Siguiendo la propuesta juevera de esa semana de la mano de Mag, nos metemos en el mundo de la mitología imaginando un encuentro con algún ser mitológico. Me he decantado con la Esfinge, curioso monstruo inmortalizado de distintas maneras. Para leer todos los aportes, dar clic aquí.
Cuentan que la Esfinge es un
monstruo con cuerpo de león, rostro y busto de mujer que asoma detrás de un par
de fuertes alas emplumadas. Un monstruo que acecha a los desprevenidos que se
aventuran por los caminos escarpados que conducen a Tebas. Cuentan, además, que
es maléfica y cruel su revancha para con quienes no logran responder sus
enigmas. Dicen, que los trozos de sus
víctimas han quedado esparcidos a la vista de todos, como advertencia de su ira
que no sabe de indulgencias.
Dicen, todos dicen, pero en
realidad son muy pocos quienes han logrado verla de cerca. Suponen que llegó
enviada desde la lejana Etiopía para sembrar el terror en nuestros campos, en
castigo por alguna afrenta espuria que nuestros reyes cometieron contra los
dioses. Pero en realidad, nadie sabe nada con certeza. Tan sólo yo, que la he
visto distendida luego de haber atacado -implacable- recordando a todos lo
sangriento de su asedio.
Yo, miserable mendigo sin nombre
más que el que me digo a mi mismo, la conozco desde hace tiempo. Ella, hija
ilegítima del mismo rey que ahora tanto le teme, fue arrojada al poco tiempo de
nacer, debido a su deformidad, al mismo páramo en donde yo solía guarecerme. Y
en medio de la soledad y el desamparo la vi crecer, desproporcionada y enana,
alimentando su odio y su venganza desde que fue expulsada.
Alguna vez, cuando ya todos la
habían olvidado, se cruzó entre los riscos con una leona salvaje enferma de los
ojos. Bien dicen que las bestias entre ellas se entienden, porque al poco
tiempo ambas desahuciadas descubrieron que se complementaban: una aportando su
fuerza y destreza, la otra como guía y ojos del animal minusválido, montándolo
en sus cacerías.
No pasó mucho tiempo hasta que la
bastarda despreciada perfeccionó su plan de venganza contra la ignominia de su
padre. Engarzando en torno a sus hombros las enormes alas de un águila
capturada durante sus persecuciones, en forma subrepticia se las ingenió para
ocultar sus pequeñas piernas y brazos de la vista de los curiosos y
embadurnadas ambas –amazona y leona- con la tierra y el polvo de los riscos que
frecuentaban, se encaramaron las dos, como un sólo monstruo, acechando a los
aldeanos pretendiendo ser castigo de dioses vengativos. El detalle de plantear enigmas para ofrecer su
rendición ante los que llegan inútilmente para enfrentarla, ha dado hasta ahora
buen resultado: le agrega al mito más inquietud para quienes buscan, infructuosamente,
congraciarse con un rey cada vez más acobardado.
Ahora ha llegado hasta ella un
joven intrépido que se dispone a dar batalla resolviendo uno de sus encriptados
acertijos. Dice llamarse Edipo. Se lo ve bien plantado. Veremos cómo responde…
Triunfal respondió y salvó a Tebas de la condena de aquella atormentadora esfinge.
ResponderEliminarCuriosa y original manera de describir a la esfinge con tu creatividad...
Un abrazo
Muchas gracias por lo de original, Volarela. Siempre lo intento. Un abrazo
EliminarQué buena versión, Mónica. Impoluta e interesante. Me ha encantado.
ResponderEliminarAbrazo grande, y muy feliz día 💙
Te agradezco mucho Ginebra. Un fuerte abrazo
EliminarUna versión de la Esfinge que aclara, pero nos deja imaginar.
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo
Me alegra que te gustara Albada. Muchísimas gracias. Un abrazo
EliminarSimpatía por el ser extraño, aunque peligroso.
ResponderEliminarUn buen recurso, para plantear una ficción mítica.
Un abrazo.
Siempre pensé que esas leyendas originalmente habrán tenido como fuente un hecho real que le dio sustento. Después vinieron las deformaciones y los condimentos que cada quien aportó hasta crearse el mito. Gracias Demiurgo
EliminarMe has tenido pegada a la pantalla a ver qué era lo que ocurría. Nos has contado una bella historia donde la deformidad hizo grande y temible para otros. Gracias Neo por este mítico relato. Un fuerte abrazo .
ResponderEliminarTe agradezco por leerlo con atención Campi. Un fuerte abrazo
EliminarHala, qué aportación de tu parte a la mitología griega. O a las mitologías, porque aquellas tenían tantas versiones...Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarTe agradezco Fackel. Valoro mucho tu comentario. Como le decía al Demiurgo, siempre se me ha dado por imaginar el posible origen de estas leyendas que logran traspasar el tiempo. Pudiera ser que los monstruos no hayan sido lo que pensamos 😉. Un abrazo
Eliminar¡Qué manera más chula de presentar la historia, Moni! Has hablado de la minusvalía, de la pérdida, aunque sea en plan vengativo, para hacer fuerza entre dos seres desterrados de la sociedad.
ResponderEliminarJuntas lucharon, juntas conquistaron, pero la venganza ciega, como pasó al final, y pasó lo que pasó... pero, Edipo, ¿puede ser quien narra la historia? Podría ser porque anda que no fue desdichada la vida del pobre hombre.
Millones de gracias por tan singular aportación. A mí, me ha encantado y la he disfrutado, en serio, Moni.
Un beso enorme.
Que gentil de tu parte Mag! Me alegra y me motivan tus palabras! Muchísimas gracias. Es un gusto poder sumarme a este tipo de propuestas que apuestan a la creatividad. Un fuerte abrazo
EliminarLos monstruos fueron lo que el imaginario popular quiso que fueran. Y los dioses, y los héroes, y las situaciones épicas...
ResponderEliminarTal cual. Creaciones a partir de nuestros miedos y deseos.
EliminarUn repaso a la historia desde la mirada de los dioses, la mitología da para mucho si se conoce y se sabe escribir como tu. Un abrazo
ResponderEliminarIntenté mirarla desde alguien bien terrenal que conoce el secreto de lo que otros llaman monstruo. Gracias Ester por tu visita y comentario. Un beso
Eliminar" El Hombre..." fue la respuesta de Edito a la pregunta de la Esfinge que terminó sus días arrojándose por un precipicio. Tuvo que ser un ser con complejo de su propio nombre el que acabara con el terrorífico ente.
ResponderEliminarNos has llevado en tu historia bien documentada a una de las leyendas más apasionarte. Gracias
Un abrazo
Me alegra que te gustara Rodolfo. Hice un intento para humanizar a ese monstruo. Un abrazo
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ResponderEliminarNos abres la imaginación pensando cómo acabará con Edipo.
Un fantástico relato te quedó
Un placer leerte
Beso
Te agradezco Charly. Siempre apunto a que la imaginación participe de la narración. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
EliminarEdipo resuelve el enigma, pero lo que viene detrás es una verdadera "tragedia griega".
ResponderEliminarPrecioso relato.
Besos.
Así es Juan. No sabe el pobre lo qué le espera... gracias por acompañarme. Un fuerte abrazo y me alegra que te haya gustado el relato
ResponderEliminarEsta versión tuya del mito de la Esfinge y Edipo me ha resultado más interesante que otras más intiguas que conocía. Especialmente, me gustó tu forma de ensamblar la esfingie, cuya unión hace a su fuerza.
ResponderEliminarBesos, Mónica
Te agradezco mucho tus palabras Myriam. Viniendo de todo una experta, me llenan doblemente de orgullo 😁. Un beso grande y gracias por tu constante compañía
ResponderEliminarInteresante historia con ese final abierto que da pie a la continuación real pero que podeos adornar con la imaginación.
ResponderEliminarUn abrazo Neo.
Siempre la imaginación liderando las mejores batallas jeje😁 gracias Tracy por pasar y leer
EliminarUna historia llena de verdades, la mitoligía esconde en sus relatos llenos de fantasias trozos de nuestra Historia...quizá eso nos ayuda a comprender mejor nuestros actos. Preciosa fusión entre la Efigie y Edipo.
ResponderEliminarAbrazos Neo.
Muchas gracias Lucía. Me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarEl tiempo perfecciona la venganza y la pondera. Me gustó, Neogéminis
ResponderEliminarAbrazo
Me alegra que te gustara Mujer de Negro. Muchísimas gracias x pasar y leer
EliminarEn este final está la clave del mito, sin duda alguna.
ResponderEliminarBesos.
En su respuesta se definirá no sólo el destino de la Esfinge sino también el del propio Edipo, que sufrirá en carne propia lo dramático de la tragedia griega 😁 muchísimas gracias Pedro por tu visita y comentario. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarY es que la unión hace la fuerza... Bonita historia y muy bien contada. Besos.
ResponderEliminarSeguro! más que monstruo se trataba de la conjunción de dos marginadas!... jeje gracias por pasar y leer, Moli. Un beso
ResponderEliminarvaya historia has montado (igual que has montado a la esfinge por partes). Has racionalizado, no dejando de ser un relato fantastico, el origen de la esfinge , montndo toda uan historia alrededor, y nos has dejado a los pies de lo conocido. toda uan precuela del mito conocido
ResponderEliminarbrava. me ha encantado el derroche de creatividad
besosss moni
Te agradezco muchísimo tu pormenorizado comentario Gabiliante. Un fuerte abrazo
EliminarNos cuentas una preciosa leyenda que nos mantienes en vilo hasta el final del relato, Neo, muy buena tu aportación.
ResponderEliminarBesos.
Te agradezco María me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarQué gran relato amiga. Tú capacidad para crear la atmósfera ideal es maravillosa, y resumes tanto en tan poco espacio que enseguida uno se mete en tu mundo imaginario y puede llegar a ver y casi tocar a esa esfinge.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte.
Una abrazo.
Qué amable de tu parte Jorge! Valoró mucho tu comentario porque sé que viene luego de una atenta lectura. Me halaga y me estimula. Muchísimas gracias. Un fuerte abrazo
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