LA FLOR
Bajo el noctámbulo vuelo
de suspiros labrados de celos
en un atrio de jardín dormido
implora, una noble flor, clemencia:
no quiere a ser deshojada
-no en esa noche, al menos-
tan bella y profunda noche
con luna cuajada de estrellas.
Se niega la fragante dama
a ser víctima convidada
de cruenta y ritual ofrenda.
Pero otra bella, desolada,
la arranca sin dudas ni mella:
uno a uno quita sus brotes,
poco a poco la deja sin pétalos…
mientras, a modo de ruego
indaga a la flor y al cielo
alternando con dudas y rezos
…”me quiere mucho,
poquito… nada…
no me ama y me mata con ello”
Más flores, en lo de Sindel
La flor que no quiere dejar de serlo y la amada que necesita que le depera el futuro. El mítico me quiere o no me quiere... pero como tu has escrito y quie quiere a esa flor....
ResponderEliminarMuy bella la poesia.
Un beso.
Flores y amores, juntos en tus versos. Una algarabía de sentimientos.
ResponderEliminarNunca entendí a los que deshojan una margarita, para saber de la veracidad o no de un amor.
ResponderEliminarLe quitan la vida a una bella flor y ellos además, al final, siguen desojando sus dudas.
Un abrazo.
Yo he decidido dejar la flor como está, con todos sus pétalos...
ResponderEliminarBesos.
Ay que triste destino de esa bella flor. No me gusta deshojarlas, ni siquiera arrancarlas. Pero el amor lleva a hacer cada cosas!
ResponderEliminarHermoso poema!
Un beso.
Decía la margarita,
ResponderEliminarmientras pétalos perdía,
--que la quiera o no la quiera
a mi, ¿qué me importaría?
para disipar sus dudas,
deshojarlo a él debería...
En este mes tan hermoso te deseo mucho amor Y abundante paz muy dentro de tu corazón.
ResponderEliminarGracias por estar siempre a mi lado, compartiendo mis tristezas y alegrías. Un abrazo cálido desde Venezuela
De Tu amiga
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La flores son muchas veces el instrumento para dialogar con nuestro interior y averiguar lo que nuestro corazón sabe. Sin embargo no somos conscientes del como ser vivo también le estamos infringiendo ese mismo dolor.
ResponderEliminarBesos
Con lo bonito que es dejar la flor en su habitat natural; pero a veces no se puede una aguantar, mal hecho.
ResponderEliminarLo has expresado perfectamente.
Un abrazo
Esa costumbre de deshojar margaritas en procura de una respuesta amorosa... Me ha encantado cómo describiste, tan poéticamente ese dolencia, que sufren sin querer, algunas florecillas. Precioso!
ResponderEliminarBesos y linda primavera Moni!
Gaby*
Pobre flor condenada a muerte sin sentido, cree la enamorada que deshojarla le aclarará sus dudas, no es la flor quien debe responder a sus preguntas.
ResponderEliminarUn beso.
Es que somos tan poco consciente o irresponsables con nuestro hacer... sin darnos cuenta cuánto dolor causamos.
ResponderEliminarUn enfoque verdaderamente humano,el de la flor.
besos
no todas las flores ofrecen la respuesta,
ResponderEliminar.
bonita entrega, saludos
Mirado así, es una salvajada hacer eso con una flor.
ResponderEliminarPrometo no hacerlo más.
Muchos aplausos!
ResponderEliminar:)
Siendo adolescente, he deshojado margaritas y, al mismo tiempo, pedía un deseo.
ResponderEliminarPero nunca se me ha ocurrido deshojar una roaa ¡si te digo que hasta me duele cortar su tallo y ponerlas en un jarrón!
Has escrito un bello poema, no hay duda de ello.
Cariños en el corazón.
Kasioles
La flor que se proteje y la otra que desafortunada debe ser deshojada por alguna enamorada en dudas. Precioso poema.
ResponderEliminarBesos
Precioso y original. Trasmites la angustia de la incertidumbre; si no fuera un simple juego, el dejar al azar de los pétalos la confianza en el amor, sería una crueldad, una muerte lenta.
ResponderEliminarUn abrazo.
La flor como pitonisa del amor. No ha nacido la flor para esa muerte, pero no lo ven así los enamorados que una y otra vez se empeñan en deshojarla en busca de una respuesta que deberían requerir directamente a la persona amada.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.