Esta semana Pepe nos convoca con un tema que permite muchas aristas: la soledad (para leer todos los aportes, pasar por su blog)
En este caso, mi inspiración me llevó por un camino cuasi apocalíptico, bastante denso que espero no los llegue a deprimir jejeje.
P.D
Me excuso si no llego a leer todos los textos. Mañana me voy de vacaciones por unos días y no sé si podré visitarlos.
Besos para tod@s!
En este caso, mi inspiración me llevó por un camino cuasi apocalíptico, bastante denso que espero no los llegue a deprimir jejeje.
P.D
Me excuso si no llego a leer todos los textos. Mañana me voy de vacaciones por unos días y no sé si podré visitarlos.
Besos para tod@s!
DE SOLEDADES COLECTIVAS
Bulle la ciudad pese al sopor
sofocante que la envuelve. Y no es por un sol calcinante de verano que el aire
parece asfixiar a la multitud que se zambulle al unísono entre autos y buses
cuando con premisa tele-dirigida el semáforo dictamina el ritmo alternado entre vehículos
y peatones. Algo mucho más artificial infecta el escaso espacio libre que
sobreviene entre el hormigón que se impone metro a metro entre grises y
contaminantes, uniformando los tímidos colores que algunos transeúntes intentan
blandir como ineficaz afirmación de sus individualidades desde sus vestimentas.
Cualquier atisbo de diversidad ha
sido destruido. Resultan una masa informe de voluntades acabadas marchando sin
pensar hacia lo irreparable. Cada ser se intuye diminuto en su identidad pese a
estar rodeado de miles de iguales que caminan en masa hacia un mismo destino. No
se niegan ante la inercia, no se rebelan ni distraen ni despotrican. Sin una ilusión
que los motive, sólo atinan a intentar sobrevivir una jornada más entre
silencios medidos y frustraciones. Nadie sueña, ni se solidariza, ni se siente
acompañado o comprendido por la multitud que los envuelve. La incomunicación
pesa y ahoga tanto como el aire denso que infecta los pulmones. Sin que hayan
sido conscientes de ello, entre todos, como cómplices irresponsables de un
delirio, han culminado por destruir lo que antes pudiera haberlos unido. Falta poco
ya para que la muerte o la vida les resulte más o menos lo mismo.