viernes, 30 de noviembre de 2018

AMPLIANDO EL PLAZO

Hola a tod@s! 

les comunico que espero el envío de sus fotos para la confección de la tarjeta navideña hasta el lunes próximo. 
Después ya me pongo a definir los últimos detalles y el 8 de diciembre subiré las tarjetas ya confeccionadas. 
No se demoren! 
L@s espero.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

ESTE JUEVES, UN RELATO: HISTORIAS EN BLANCO Y NEGRO

Esta semana es la amiga Inma quien, desde su blog nos propone armar historias a partir de unas viejas fotografías que nos deja como fuente de inspiración. Yo he seleccionado ésta, que me ha hecho imaginar el siguiente relato. Para leer todos los textos participantes de la convocatoria, dar clic aquí.








HISTORIAS EN BLANCO Y NEGRO

Amparo y Victoria son amigas desde siempre. Vinieron a la vida apenas con unos días de diferencia. Recorren las mismas calles. Van a la misma escuela. La casa de una justo frente a la de la otra. Sus padres son amigos también, con historias casi idénticas. Todos, parte de esta tierra que se extiende desde lo alto de la montaña hasta allá abajo, junto al río, que en primavera crece derramándose hacia los campos lindantes.

Las dos tenían una vida bella, simple y llana hasta que la guerra estalló. Por orden de vaya a saber quién, allá lejos -quizá en la Capital- los odios entre bandos desbordaron como bien lo hace el río y por alguna razón que se escapa a sus mentes inocentes, la sangre y la sinrazón invadió su pequeña ciudad extendiéndose como enfermedad pestilente. Hoy todo es polvo y escombro, hambre y dolor, angustia cotidiana que se filtra aún en sus juegos infantiles. Para alejar a la muerte ellas hacen lo que pueden, se esfuman de la impiadosa realidad atada la una a la otra con gesto instintivo: la más alta, Amparo, abraza a la otra en señal de protección pese a que el miedo hiela su sangre tanto como la de su amiga, que siente que en realidad es cobijo lo que la otra busca y lo halla, en la tibieza de sus propias manos que la toman de inmediato. Como ahora que la campana de la iglesia da el alerta, anunciando lo que las dos más temen.

Como cruentas aves de rapiña las siluetas de los aviones enemigos sobrevuelan las calles cenicientas anunciando el terror de lo que sobrevendrá en breve: estruendo y metralla, gritos y terror, derrumbes y humos oscureciendo hasta el sol que se arrepiente de salir y contemplar tanta desgracia. Mientras aguardan refugiadas en la desembocadura de un desagüe, Amparo y Victoria se toman fuertemente de las manos invocando a Dios, a la Virgen y a las hadas de los cuentos para que las protejan. De ser posible, piden que las eleven en un rapto mágico hasta otro sitio, hasta que todo aquello acabe. 

Entrecierran ambas sus ojos, murmurando a dos voces sus plegarias, deseando con todo el corazón que alguna vez la vida sea otra cosa. De repente el bombardeo acaba. No pueden decir cuánto duró: el tiempo cobra otra dimensión cuando se está aterrado.

Ahora sólo los ecos de la muerte quedan suspendidos en el aire. Amparo y Victoria, aún temerosas, se animan al fin a salir de su precario refugio. Instintivamente miran hacia el cielo. Las nubes negras se disipan. Una de las niñas deja asomar una leve sonrisa. La otra observa con incredulidad la luminosidad del sol que reaparece. Sostenidas en su eterno abrazo celebran sin palabras por el sólo hecho de estar vivas. Juntas… y resignadas a sólo poder soñar una realidad bien distinta, colmada de cielos azules, campos verdes y un mundo sin muertes.   

P.d

recuerden que espero por sus fotos para la tarjeta navideña hasta el 30 de noviembre.

jueves, 22 de noviembre de 2018

ESTE JUEVES UN RELATO: EL VIAJE DE SU VIDA

Esta semana nos conduce Alberto y nos propone hablar de los viajes determinantes en la vida. Para leer todos los relatos, pasar por su blog. 
Les reitero la invitación para sumarse a la tarjeta navideña de este año. Sólo deben hacerme llegar su foto (retrato a color actualizado) con el link de su blog a mi correo moni_fr_123@hotmail.com. Los espero hasta el 30 de noviembre. 
Saludos para tod@s




EL VIAJE DE SU VIDA

Había deseado aquel viaje como quien acaricia el sueño de la concreción de un amor imposible. Con grandes expectativas ahorró y ahorró restringiéndose en sus gastos cotidianos por años, pese a las burlas de sus amigos que lo veían cada vez más ensimismado en aquel faraónico proyecto, tan alejado de la realidad de sus limitados bolsillos.

Pero al fin, cuando ya nadie más que él se lo esperaba, terminó con mucho esfuerzo de juntar el dinero necesario, llegando incluso a vender sus pocas pertenencias de valor. Por supuesto más allá de lo monetario un viaje semejante implicaba también grandes preparativos en la logística: preparar los documentos, considerar la temporada más favorable, evaluar los imprevistos, afinar los detalles, disminuir los riesgos de las rutas trazadas… en fin, prevenir todas las implicancias de la larga y dificultosa travesía, y en ese sentido se sentía más que resguardado.

Cuando al fin consideró que estaba todo listo, partió con el corazón hinchado de alegría, buscando alejarse cuanto antes de todo lo que detestaba: barullo, trajín, hipocresías varias. Todo aquello que la vida en sociedad implica y que por tanto tiempo soñó erradicar de su mundo.

Al comienzo todo fue según lo previsto: la embarcación desplazándose sin dificultades por el mar sereno, el clima propicio, las comunicaciones fluidas, la ruta sin complicaciones. Todo tal cual lo había imaginado, y esa sensación de manejar los imponderables con tanta maestría lo llenaba de gozo y alimentaba su ego –habitualmente bastante moderado y falto de autoestima- Pensar en sus conocidos allá lejos -alienados en la pesadez de sus vidas chatas y él en cambio, tan libre, sin más brújula que su propia voluntad- lo enorgullecía al punto de mantenerle dibujada una gran sonrisa mientras perdía la vista en la lejanía.

Pasaron los primeros meses, deteniéndose apenas en algún puerto para reabastecerse. Si bien el espíritu aventurero seguía guiando su travesía, la necesidad de contacto humano, de recordar a sus afectos, fue haciéndole reconsiderar la voluntad inicial de absoluta soledad con la que había partido. Tuvo que reconocer que extrañaba a sus amigos, esos mismos que antes buscara olvidar.

Pero ninguna travesía por mar puede ser ajena a alguna fuerte tormenta, y la que estaba en reparto de ese –su tan ansiado viaje- llegó con toda intensidad. Las olas altísimas hicieron tambalear su barco -antes tan acogedor y seguro- convirtiéndolo en lo que en realidad era: una frágil cáscara de nuez en la inmensidad de un océano infinito.

Afortunadamente el naufragio no se llevó su vida. Ahora se encuentra solo, intentando sobrevivir en una de las islas desiertas que tantas veces soñara conocer, aguardando ansioso que algún buque de esos que suele ver por el horizonte note su presencia y lo rescate de esa soledad que lo abruma cada día más, tan distinta a la otra que imaginara mientras trazaba en su mente el derrotero del que sin dudas resultó ser el viaje de su vida.

martes, 20 de noviembre de 2018

ATAREADA

Hola gente!:
me disculpo por no participar de este último jueves ni pasar a leer por sus blogs. El poco tiempo libre del que dispongo se lo dedico por estos días a la confección  de la tarjeta navideña, convocatoria que  -espero- sea tan bien recibida como la de temporadas anteriores. 
Si van a participar, les pido que se apuren con el envío de sus fotos (retratos actualizados de buena definición). 
Están tod@s invitad@s! 
Que tengan una muy buena semana!

P.D
Les reitero mi mail: moni_fr_123@hotmail.com

sábado, 10 de noviembre de 2018

CONVOCATORIA TARJETA NAVIDEÑA 2018






Otro año más se nos escurre de las manos y pronto estaremos viviendo una nueva Navidad. Quienes me conocen de hace ya tiempo, sabrán que esta época festiva es una de mis preferidas, por lo que intento una y otra vez recuperar el entusiasmo infantil con el que solía prepararme cada diciembre.

Desde hace ya ocho años, celebrando nuestra amistad bloguera, armo para estas fechas una tarjeta navideña con la que pretendo contagiar ese espíritu navideño dentro de este ciber mundo en el que tod@s navegamos. Es así que otra vez extiendo mi clásica convocatoria a tod@s quienes quieran sumarse, enviándome su retrato (esta vez es ACTUAL Y A COLOR, con buena definición) a mi dirección de correo moni_fr_123@hotmail.com en lo posible antes del 30 de noviembre. La idea es tener lista algunas variantes para el 15 de diciembre, así tod@s podrán subir a sus respectivos blogs la que más les guste antes de Navidad uniéndonos en el festejo. Recuerden que junto con su foto y su nombre (y/o seudónimo bloguero) les solicito me envíen EL LINK DE SU BLOG para facilitarme el trabajo de identificación.

Espero les siga entusiasmando la idea y difundan, a su vez, esta invitación a todo su entorno bloguero. Gracias desde ya por su participación.

jueves, 8 de noviembre de 2018

ESTE JUEVES UN RELATO: MIRANDO EL CIELO

Esta semana la propuesta juevera llega de la mano de Mag, quien desde su Trastienda nos propone armar relatos escudriñando el cielo. Para leer todos los aportes, pasar por su blog.



De la gloria de mi pueblo sólo quedan hoy intrincados signos tallados sobre las piedras de éste, nuestro valle ancestral, sumergido desde hace siglos en perpetua letanía de sombras y silencio. Sólo yo, guardián y testigo de lo que antes bullera de vida, continúo aquí, entre rastros de sangre y tiempo, aguardando la llegada de quienes en otras épocas fueron vistos como dioses de los cielos y que en realidad resultan ser viajeros intergalácticos, observadores críticos, colonizadores primordiales, seres poseedores de avanzadas tecnologías que prometieron volver para evaluarnos, para reconsiderar –quizás- los objetivos que en los origines se plantearon dejando aquí su semilla, su promesa de evolución y  sobrevivencia.

Más de una vez he sido tildado como loco por la humanidad impía. No he logrado transmitir mi mensaje. No comprenden lo que sucede en estos días, menos aun lo que ha sucedido hace ya tanto tiempo. No saben convivir, no quieren abrir sus mentes, se niegan al entendimiento fundamental. Absorbidos por lo intrascendente se mantienen ensimismados en su propio ombligo, negándose a ver la magnitud del cosmos y el sentido de la vida misma. Son limitados, obcecados, irresponsables, necios. Me he dado ya por vencido. Nada he podido – o nada he sabido- hacer. No he encontrado la manera de cumplir mi misión, no he resultado ser lo suficientemente efectivo a la hora de llevar adelante la gestión para la que fui encomendado y al fin, luego de sufrir este rotundo fracaso, regreso ahora a mi raíz para aguardar la resolución de lo que ya he advertido: pronto regresarán quienes nos dejaron a cargo de su simiente. Retornarán para comprobar qué hemos hecho con su legado, con su promesa de redención y lamentablemente encontrarán que solo estoy yo aquí, mensajero milenario escrutando el cielo, leyendo en las estrellas las señales que me vienen enviando desde entonces anunciando su inminente llegada. Me duele no haber sido escuchado, lamento que no hayan creído mis advertencias los torpes humanos, ya que muy pronto desaparecerá su estirpe de la faz de la tierra.

¡Al fin! ¡Aquí llegan! ¡Ha concluido mi espera! Desde el negro firmamento, una a una sus naves, brillantes como soles descienden en magnifica caravana, a modo de estrellas fugaces acariciando el suelo. Aquí voy a recibirlos. Solo. Asumiendo mi fracaso.

jueves, 1 de noviembre de 2018

ESTE JUEVES UN RELATO, Seres malignos

Esta semana, coincidiendo con Halloween, nuestro anfitrión juevero, Juan Carlos, nos propone hablar de seres malignos en cualquiera de sus acepciones. Por falta de tiempo para escribir un nuevo relato, recurro a uno que alguno vez publiqué y creo se ajusta al tema. 
Para leer todos los aportes, pasar por aquí
Les dejo a tod@s un abrazo.


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Al filo de lo que intuye y casi imagina, el miedo surge y crece a la par de los truenos que hacen estremecer antepasados y ventanas.

La antigua casona, cuna de su rancio linaje a veces lo contiene, otras, se empeña en querer empujarlo hacia nuevos confines. No sabe, cuál será de ahora en más su destino. Tiene la certeza que algo sucederá, pero no logra definir en qué ni en cuánto.

Bullen en su memoria, como eco de develados misterios, aquellas últimas palabras de su abuelo en su lecho de muerte…”cuídate de los que conoces y están cerca, porque de ellos vendrá tu perdición”…y rematado por un prolongado suspiro postrero -como de alivio- el viejo expiró, sumido en la soledad que supo cultivar en vida.

Sólo él logró quebrar desde su infancia, con su presencia de huérfano infortunado, las barreras que por incomprensión, venganza o mero capricho, el viejo conde fuera levantando a su alrededor desde que su segunda esposa muriera en extrañas circunstancias, allí mismo, entre los muros de la vieja mansión.

Por propia convicción o por impuesta voluntad –no sabe definir cuáles fueron en realidad las causas- también él, único heredero del noble en título y fortuna, había vivido hasta ese momento en forma más que austera y solitaria, ahogando sus muchas inquietudes tan solo con letras, vinos añejos y la escueta compañía de su abuelo y tutor.

Jamás osó traspasar los límites de las indicaciones de su inapelable mentor, nunca lo contradijo, aún a costa de cercenar su propia voluntad y sus impúberes sueños de aventuras y lejanías. Siempre respetó sus palabras como la auténtica verdad a la hora de elegir camino y modo de vida. No sospechó siquiera que hubiese otro punto de vista válido frente a la realidad. Jamás se le cruzó esa herejía por la mente. Por eso, apenas enterrado su abuelo y maestro, meditó desolado junto a la chimenea del viejo salón, intentando interpretar con justeza y propiedad la última de sus sabias advertencias. En ella estaba, sin dudas, la clave del que sería su propio final, si no actuaba en consecuencia para evitar que la advertencia de su abuelo se transformara, en definitiva, en ineludible sentencia.

Echó a los pocos sirvientes que aún quedaban en la inmensa casona. Aún a los más fieles, los que habían cuidado de él desde pequeño, aquellos con los que compartió las breves sonrisas de sus días de infancia, también a ellos despidió en consideración de esa última frase moribunda en labios de su abuelo, sin dudas, oráculo iluminado de su oscuro futuro. Si la perdición vendría de manos de quienes estaban cerca, debería entonces aislarse aún más del resto de los mortales, resguardándose de eventuales perfidias y traiciones. Huiría de todo tipo de relaciones, se apartaría del roce de la gente, desconfiaría incluso de los aparentes bienintencionados, se recluiría, al fin, tal como le quiso advertir su abuelo con sus últimas palabras.

Pasados ya los años, su soledad se compara con la de su antecesor. Más cruel aún, ya que él no tuvo siquiera alguien en quien volcar su experiencia, sus letras aprendidas o su compañía. La ancianidad llegó con la decrepitud propia de quien ha vivido sus días solo, entre húmedas paredes, frugales cenas, solitarias noches e inexistentes alegrías, todo en función de evitar al máximo la posibilidad de que aquella lapidaria frase final se hiciera manifiesta en su destino.

Mientras la tormenta arrecia allá afuera, dentro de la vieja casona el silencio es tan cerrado que sólo lo interrumpe el crepitar de los leños encendidos y el de sus latidos acelerados que insisten en augurarle malos presagios. La mirada implacable de su abuelo lo observa, autoritaria como en vida, omnipresente desde el retrato que corona la chimenea. Al observarlo, cae en la cuenta que pese a tener ya tantas arrugas como él, su misma calva despoblada, su misma nariz, similares sienes encanecidas, el mismo color de ojos, pese a todo, en nada se parecen sus miradas: la de su predecesor, implacable y segura, impone de inmediato autoridad sobre quien la percibe, la suya, sometida y apagada, no habla más que de tristeza, desencanto y pesadumbre.

Llega a la conclusión que, a pesar de intentarlo toda su vida, jamás logró ser como él, jamás consiguió vencer sus propios miedos y complejos, jamás se animó a ser desafiante con su destino, todo lo contrario, optó por esconderse dentro de su propio escudo interior, buscando escapar de la perdición que le augurara en su lecho de muerte su venerado protector.

Al tiempo que un relámpago inusitado atraviesa la densidad de la noche, mirando obsesivamente aquel vetusto retrato, vuelve a recordar las lapidarias palabras que marcaron su vida desde su juventud –quizás enterrada en ese mismo acto- y de repente, como en una fulgurante revelación comprende todo: nadie más cercano y conocido que su abuelo -tiránico, arrogante, huraño y mal predispuesto hacia todo y hacia todos- nadie tan influyente en su vida como él, nadie con más poder como para dominarlo y manejar su destino aún no estando vivo… nadie como él para llevarlo, al fin, por arbitrio e imposición, hacia la nulidad de sus días y su persona… hacia lo que inequívocamente resultó ser su propia perdición.