Sumándome a la propuesta de esta semana que nos deja Mag desde su blog, aporto este relato navideño con mis más sinceros deseos de una muy Feliz Navidad para cada uno de uds y sus respectivas familias.
Para leer todas las historias, dar clic aquí.
NAVIDAD BLANCA
Imaginar lo que debería ser una verdadera
Navidad Blanca, para alguien como ella nacida en latitudes en donde diciembre
suele ostentar temperaturas de más de 32 grados a la sombra, siempre resultó
ser, al menos en su imaginación, lo más cercano a la perfección de una temporada festiva
idealizada desde su niñez. De ahí que cuando se encontró en medio de aquel
paisaje blanquecino de siluetas nevadas y titilantes lucecitas rojas enmarcando
lo que sin dudas parecía ser una acogedora cabaña -con ventanas decoradas con
orlas de muérdagos, piñas silvestres y flores rojas- lejos de provocarle
extrañeza, le resultó de lo más placentero y acogedor. Así que, sin más
cuestionamientos, se dispuso a disfrutar con total regocijo navideño aquel paisaje
invernal maravilloso tan alejado de su cotidianidad. Notando la extrema pesadez de sus brazos y
piernas –sin duda la capa de nieve que lo cubría todo ralentizaba aún más los
movimientos de alguien no acostumbrado a ella- se esforzó en avanzar sin tropiezos
hacia la casita iluminada. La helada dulzura de la noche que atería sus
mejillas le hizo recordar –por contraposición- el calor bochornoso de sus
navidades australes y en aquella comparación, el frio invernal y el paisaje
nevado salieron ganando frente al recuerdo de tanto sudor compartido.
Sintiéndose protagonista privilegiada dentro de una bella postal navideña que
cobraba vida para su disfrute, se vio instalada de repente frente a la
primorosa puertita vidriada que dejaba ver en su interior otra maravillosa estampa
clásica de Season Greetings: junto a
la calidez de una lámpara temblorosa, un hombre joven de aspecto afable y barba
recortada se refugiaba en su lectura junto a una taza de café humeante,
mientras como inequívoco rastro navideño, un pequeño manojo de campanas doradas
con moño rojo lucían su ingenuo esplendor sobre la pared amarillenta de la
pequeña sala. De improviso el hombre de la cabaña tomó nota de que era observado
desde el exterior, y rápidamente se dirigió hacia la puerta vidriada
notablemente sobresaltado por la que resultaba ser su inesperada presencia. La
calidez con la que la recibió superó prontamente su sorpresa y de inmediato
buscó confortarla con palabras que a ella le sonaron ajenas e incongruentes:
despertar inesperado… accidente terrible… coma profundo… fuera de todo
pronóstico… milagro de navidad… Lentamente todo a su alrededor fue cobrando
nueva forma y donde había creído ver un paisaje invernal, descubrió la despojada
esterilidad de cuatro paredes y un piso totalmente blancos en la penumbra de
una sala de cuidados intensivos en la que ella resultaba ser la paciente… la
nieve, sus sábanas… las lucecitas parpadeantes, los indicadores del monitor… la
casita iluminada, la sala de descanso del joven médico de guardia, que matizaba
su noche navideña leyendo cuentos de Dickens y bebiendo de a sorbos el pésimo
café que le ayudaba a mantenerse en pie. Todo eso mientras afuera, la ciudad
agobiada por las altas temperaturas recibía otra Noche Buena con sidras, cohetes
y sudores compartidos… junto a sinceros deseos de paz y amor.
Menudo giro!! No lo he visto venir para nada y me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
jaja gracias por pasar y leer con una inmediatez que me ha sorprendido, Noelia! Un abrazo y muy Feliz Navidad!
ResponderEliminarUn giro impresionante y un relato navideño muy ingenioso donde han ido desfilando todos esos componentes navideños.
ResponderEliminarAprovecho para desearte una muy Feliz Navidad junto a tus seres queridos.
Un fuerte abrazo navideño.
Muy amable Luis. Valoro tus palabras y agradezco tu saludo navideño. Disfruta con tu familia. Un abrazo
Eliminarhay pues 2 navidades, o mejor 2 ambientes de navidad posibles. El cine nos muestra la navidad blanca con trineos, venados y a Papa Noel.... y la realidad es que estando en el trópico.... es impractico estar disfrazado en un abrigo rojo.
ResponderEliminarConoces bien ambos ambientes y los plasmas aqui de modo magistral en tus letras
Totalmente de acuerdo. Aquí con calor, la idealización navideña del entorno nevado resulta muy atractiva aunque incompatible con nuestro clima jeje. Muchas gracias por leer con atención. Un abrazo
EliminarTanta Navidad y tan idealizadamente perfecta, con la sobriedad y sencillez que la describes, tan alejsda de la comercializacion, no podia ser. Contra lo que pudiera prnsarse, era mejor sun. Habia saludo del coma.
ResponderEliminarFelicidades a la sanada
Y muy Feliz Navidad para ti y todos los tuyos , Monica.
Y muchos besoss.
Muchas gracias Gabiliante! Felicidades para vos y tu gente!
EliminarNunca he vivido una Navidad en tu latitud, me resultaría curioso, pero tampoco la Navidad era muy blanca en Belén. En cualquier caso tu relato y el modo de exponerlo es magnífico, abrazos y Felices Fiestas
ResponderEliminarMe alegra que te gustara Ester. Te puedo decir que muchas veces el calor extremo logra aplastar el espíritu navideño jaja. Te deseo una muy feliz Navidad (con el calor adecuado 👍😀)
EliminarHola Moni! Volver a leerte es un regalo. No esperaba ese final, como siempre tus relatos sorprenden. Me encantan tus descripciones y detalles que logran hacerme sentir dentro de la historia. Ojalá pueda pasar más seguido por acá! Un abrazo enorme! Feliz Navidad y que todo mejore prontito.
ResponderEliminarMuchas gracias Kari! No sabes lo contenta que me poner verte nuevamente revoloteando por acá! Muchas gracias por pasar y leer y por los buenos deseos! Espero que tu Navidad también sea muy feliz 😘😘😘
EliminarTrataremos de pasarlo bien, Maricarmen. Igualmente. Muchas gracias por tu cálida compañía. Un abrazo
ResponderEliminarTu cuento me recuerda lo afortunados que somos de poder pasar la Navidad con nuestros seres queridos y la importancia de los sanitarios.
ResponderEliminarUn abrazo y felices fiestas.
Me alegra haber contribuido a ese reconocimiento. Muchas gracias José Antonio. Un abrazo y muy feliz Navidad
EliminarNunca podremso agradecer a los sanitarios su vocación. Es un relato navideño y muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, y felices fiestas
Me alegra que te gustara Albada. Muchísimas gracias por acompañarme en este intercambio de letras y virtualidad. Que tengas una muy feliz Navidad junto a tu familia. Beso grande y gracias otra vez
EliminarOhhhh, no me esperaba ese plot twist del final *.* Al menos despertó, y espero que eso signifique que para las siguientes navidades la protagonista pueda viajar a un lugar que esté verdaderamente nevado.
ResponderEliminarUn besazo, Neo, y Feliz Navidad
Tus relatos me impactan tanto como me gustan, magnifico relato muy bien narrado.
ResponderEliminarFeliz Navidad en tu casa y a todos los demás.
Un fuerte abrazo.
Otro espléndido relato estimada amiga.
ResponderEliminarTe deseo una felices fiestas en compañía de tus seres queridos.
Un abrazo.
Te agradezco y te retribuyo los buenos deseos, Jorge. Un abrazo y muchas gracias por tu cercanía.
EliminarUn cuento primoroso sobre la Navidad y el espíritu navideño, por una parte, un sueño, una ilusión y por otra ese milagro de despertar a la vida, a la realidad, y a pesar de la asepsia, la frialdad del lugar verse recibida con calor humano, paz y amor. Muchas gracias, es un placer leerte, eras mágica.
ResponderEliminarFeliz Navidad, Neo, que pases unos días estupendos con la familia. Besos.
Muy generoso tu comentario, Esther. me alegra que te gustara el cuento. Te agradezco tu optimismo y tus buenos deseos. Un abrazo y muy feliz Navidad junto a los tuyos
EliminarHay cosas que me gustaría saber, como, dónde fue concebido ese cuento, en que paisaje y que etapa de la vida?... pero rompería la magia...
ResponderEliminarHoy sólo viviré en ese cuento.
Si te refieres a cuándo se me ocurrió, te diré que es actual, y estoy en mí madurez jeje. Al personaje lo imaginé como una chica joven. Gracias por leer, Gustab. Un abrazo y muchas felicidades
EliminarMagistral, en mi caso pasé bastantes navidades australes y sentí y todo lo que ibas narrando, inmersa en esos recuerdos de noche de verano y luego piensas en un viaje al invierno y el cambio que eso significa.
ResponderEliminarY ese final, uf, qué fuerte, impresionante, porque es una realidad también y tú estilo de rescatar en el drama lo mejor de cualquier situación.
Triste, pero hermoso.
Felicidades Mónica y gracias por tantos detalles que regalas durante el año a todos, las imágenes, las excelentes convocatorias y tú sensibilidad.
Muy amable Luz, me alegra sentir que los amigos se sienten tentados de participar en mis convocatorias. Un abrazo y muchas gracias por tus buenos deseos. Feliz Navidad igualmente para vos.
EliminarUn bello sueño, pero con un más bello despertar aún. Sí, yo siempre he sufrido el calor intenso que tenemos por estos lados en Nochebuena, en comparación con la imagen que nos vendieron de una Navidad helada y blanca. Me gustó mucho la transición del sueño a la realidad del hospital. Bello relato. Muy feliz Navidad.
ResponderEliminarQuienes habitamos aquí en el sur sabemos lo qué es padecer calores en épocas de festejos y comilonas, jaja. Me alegra que te gustara el relato, Cyn. Muchísimas gracias por tu atenta lectura. Un abrazo y muy feliz Navidad!
EliminarSus viajes le crean un estado de bien estas y un giro inesperado en ese final.
ResponderEliminarUn placer leerte
Beso
Supongo que la mente maneja el timón de nuestro equilibrio físico, de ahí que la voluntad importa mucho a la hora de acercarse a la recuperación. Me alegra que te gustara el relato. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención Charly
EliminarNo es un mal sueño ni una mala ensoñación cuando una puede estar inmersa en la convalecencia de una enfermedad o cuando el juego de la vida y de la muerte anda tentando al alma.
ResponderEliminarHas hecho un giro inesperado para cerrar el texto pero has descrito toda la magia que da cuando se puede estar cerca del último latido o de la última bocanada de aire fresco.
Se sintió aliviada mientras lo revivía su mente. Un viaje maravilloso que no olvidará.
Muchísimas gracias por tu participación una vez más.
Cuídate mucho y besos enormes.
Celebro que te gustara el relato. Me pone contenta haber podido participar de tu convocatoria, más todavía saber que ha sorprendido el giro del final, cosa que siempre busco. Muchas gracias MAG por tu tiempo y dedicación para conducirnos. Un fuerte abrazo y muy feliz conclusión de año
EliminarUn sorprendente giro argumental. Aunque la nieve no era real, había algo que lo era. El médico residente, que estaba pendiente de su recuperación.
ResponderEliminarBien contado. Un abrazo.
Me gusta haber podido sorprender con el final Demiurgo. Me alegra que te gustara. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención.
Eliminar