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A veces el no saber es cálido
refugio.
Inocente o estúpida manera de
preservarse intacto.
Es cierto que la verdad merece ser
siempre la que gane. Al menos en teoría es eso lo que sostenemos.
Pero…¡ay como duelen ciertas
verdades!
Duelen tanto por impensadas, por
cruentas, por mal negadas.
Duelen y trastocan desde el cimiento
lo que con esfuerzo hemos levantamos.
Duelen al punto de no querer seguir.
De preferir negar, siempre negar y rezar porque un milagro llegue y vuelque
hacia atrás esa metástasis.
¡Qué sanador sería poder retroceder en esos trances! ¡qué bendición, aunque egoísta, sería reiniciar hasta
el punto de borrar lo que tanto daña!
Yo, para mí prefiero la verdad, pero dudo estar de acuerdo en transmitirla a terceros, especialmente cuando la herida que deja es mortal de necesidad.
ResponderEliminarUn texto que te deja en alerta.
Besos
La verdad da confianza. Es verdad que a veces preferimos no escucharla, porque duele. Pero a veces no llega a doler mas la mentira, y creo que la mentira contra mas tiempo pase, mas duele.
ResponderEliminarPrefiero una verdad que duela a una mentira piadosa.
Y me han gustado tus palabras. De verdad.
Un beso.
Sin embargo, no se puede. Hay que aprender a vivir hacia adelante. Incluso aunque seas tú el causante del daño. Incluso aunque seas tú el dañado.
ResponderEliminarBesos.
Entiendo que no hay nada mas bello que la verdad y algo bello no debe causar dolor.
ResponderEliminarUn abrazo.
es cierto mi amiga hemos coincidido.
ResponderEliminarTrato de encontrar qué verdad decirte, que te haga bien, que contagie ganas de seguir el camino...
ResponderEliminarbesos
Yo también prefiero la verdad, aunque me duela.
ResponderEliminarEntiendo la verdad como el único camino posible, aunque es cierto que la tentación de atajar con una mentira en ocasiones esté muy latente.
ResponderEliminarUn abrazo.
La verdad querida Neo,en ocasiones puede hacer mucho daño.A veces hay que usare un poco de diplomácia y tacto, para no hacer demasiado mal a personas que no lo merecen.
ResponderEliminarPeroamísiquenome vengan con mentirijillas, que me las huelo a tres leguas.
Un fuerte abrazo