Mirada irredenta…
profunda sorpresa.
Perfume en el aire
e hipnótica huella.
Quietud de un minuto
con brillo de estrellas.
Vibrante contacto
de inciertas certezas.
Presencia envolvente
de diáfano vuelo.
Impase sin nostalgias
ni agujeros por dentro.
Un gesto medido:
susurro en el viento.
Sin previa evidencia,
se miran de frente
y con buena fortuna
de luna se impregnan.
Son dos, de repente,
que salen al ruedo
tentando al destino
que juega con ellos.
La pintura de Gustav Klimt, que tiene su sede permanente en el palacio de Velvedere de Viena, preside tu entrada de hoy y tu texto,que es como siempre, maraviloso.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial y afectuoso
Una poesía redonda y llena de imágenes bellas.
ResponderEliminarHermoso poema... Me gustó de principio a fin. Un beso.
ResponderEliminarMe gustó sumamente. Tal vez en lugar de tentando, habria escrito desafiando. Pero no sé si habria podido escribir lo demas.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Siempre juega. Y gana.
ResponderEliminarme he imaginado un bosque completo, con dos esferas de luz girando por todo el lugar buscándose entre ellos, como dos coquetos angeles, duendes, hadas, almas, que buscan el consuelo de seguir el viento, mientras se observan en su vuelo....
ResponderEliminarme ha gustado, el ritmo es bueno y la rima como en los viejos tiempos :)
gracias Neo por tus palabras
ResponderEliminarhoy las tuyas son pura primavera Frescas y floridas