Esta semana Max Estrella nos convoca desde su blog Diario del último Bufón a lanzarnos con la imaginación hacia un mundo irreal, desde donde ambientaremos un relato inspirado en algún mundo ficcional conocido o por conocer. Quiso la casualidad que la inspiración me llegara evocando aquel personaje de Robert E. Howard, Conan el Bárbaro, que quizás hayan alguna vez oído nombrar. Me disculpo porque me pasé un poco con las palabras.
Ocho milenios después del
hundimiento de la Atlantis, hace ya unos catorce mil años, vivió un personaje
épico que ha logrado derribar los muros de la frágil memoria humana. Su nombre fue
Conan, apodado el Bárbaro, perteneciente al antiquísimo pueblo cimmerio.
Gracias a los avances de nuestra
tecnología de traslación cósmica- temporal, se ha organizado una incursión de
observancia y ahí he podido conocerlo en persona. Paso a continuación a narrar algunos
episodios que lograron conmover, por su grandeza, mi pretendida mentalidad de
aséptico observador de viajero en el tiempo.
Ni atlantes ni cimmerios
recordaban por aquellos tiempos su glorioso pasado transoceánico, milenios
después que los grandes terremotos habían modificado definitivamente el planeta
haciendo desaparecer grandes civilizaciones. Los sobrevivientes se redujeron
nuevamente al estado de salvajismo y barbarie, intentando a filo de espada
sostener sus reinos frente al constante asedio de múltiples enemigos.
Mi llegada a aquel mundo de fornidos
guerreros primigenios coincidió con el día en que un grande, Conan, valeroso
como pocos, logró vencer junto a un puñado de valientes de su noble estirpe
todo un ejército de sanguinarios encabezados por un rey igualmente cruel y
despiadado.
La gran batalla se sucedió al
entrar en aquella mítica Ciudadela Escarlata que se emplazaba casi suspendida
al borde de un abismo inexpugnable, protegida por los sortilegios maléficos de
una brutal hechicera que nutría la fuerza de su magia con sangre de inocentes. A
golpe de lanzas y espadas, defendido apenas por un minúsculo escudo tajeado por
la furia de cientos de batallas, el fiero guerrero descargó primero su venganza sobre aquella impía criatura maléfica sedienta de infamia y guerras, para luego
concentrarse en aplastar, con justa razón, aquella tropa de infames
mercenarios. El fragor de la lucha se prolongó por largas horas. La pesadilla
parecía no querer nunca acabar.
Mi pretendida imparcialidad de
observador venido de otros tiempos no pudo mantenerse inmune ante tanta violencia
descontrolada pero no por ello dejé de percibir el valor gigantesco de aquellos
bizarros guerreros que trascendieron el umbral de la gloria aquel día, en
aquella ciudadela ensangrentada, cuando despojados de todo otro interés que no
fuese el de vencer al mal, lograron alcanzar la inmortalidad.
Fascinante relato, notable y épico. El relator no pudo ser imparcial.
ResponderEliminarY ya sabes que los comic me gustan. Felicitaciones.
Los dos últimos párrafos tienen una fuerza increíble. Es el resumen claro de la historia.
ResponderEliminarY ese ritmo, la expresión de las palabras... Encantada.
Besos.
Real como la vida misma y nada mas irreal que aquello que consideramos realidad.
ResponderEliminarAl margen de filosofías bello relato.
Me gustó mucho Mónica, tu relato tiene la fuerza de esos luchadores de otros tiempos.
ResponderEliminarUn beso.
Una batalla épica. Normal que no pudiera ser imparcial. Buen relato .
ResponderEliminarUn saludo.
Me ha gustado tu atrevimiento con la narración de una escena bélica de otro tiempo. Un viaje al pasado, o al futuro. Alguien tiene que poner este mundo en orden.
ResponderEliminarUn beso.
Excelente la recreación de la batalla! No he podido dejar de imaginarme a Arnold Schwarnenegger interpretando el papel en la famosa película.Como dato curioso,te diré que la película se rodó en la Ciudad Encantada de Cuenca, aquí en España, un sitio realmente mágico que he visitado varias veces. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn beso
A pesar de no ser muy dada a la literatura épica, tu relato lo he leído con interés y me ha gustado.
ResponderEliminarEpico personaje este Conan, como un gran superhéroe venciendo el mal que se ciñe sobre la tierra.
ResponderEliminarGran relato amiga.
Un abrazo
Me ha gustado mucho ese viaje de observador imparcial...¿qué pensaríamos si pudiéramos hacer viajes de ese tipo? Yo creo que nos quedaríamos horrorizados y admirados a partes iguales...Muy buen relato y muy bien contado, nos has metido en ese viaje del protagonista.
ResponderEliminarBesos y gracias por la participación.
Imaginas que se pudieran hacer viajes así? Sería la leche...
ResponderEliminarEl tuyo me ha gustado mucho, porque me gustaba mucho ver cuando era peque a Conan, teníamos la película en cinta de vídeo y la veía junto a mi abuelo... me has traído recuerdos... gracias por eso Mónica y gracias por tan grandes relatos, cargados de detalles y fuerza que siempre nos regalas... es un lujo leerte...
Besines...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo soy asiduo lector de narrativa épica, pero he de reconocer que tu relato tiene mucha fuerza e imaginación.
ResponderEliminarSaludos.
Coincido con los compañeros que me precedieron en los comentarios en la fuerza que emana de tu relato. Has recreado magníficamente el vigor, la tenacidad y la fortaleza de aquellos guerreros. Me ha encantado, Mónica.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muy bien enfocado y muy interesante el tema del relato.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Muchos besos