Esta semana es Dorotea quien nos propone escribir sobre nuestra preferencia de una hora del día. Mi texto es totalmente ficcionado, como se darán cuenta, y no responde a mi persona, jejee. Espero les guste. Para leer todos los textos participantes, dar clic aquí.
LA MEJOR HORA
Desde que recuerdan, ambos vienen
discutiendo apasionadamente sobre el mismo tema. Se puede decir que debatir sobre
cuál momento del día es el más apto para soltar la creatividad, es el principal
motivo por el que puntualmente cada tarde ellos se reúnen en el mismo banco
frente al mar para contarse los últimos acontecimientos que cada quien llevara
a cabo, intentando reforzar su particular punto de vista. Ambos, totalmente
seguros de la solidez de sus respectivos postulados, narran al otro lo ocurrido
el día previo, totalmente libres de mentiras o forzados argumentos. Cuentan sus
respectivas hazañas con la firme convicción de quien cree tener la razón, detallando
los hechos con sincero apego a la verdad, sin exageraciones ni disimulos.
Para Franco, desde siempre y por
razones que mucho tienen que ver con los hábitos tempraneros adquiridos en el
campo, el mejor momento del día para hacerlo, es durante las primeras horas de
la mañana, cuando el sol despunta en el horizonte y los colores que adquieren
las cosas otorga a lo cotidiano un hálito de irrealidad que le ayuda a
alimentar sus quimeras. Son pocos los incautos que a esa hora caminan por las
calles todavía dormidas y casi nulos los sonidos que interrumpen la macilenta
melancolía que lo embarga en esas horas, cuando los filtros que retienen
habitualmente su verdadera personalidad caen, evocando recuerdos de su pasado.
Ávido, intenso, desinhibido. Fluye entonces su sangre sin barreras y un impulso
frenético nace de lo más íntimo de su ser arrojándolo al reencuentro del placer
que le deparan esas matinales incursiones sorpresivas.
Para Vladimir, en cambio, quizás
potenciado por sus antecedentes caucásicos, el mejor momento para salir a
realizar sus fantasías resulta la noche.
Oscura, misteriosa y sosegada. Enmarcados sus instintos por la luminosidad
fantasmal de la luna llega a sentirse un vampiro, un maléfico ser lanzado en la
oscuridad de las tinieblas masacrando a los trasnochados juerguistas desprevenidos
que juegan con el azar irreflexivamente,
sin medir los potenciales peligros que les acechan fuera del cobijo de sus pudorosos
hogares.
Pese a la solidez de ambas
argumentaciones y los sobrados ejemplos que cada quien tiene para narrar, cada
uno aún insiste con lo suyo, defendiendo con orgullo y convicción su particular
modus operandi.
Dejamos en conclusión que, la mejor hora es la que se acomoda a cada uno de nosotros.
ResponderEliminarComo siempre, un relato muy bueno, Neo
Abrazos
Muchas gracias por tu amable comentario Ame. Me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarMenuda tertulia de dos con ideas tan dispares y plena tolerancia de que el otro no opine igual. Me apunto al grupo madrugador de Franco porque el sol naciente da un halo de irrealidad a muchos objetos cotidianos... Para mí al menos. Gracias por participar y por facilitarme el acceso a Gustavo. Un abrazo
ResponderEliminarLa necesidad de saber escuchar y respetar a quien opina diferente se aprecia en diferentes ámbitos jeje. Un placer sumarme a tu propuesta Dorotea y haber podido ayudar con el enlace de Gustavo. Un abrazo y gracias por tu comentario
EliminarMe gusto mucho tu planteamiento pq ambos se respetan y cada uno defiende con argumentos su mejor hora del día .. Las dos muy loables y lo mejor ese banco donde cada tarde se reúnen ..
ResponderEliminarUn abrazo Neo y feliz viernes.
No se si se entendió bien pero el hecho de q respeten sus diferentes puntos de vista pese a lo detestable de sus instintos criminales se valora con ironía jeje. Muchas gracias por tu comentario Campi. Un abrazo
EliminarQue bella propuesta , la mejor hora es esa que se hace magia ante las pupilas
ResponderEliminaral menos esa es la mia
Tu texto muy acorde y bello
Un abrazo
Más que bello irónico diría yo, jeje. Al menos es fue mi intención. Gracias por tu comentario Precious
EliminarDeducimos que no hay una mejor hora, que cada uno tiene la suya, si hacemos una encuesta habría un empate. Y cualquier hora, todas son buenas para el respeto y el debate conciliador. Un abrazuco
ResponderEliminarAún dentro de los más detestables círculos diría yo. Jaja. No se si fue comprendido el cariz irónico de la trama pero bueno. Me alegra que te gustara. Un abrazo Ester.
EliminarEl momento preciso es aquel en el que la sensibilidad y la pasión ordenan.
ResponderEliminarBesos.
Cada quien define cual le gusta más. Gracias Juan. Un abrazo
EliminarMoraleja: Tolerancia y respeto pro las opiniones ajenas.
ResponderEliminarAdemás cada ser humano tiene sus gustos y preferencias.
El mundo sería extremadamente aburrido si todos fuéramos
patéticos clones grises.
Besos, Mónica.
Tal cual. Muchas gracias Myriam. Un abrazo
EliminarNunca hay porqué elegir, cada cual es cada quien.
ResponderEliminarY tiene derecho a sus preferencias... Gracias Tracy! :-)
EliminarLas musas no tiene horarios, por eso cada quien, en este caso con enconadas defensas de su elección, pueden seguir discutiendo día tras día sobre la mejor hora para crear :-)
ResponderEliminarMuy bien llevado. Un abrazo grande.
Aunque la creatividad este encarada como en este caso hacia actividades non santas jej. Gracias Albada. Un abrazo
EliminarQué buena está esta entrada, en la que dos polos opuestos defienden sus gustos, a mí me parece que todo tiene su encanto, porque la vida es dual. Pueden ser bellos momentos e inspiradores durante el día como durante la noche. Pero cada uno elige los suyos.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato juevero.
Un beso enorme.
Muchas gracias por tu comentario María. Un abrazo.
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ResponderEliminarBueno, las musas trabajan sin horarios ni días. Magnifica entrada, enhorabuena,
Abrazo.
Gracias Mari Carmen. Un abrazo
Eliminar¿Y qué es lo que hacen a esa hora? Leyendo la argumentación de Vladimir he pensado en actos que no estarían muy bien vistos por los que no bebemos sangre, pero no sé, tal vez sea mi imaginación.
ResponderEliminarMuy buen contraste que reafirma una frase que se dice por Aragón: cada uno es cada uno, o lo que dijo el torero "hay gente para todo".
Un abrazo.
Buena intuicion Juan Carlos, hasta ahora fuiste el unico que notazte que ambos debayen sobre qué momento del dia es mejor para atacar a sus victimas! Los detalles es abrosos de cada estilo, escapa a este escrito. Muchas gracias, sobre todo, por leer con atención. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarNotaste, quise poner jeje
ResponderEliminarSe filtró una z :-)
ResponderEliminarCaramba con la "creatividad" de estos dos. No me gustaría cruzarmelos ni de noche
ResponderEliminarni de dia porque lo que para ellos es su mejor hora del día, para mi sería la peor y última...
Muy bueno, Mónica.
Bss.
Jeje muchas gracias Mar! Un fuerte abrazo y muy buena semana
EliminarMi mejor hora es cuando estoy bien despierto. Con los sentidos bien agudos.
ResponderEliminarSaludos
Gracias x pasar Alonso. 😊
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