendo solo el techo en el que habitan,!cuanta amargura1 y que bien lo narraste.
ResponderEliminarAnda vente acá que la visión en más dulce, ya viste como se lo bailan los vecinos.
Un lujo de texto Neo.
Besos.
No creas que no habrá muchas historias de esas aunque acaban sin saberse la verdad de lo ocurrido. Muy bueno.
ResponderEliminarTú relato es mucho mas verdadero que ficticio , pues la vida te enseña que las apariencias engañan , y es una ventana en cualquier lugar donde a veces con curiosidad y otras sin querer descubren lo verdadero de una relación.
ResponderEliminarEstupendo relato.
Un abrazo y feliz semana.
Como soy la séptima ya he leído que puede que el indiscreto fisgón invente mas que vea, pero no le voy a culpar, la imaginación siempre añade lo que le falta a la razón. El relato tiene interés y tu nota aclaratoria pone el acento. Un abrazo grande
ResponderEliminar¡Hola! ¡Qué manera de montarse la película! La verdad es que me ha gustado mucho como con esto de conocer un pedacito de realidad uno va rellenando los baches con lo que quiere.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Tal vez ese observador cae en las suposiciones, como los demás. Salvo que tenga una especial lucidez. Que bien planteado.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces, nos hacemos una historia en nuestra cabeza que va mal encaminada o quizás sólo tiene un tinte de certera.
ResponderEliminarUn beso
traspasamos nuestras virtudes, nuestros defectos a el de enfrente, montando historias que en el fondo son sueños irreali
ResponderEliminarzados
A la imaginación es imposible ponerle coto. Lo que se ve, más lo que se adivina, más lo que creemos ver, son los mimbres de nuestro propio relato, que no tiene porque ser verdadero.
ResponderEliminarUn beso.
Cuando veo una ventana como la tuya, tan triste, busco otra.
ResponderEliminarBesos.
Solo la realidad de los que conviven ellos la saben, pero si hay muchas parejas que fuera dan una imagen idilica y dentro viven un autentico infierno. Magnifico relato, besos.
ResponderEliminarTambien puede suceder sean suposiciones, no se puede observar todo desde lo lejos de un ventanal.
ResponderEliminarAbrazo
los que miran a través, tal vez no sean fieles a la realidad, pero sí a la sensación y al relato. Texto excelente.
ResponderEliminarUn abrazo!
Es cierto que muchas veces sacamos conclusiones erróneas de unos determinados hechos y el voyeur, como tú bien dices en tu nota, puede estar convencido de una cosa que en realidad no es cierta, porque no tiene acceso a todos los detalles, aunque a él le parezca que sí. En cualquier caso, me quedo con lo bien que has escrito el relato y con la idea, también, de que una cosa son las apariencias y otras las realidades.
ResponderEliminarUn beso
Me hiciste acordar a una pelicula, en la que trabajaba Jeremy Irons (mi secreto me condena, o algo asi) en el que la mujer muere en el baño y la evidencias le caen por entero al marido...
ResponderEliminarMe gusta como planteaste monica todo el cuadro de certezas que tiene el observador, hechos que seguramente tendrían otra lectura para distintos ojos
Besito juevero amiga!
Un perfecto relato para este jueves de ventanas indiscretas y una muy buena Nota de autor....Es verdad que durante todo el relato pones la aclaratoria de que son suposiciones del vouyerista, ya que en ningún momento hay nada cierto, pero guias con buena mano al que lee, a suponer también que lo que dice es verdad.....asi se forman los chismes...besoss niña...buen relato
ResponderEliminarVentana de ventanas. Con muchas suposiciones y alguna que otra realidad. Casi como la vida misma. Omnipresencia y omnisciencia le confieren al espectador el beneficio de la duda. A veces las cosas no son lo que parecen pero, solo a veces.
ResponderEliminarTexto próximo a la perfección. Gracias por acudir a mi convocatoria. Besos
Magnífico relato. Muy bien narrado y verosímil. Una vida en pareja que distaba mucho de ser ideal para los ojos del observador que imagina más de lo sabe con certeza.
ResponderEliminarUn beso.
Me ha gustado mucho tu reflexión sobre los comentarios. En efecto, a veces solo vemos aquello que ya pensábamos ver...
ResponderEliminarBesos.
La historia del chisme, de la imaginación desbordada, de creerse que lo que uno ve es una verdad tácita sin pensar que no forma parte de esas vidas ajenas.
ResponderEliminarA veces, es mejor abrir las ventanas hacia adentro y conocerse, todo sería más real.
Un beso!