En diáspora hacia mi interior
me dejo llevar, evocando,
flotando etérea sin tocar
el exterior que envuelve
mi cotidiana materialidad
y viajo, aleteando en vuelo
hacia el pasado
intentando tocar con claridad
aquel recuerdo cálido
que te nombra.
Casi lo consigo.
Pero es ese “casi” que me rompe
otra vez en mil pedazos
y me hace caer pesada
llorando mi tristeza,
mi desconsuelo profundo
ante la arbitrariedad
del arrebato espurio
que nos hizo la suerte
y lloro
-otra vez-
por no encontrarte.
Bello y doloroso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy triste y bello a la vez y es que muchas veces la vida nos deja ese sabor amargo.
ResponderEliminarBesos
nunca se van, siempre estan cerca
ResponderEliminarEs triste cuando quieres recordar algo o alguien y es ese "casi" que no te deja ver el recuerdo en su esencia.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Esos recuerdos que traen tristeza, mejor no recordarlos.
ResponderEliminarIncomprensiblemente nos gusta recordar lo que nos duele, es como intentar reconstruir el daño. Un abrazo
ResponderEliminarAgridulce: esperanzador, triste, humano. A pesar de todo, siempre es mejor sentir y saber lo que se siente, que dar la espalda a nuestra esencia.
ResponderEliminarUn sincero abrazo.
Muy bello Mónica, así es cómo se nos presentan en algunos momentos ciertos recuerdos, ciertas personas.
ResponderEliminarUn abrazo.