Esta semana Matices nos propone remontar la imaginación narrando historias que se relacionen con el placer de la comida. Les dejo mi aporte.
BON APPETIT
Conoce y domina en profundidad la
delicadeza de la gastronomía de sus ancestros, deleita -a quien la observe
cocinar- con cada gesto durante la preparación de sus hazañas culinarias.
Cuidadosa, detallista, selectiva. A la hora de definir su menú agudiza sus
sentidos para percibir la inspiración que el estado de afinación de su espíritu
le aconseja para cada ocasión.
Jugos, sabores, aromas y texturas
combinados con la excelencia que sólo dominan los grandes chefs, excitan al
comensal apenas descubrir frente a si cada una de las exquisiteces que surgen de
su cocina. Ella lo sabe y se enorgullece por su arte.
Mientras se concentra en la sazón
de las salsas y en la elección y fileteo del pescado del plato principal, no
deja de pensar en la creativa combinación de aromas que conseguirá para esa
singular cena a la que sólo asistirá un único invitado. Se complace con la
ambientación que logrará mediante la profusión de velas, la sutil presencia de un
ikebana de flores blancas en el
centro de la mesa anunciando el paraíso de degustación que sobrevendrá con el
correr de la noche. La refinada mantelería enmarcando la exótica vajilla
convenientemente dispuesta, serán los únicos testigos de la extravagante cena
en la que piensa dejar aflorar sin tapujos la lujuria combinada de sus más increíbles
manjares.
Todo está cuidadosamente
equilibrado, todo ha sido puntillosamente planeado. Las finas hierbas, los
nabos, los moluscos, las hojas frescas de rizada presencia. Las algas, las
raíces de loto, la masa de arroz, el fugu
fileteado convenientemente infectado con el veneno de sus entrañas para
provocar el colapso inmediato de su detestable convidado… Todo justamente
calculado para disimular sus verdaderas intenciones detrás de una exquisita conjunción
de sabores.
Paladea por anticipado el momento
de su liberación, ese en el que de una vez y para siempre pondrá fin a la
tortura insoportable de estar atada a su indeseado marido, millonario –sí- pero
anciano, decrépito y falso “entendido” en alta cocina oriental a la que sólo
simula valorar como estrategia de complacencia conyugal.
Ese deleite incluye una trampa mortal. Y la vez servirá como una buena despedida.
ResponderEliminarLa cocina puede ser letal.
Bien planteado.
Y murió contento!!! digo, tal vez... jajaj Letal, has estado absolutamente mortal. Muy buen relato (Me acordé de Yiya Murano, la envenenadora de Montserrat...). Un fuerte abrazo y un beso doble!!!
ResponderEliminarA las viudas negras no se les puede escapar ningún detalle, ya la estoy viendo en el fumeral llorando desconsolada.
ResponderEliminarUn saludo.
Vaya , este relato nos ofrece dos en uno , conspiración a través de la cocina , ajjaja que no creas , pero es una buena idea ajjajaja , muy bonito me ha gustado mucho .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y feliz día .
Mnnnnn lo q le espera entre tanta exquisitez. Muy buen relato Mónica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estimada amiga, con tu texto logras centrar la atención en el arte culinario de manera magistral, dejando para el final y con mucha habilidad, el postre principal.
ResponderEliminarUn placer leerte. Un abrazo.
Nos adentras en la cocina y los preparativos, y cuando ya salivamos nos comunicas que hay intención oculta. Como no soy buena gente no me chivaré al marido y dejaré que ella logre su sueño. Me ha encantado por lo bien redactado y conducido y por el final. Abrazos
ResponderEliminarNo me quiero imaginar lo mal que lo debería estar pasando a juzgar por la fruición con la que ha preparado la cena.
ResponderEliminarUn beso.
Y supongo que ella no comera fugu....yo con esta mania de imaginar mas alla. Buenisimo tu relato, con un giro magistral, besos.
ResponderEliminarExcelente relato con escalofriante final, muy bueno
ResponderEliminarUn beso
Ejecutando los sabores como quien hace un encaje de filigrana. Que nada haga sospechar la tragedia. ¡Ay!
ResponderEliminarBesos
Con premeditación...
ResponderEliminarBesos.
Yo lo que había oído, es que se llega al corazón del hombre a través de la gastronomía. !pero esto!.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos.
Vaya, la pobre estaba al límite. De todas maneras, creo que este final ya lo tenía decidido ella desde el momento en que le conoció.
ResponderEliminarBesos
no cabe duda que las mujeres domináis muchas más artes del conocimiento humano, que los varones.
ResponderEliminarLa cocina ha sido siempre un medio para conseguir lo que se proponga
" a la mujer se la conquista por el oído, al hombre, por el estómago"
Guau, que escena has creado, imagino al comensal complacido ante el plato, sobre el cual se haría un travelling hasta centrar la imagen en ese fugu. Luego veríamos a la cocinera y ese brillo especial en sus ojos.
ResponderEliminarBuena historia, Neo. Un abrazo.
¡Hola! Mira que me has dejado helada, frente a semejante banquete y sin saber que va a encontrar su final en él.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Vaya... este se queda pajarito tras darse el banquete lees y todo parece ser exquisito a la vista que a veces es la que manda a la glotonería. Tendrá su "bon apéttit" final.
ResponderEliminarGracias por acompañarme!!
Besos
Magnifico relato gastronomico. Una receta fatal preparada con premeditacion y alevosia. Quien quiere estar encerrada en un castillo de oro y plata, si no existe la libertad y la complacencia mutua.
ResponderEliminarBso
Aunque la muerte es lo mas seguro que tenemos, déjame decirte que esta debe ser una de las mejores formas de morir...total?? si vamos a morir que no sea con las botas, ni con la ropa puesta...besosoosososososooss...(das miedo eh!! no me invites a comer)
ResponderEliminarUyy mujer perversa y artera la que se vale del veneno!, muy buena preparación de los detalles para el crimen Monica, nos adentras en los acontecimientos futuros!
ResponderEliminarAbrazo fuerte
La comida como arma letal ha sido empleada desde muy antiguo, como muestran los emperadores romanos que fueron enviados al más allá de esa manera, a pesar de contar con "catadores de comidas". Para los que somos glotones, una hermosa manera de morir.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
con qué placer ha planeado los deliciosos pasos hacia la libertad. me divierte la contradicción entre la fina textura del relato con la ruda explosión del final.
ResponderEliminarmuy logrado.