Sumándome a la propuesta de Molí, aporto el siguiente texto que, espero, les guste. Dar clic aquí para leer todos los relatos jueveros.
EL ÚLTIMO VERANO
Entre la selecta tripulación
estaba ella. Elegida entre cientos de postulantes fue seleccionada para
integrar la primera avanzada colonizadora en Marte: un puñado de valientes con
impecables antecedentes, física y psicológicamente óptimos, capacitados
específicamente para una misión extraordinaria de la que, sabían, no habría
retorno.
Con la firme decisión de estar
entre los primeros terrestres poblando las instalaciones recientemente emplazadas
en el planeta rojo, su vida -de ahora en más- se desarrollaría
totalmente lejos del planeta que la viera nacer y del que ella intentaba
despegarse sin mayores resquemores, nostalgias ni resentimientos. Por no tener
familia ni amigos cercanos de quienes despedirse, estaba entre los prospectos
con más posibilidades de alcanzar una adaptación exitosa y esa expectativa la
llenaba de responsabilidad y orgullo.
Dentro del plan que se les había
trazado en los últimos meses de capacitación estaba incluido un largo viaje al lugar
que cada futuro colono eligiera, planteado como significativa despedida del
mundo terrestre al que ya nunca regresarían.
Pese a no tener algún deseo o
vínculo especial con el sitio, ella eligió una playa solitaria. Inquieta por
naturaleza, se le ocurrió pensar que transitar casi en soledad su último verano
terrestre, sin más actividad que tomar sol y zambullirse en el mar, terminaría
por aburrirla, de esa manera la estrategia para no arrepentirse de su futuro marciano
estaba asegurada.
Lejos de lo que se había
imaginado, aquel sitio de ensueños la maravilló desde su llegada. No sólo el
paisaje le resultó de una belleza inconcebible, también así le resultaron los
pocos pobladores que lo habitaban: cálidos, amables, sencillos, solidarios. Se
sintió la más feliz de las personas, colmados sus deseos y sentidos por toda la
fuerza y belleza de la gente y de la Naturaleza que tan bien la habían
recibido.
La última semana de su
paradisiaca estadía sucedió algo imprevisto: un nuevo visitante llegó a la isla,
tan interesante y atractivo como ningún hombre antes le había resultado. Pensando
que esa sería una maravillosa forma de despedirse de la vida terrestre, se
permitió la locura de enamorarse.
Craso error. Hoy, cuando el
verano y su estadía ya culminan, ella, mirándose en los ojos de él, no halla la
forma de contarle que ya no tiene vuelta atrás su inminente destino.
Un viaje sin retorno, de un lugar que parece al menos de primara impresión la maravilla de los mundos. Una decisión que de ser algún día real habrá que tomarla con mucha cabeza. Un placer leerte Neo. Besos y zarzosos para toda la semana.
ResponderEliminarMe imagino que plantearse cualquier viaje con la certeza de no poder volver NUNCA debe ser sumamente difícil de tomar. El hecho de que el viaje sin retorno sea hacia otro planeta me resulta inimaginable, poco menos que un suicidio. Pero imagino que habrá gente dispuesta a hacerlo...muchas gracias por pasar y leer Campi. Un abrazo
EliminarPero puede llamar a la NASA y decir que se va a retrasar unos años, no?
ResponderEliminarY fugarse?
No a marte, con el amante...
Bueno, la decisión ya la había tomado antes. Aquí viene cuando una se plantea si tiene que sacrificar su vida, por el bien de la humanidad, o a la humanidad la pueden zurcir.
También si es sacrificar su vida, o tan solo tres o cuatro años que le durará el amor. O si ni siquiera eso , porque igual entre esos astronautas tan sicológicamente equilibrados (como ella), no habrá también alguna posibilidad.
Bueno muchas cuestiones que al final te dejan en el camino de inicio, vale la pena?
Besosss monica
Jeje me quedo meditando sobre todas las posibles alternativas que planteas, Gabiliante. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarY yo esperando que ella se quedara en tierra...Se ve que los atractivos -y repulsivos- de Tierra siguen siendo apasionantes. Los de Marte, muy inciertos. Me gustó.
ResponderEliminarSeguro que lo son, Fackel. Yo no podría tomar una decisión tan radical. El "nunca más retorno" me aniquila la voluntad aventurera. Me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarMe gustó tu relato, como un futuro viaje a Marte afecta a las emociones.
ResponderEliminarTal vez haya sido un error ese romance, un tiempo antes de un viaje que no puede eludir, ya se comprometió con eso. Pero tal vez hubiera sido un error evitar ese romance. Tal vez se habría arrepentido de no vivir esa experiencia. Y tampoco hubiera podido volver atrás, en ese caso.
Un abraoz.
Esos tal vez nos condicionan el aquí y ahora. Imaginemos el mañana en Marte. Ni pensarlo! Un abrazo Demiurgo. Muchas gracias por leer y comentar
Eliminar
ResponderEliminar¡Ojú! Nos traes un buen manojo de posibilidades, no si al final, Marte será como pasear por la calle Sierpes, jeeeeee
Buen e imaginativo relato.
Un beso.
Muchas gracias Maricarmen. Me alegra que te resultará imaginativo. Un abrazo
EliminarEl amor es poderoso y el corazón a veces decide por si mismo. Una historia muy bien armada con ese punto actual de los viajes organizados fuera de nuestro planeta
ResponderEliminar¿Has leído Tierra de Eloy Moreno?
Abrazos.
Un grave error de cálculo, una última semana de un último verano en la tierra y enamorada sin solución alternativa.
ResponderEliminarUn relato de ciencia ficción,de una persona desarraigada en busca de otros mundos que se encuentra atrapada en su decisión.Y es que el amor llega cuando menos te lo esperas.
Un placer pasar por aquí.
Un abrazo.
Me alegra que te gustara el relato jode Luis. Agradezco tu atenta lectura. Un abrazo
EliminarMaravillosa locura la de enamorarse en aquella isla paradisíaca.
ResponderEliminarMe ha encantado ese mirarse en los ojos de él.
Muy bonito y ensoñador relato.
Besos.
Muchas gracias María. Me pone contenta que te haya gustado la historia. Un fuerte abrazo
EliminarEsos amores eternos de un verano...
ResponderEliminarJeje. Tal cual. Muchas gracias por pasar y leer, Pedro. Un abrazo
EliminarMarte....bueno conquistar ese planeta requerira ciertos sacrificios. Quizas con el tiempo ella consiga volver. O quizas consiga un nuevo amor bajo las arenas rojas.
ResponderEliminarTodo puede ser José. Por ahora quedará triste... 😀😏. Un abrazo y muchas gracias por leer
EliminarEs que no se pueden tomar decisiones tan trascendentales, porque el destino siempre nos guarda sorpresas.... Precioso relato, gracias por participar. Besos.
ResponderEliminarMe alegra que te gustara. Fue un gusto poder sumarme Molí. Un beso
EliminarEs evidente que nada en la vida puede establecerse como objetivo fijo, pues la incógnita a despejar en esta caprichosa ecuación, no es otra que el puro azar del destino.
ResponderEliminarOtro nuevo aporte literario magnífico.
Un abrazo.
Me alegra que coincidamos y que te haya gustado el relato. Muchas gracias Jorge. Un abrazo
EliminarJaja eres de las mías, Maricarmen! Eso del "no retorno" no va con nosotras! Pensar en asumir planes tan radicales que implican dejar de ver el mundo en el que se ha nacido, pleno de cosas bellas como las que tiene nuestro planeta, por mas que se lo haga en nombre del avance de la ciencia y la humanidad, no me convence mucho que digamos 🤨😀. Te agradezco por leer con atención. Un abrazo
ResponderEliminarMuy bueno, esa estancia en la playa desierta...acabó con unos planes muy estructurados. El amor es así :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Tal cual. Esa es su mayor magia. Me alegra que te gustara. Un abrazo y muchas gracias por leer, Albada
Eliminarjajaja y es que así son los enamoramientos o el amor que nos rompen todos los esquemas. Esperemos el no retorno sea de las vacaciones. Un abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarEs así, el enamoramiento sucede sin aviso y sin buscarlo. En caso de hallarlo, vale la pena ignorarlo? Jeje... No me gustaría pasar por la decisión de la protagonista. un abrazo y muchas gracias por leer con atención, Esther
EliminarTodo se sucede cuando menos lo esperas y lo que creías lo mejor, resulta que no lo es tanto. Un bonito relato, Neo
ResponderEliminarAbrazo
Muchas gracias mujer de Negro. Me alegra que te gustara. Hasta cada rato!
Eliminareligió bien ? creo que si, ella que buscaba la monotonía como recuerdo se encontró con un lugar que la marcó que llenó su alma de belleza y plenitud rematada con un amor siempre deseado.
ResponderEliminarUn abrazo
Esos chistes suele hacernos el destino, Rodolfo, para recordarnos que no somos sólo nosotros quienes decidimos el camino. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención
EliminarMe encanta tu relato Neo, un viaje sin retorno, habría que pensárselo mucho.
ResponderEliminarBesos 🌹
Yo no podría jaja. Muchas gracias Dakota. Un abrazo
EliminarEs que el amor, cuando cae, trastoca todo. A que s e lo lleva a Marte :-)
ResponderEliminarMe has alegrado el día con tu relato, Mónica.
Lamentablemente, no pude sumarme esta semana pasada.
Besotes
Me alegra haberlo conseguido Myriam. Un fuerte abrazo y muchas gracias por hacerte tiempo para pasar y leer.
Eliminar